Mientras la industria automotriz en general se esmera por conseguir el modo de abaratar el precio de sus autos eléctricos, hay marcas que han pasado de largo esa inquietud y hoy aseguran que algunos de sus modelos a batería (EV), ya son tan rentables como los de combustible fósil que los precedieron.
Mercedes-Benz acaba de anunciar que el recientemente lanzado Mercedes-Benz EQE 100% eléctrico, ya le da la misma rentabilidad que el glorioso Clase E, aunque también reconocen que es el único modelo a baterías que ha conseguido ese éxito comercial, ya que el EQS no ha conseguido ser tan buen negocio como el homólogo de gasolina Clase S.
Hay algo que no puede dejarse de lado en este análisis, y es que en segmentos elevados por tamaño y lujo, el precio no es un problema para el usuario, y probablemente sea una situación repetida conocer que el mismo dueño de un Clase E, tiene en el garage también un EQE eléctrico. Entonces, aunque el EV sea incluso más caro que su similar de motor térmico, el comprador querrá tenerlo o sumarlo a su modelo anterior.
Polestar se ha despegado de Volvo para ser la marca exclusivamente eléctrica del grupo Geely en autos de alta gama. Por diseño y equipamiento, los autos suecos son más distinguidos aún que los hermanos mayores, y desde el Polestar 2 primero, y con el Polestar 3 ahora, han logrado posicionarse como una marca que tiene serias pretensiones de pelear con el Tesla Model S Plaid, el Porsche Taycan y el mismísimo Mercedes EQS, entre otras lujosas berlinas.
Sin embargo, un reciente estudio realizado por Polestar en EE.UU. ha dejado con la boca abierta a quienes defienden a ultranza la decarbonización del planeta a través de los autos eléctricos. Al menos para el mercado norteamericano, una muestra de 5.086 conductores de autos eléctricos, no necesariamente de Polestar, ha arrojado como primera conclusión que no es por contribuir al calentamiento global que optaron por dejar el motor petrolero por el eléctrico.
Según las cifras del estudio, el 55% de las personas no tuvo en cuenta motivos medioambientales como factor decisivo para la compra, aunque sí reconocieron tener conocimiento de la contribución que estaban haciendo para esa causa mundial. Especialmente, quienes más lo destacaron fueron los encuestados que ocupaban la franja etaria de los 18 a los 24 años.
En cambio, el 48% de los encuestados destacaron que el auto a baterías representaba para ellos un ahorro en el costo de energía para que funcionen, reconociendo que el precio del combustible no puede competir con el de la electricidad. También hubo un alto porcentaje de usuarios de EV, que destacaron como muy importante el rendimiento y la comodidad de manejo, especialmente por conducir un auto que no emite sonido.
Y un dato que ha servido para justificar el equipamiento y conectividad de Polestar es que un 40% de las personas, decidieron comprar un automóvil eléctrico por su sistema de información y entretenimiento de última generación. Aquí hay un dato que destacar y es que la firma sueca decidió incluir en sus Polestar 3, el sistema Android Automotive, como forma de dar acceso a un sistema conocido masivamente.
“La idea de lujo que depende de lo que hay “debajo del capó”, ha dado paso en la era eléctrica a que se priorice la conectividad sin fallos, la integración en los ecosistemas digitales existentes y un buen diseño del sistema digital”, dice Gregor Hembrough, director de Polestar para América del Norte. Y ese es el cambio de paradigma con el que se está encontrando la industria en las marcas Premium. No importa tanto el precio como la innovación y tecnología. En este segmento, los adelantos tecnológicos pesan quizás tanto como en otros tiempos era fundamental tener un motor potente como pocos.
Pero es claro que solo los fabricantes de alta gama pueden dejar de lado el precio. Sus clientes seguirán siempre ahí, en todo caso pasando de una marca a otra en la misma gama. Es como otro nivel, que lo ha sido siempre, pero ahora parece más distanciado de los “seres terrenales” que solo quieren cambiar su auto con motor a gasolina por uno que se impulse a través de una batería, y encuentran una brecha demasiado grande para poder hacerlo.
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