Se llama Hispano-Suiza, pero muchos la conocen como “La Rolls-Royce española”. Pero no solo por los autos, sino porque también producía motores de avión, igual que la emblemática marca de lujo inglesa. Era la marca preferida por la realeza de muchos países europeos, aunque también de la alta sociedad y muchos artistas, como Pablo Picasso. Se fundó en 1904 con capitales españoles e ingenio suizo. Damián Mateu fue su fundador y el ingeniero suizo Marc Birkigt, su mente creadora.
Lejos había quedado el imperio donde nunca se ponía el sol, el español, uno de los más grandes e importantes de todos los tiempos, pero todavía eran épocas de riqueza en la madre patria. Los Hipano Suiza fueron autos llenos de lujo y dueños de una calidad de terminaciones completamente inéditas para la época, comienzos del siglo XX.
En la década de 1920, en el esplendor de la marca, construyeron el que se considera el mejor auto de todos los que fabricaron. Era el Hispano Suiza H6B, una limusina con un motor de 6 litros y 6 cilindros que superaba los 130 CV y podría usarse con capota o sin ella. Era capaz de superar los 150 km/h. Para 1920, era toda una osadía, y no era un auto de carreras, sino un auto de lujo.
La historia de esta empresa española vale un artículo aparte porque fue “quitada del medio” por ganar demasiado, pero aun sin haber continuado la producción de autos, la marca siempre permaneció en la familia como una materia pendiente. Finalmente, gracias a la movilidad eléctrica y la matriz de auto artesanal que permite, su reaparición se produjo en 2019, cuando el actual CEO de la marca, Miguel Suqué Mateu, encabezó la presentación en el Salón de Ginebra del Hispano Suiza Carmen, el auto que rinde homenaje a la historia y a su propia madre, Carmen Mateu, que había fallecido apenas un año antes, y fue quién mantuvo viva a la marca a través del tiempo.
El Hispano Suiza Carmen es un vehículo que no se parece a ningún otro. Deportivo, lujoso, innovador, y por sobre todas las cosas, elegante. Se presentó este año en el Festival de la Velocidad de Goodwood, como una de las joyas mecánicas de este tradicional evento al que cada vez concurren más marcas y espectadores.
El automóvil combina un monocasco de fibra de carbono de alta rigidez, con un tren motriz totalmente eléctrico compuesto por dos motores síncronos de imanes permanentes de 375 kW, uno para cada rueda trasera. Suman 750 kW o 1019 CV de potencia total con vectorización de torque. Está pensado para ser un auto de altas prestaciones que no pierda la esencia de un Hispano Suiza. Pesa 1.690 kg, alcanza los 100 km/h desde cero en menos de tres segundos y puede superar los 250 km/h de velocidad, aunque la mantiene controlada electrónicamente a ese valor por normas viales.
El diseño, la ingeniería y la producción del automóvil han sido llevados a cabo en íntegramente en Barcelona, para mantener aquella esencia de auto español que fue siempre. El tiempo que se ha dedicado a detalles mínim os es asombroso. En cada centímetro del automóvil, hay un diseño de ingeniería que tiene valor. El estilo de Carmen es provocativo, con una clara intención de generar una reacción emotiva a primera vista. Lo han logrado.
Desde la vista frontal, el Carmen intenta resolver un modo de presentarse como una gota de agua que avanza con fuerza y estilo. Eso es lo que han buscado sus diseñadores y se representa desde todos los ángulo. Adelante, una gran parrilla con marco cromado que intenta representar sus antepasados de las décadas de 1920 y 1930 es el gran sello del automóvil. En el centro, las palabras en letra cursiva “Hispano Suiza” y la nueva insignia de la marca, una actualización de su logotipo original, se muestran con un tamaño suficientemente grande como para que nadie lo pueda obviar. A los lados, el modernismo con dos luces circulares LED le dan un aspecto de mirada de un felino que pareciera venir desde lo profundo de la carrocería, le dan carácter a esa elegancia que está presente en todo el y tradición del diseño.
El lateral es tan llamativo como el conjunto, con dos guardabarros delanteros que parecen dos burbujas sobre las ruedas, que a su vez están cubiertas por tazas completamente planas y limpias. Las puertas que se elevan para permitir el acceso y a la vez van conduciendo el aire que sale de las dos tomas posteriores de las ruedas delanteras, hacia un remate completamente disruptivo, en el que las ruedas posteriores no se ven, están cubiertas aproximadamente en un 90%, justo antes de caer a una cola baja y aguda, casi sin voladizo.
La vista posterior es la continuidad de lo mismo. La forma del auto realmente parece haber estado tallada por el agua y no por el aire en un túnel del viento. La luneta trasera es triangular en punta hacia abajo con tres salidas de aire situadas en zonas más bajas, que realzan la forma de los guardabarros traseros, sobresaliendo del perfil. En verdad, aunque en una vista general el auto parezca extraño y no tan agradable, observar cada detalle y como se conectan las partes entre sí, genera admiración en el observador.
Técnicamente, resolver una forma tan audaz no ha sido sencillo, porque como en toda idea de diseño aplicada a un automóvil, algunas formas dejan sin recursos a necesidades de ingeniería que se deben resolver. Uno de los desafíos principales para el equipo de desarrollo fue lograr una baja resistencia al avance, pero asegurar el flujo de aire necesario a través de los radiadores para mantener refrigerados los componentes del tren motriz y la batería.
Las pruebas y el desarrollo se llevaron a cabo utilizando dinámica de fluidos computacional (CFD) y software de simulación de túnel de viento virtual y se la logrado un coeficiente de arrastre de 0,325 cx, que es inferior al del Porsche 918 Spyder (0,34cx), del Koenigsegg Agera R (0,37cx) y del Ferrari F12 (0,33cx).
Y entonces se llega al exquisito interior de lujo del Hispano Suiza Carmen, que combina tecnologías modernas con sofisticación clásica. El habitáculo presenta una presentación del cuero más fino y Alcantara aplicados a los asientos compuestos de fibra de carbono ajustables eléctricamente en cuatro direcciones y con calefacción, así como los paneles de las puertas y el revestimiento del techo. Toda la tapicería está recortada y cosida a mano internamente.
Tal es el enfoque en la mejor experiencia del usuario que cada Carmen contará con un interior perfumado personalizado, especificado y desarrollado con el comprador para garantizar que el automóvil lo represente en todos los aspectos posibles. Si bien el estilo es claramente retrospectivo, las tecnologías empleadas brindan la mejor experiencia posible para los ocupantes con pantallas táctiles y mandos digitales que se combinan con la esencia tradicional del diseño.
El Hispano Suiza Carmen tiene un precio de 1,5 millones de euros y solo se fabricarán 19 ejemplares. Originalmente, el plan era hacerlo antes de 2021, pero la pausa que el mundo tuvo que vivir por la pandemia trastocó los plazos. El auto es sencillamente una maravilla tecnológica y estética, que además homenajea un pasado glorioso que los españoles deben recordar con orgullo.
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