Las formas y los conceptos empiezan a confluir de a poco en algunos puntos comunes. Así como los sedanes van desapareciendo de las líneas de montaje y los SUV han crecido en una proporción inversa, aparecen ciertas líneas que se parecen a punto tal que ciertos perfiles, si se le eliminaran los logotipos de una marca, se confundirían entre sí. También están apareciendo cada vez más, los modelos que entre los diseñadores identifican como CUV, y que significa Cupé Utility Vehicle, por su techo descendente que los diferencia de los SUV.
Un concepto futurista de Volvo llamado 360C, uno de Audi llamado GrandSphere, otro más reciente, el Cadillac Celestiq, y el novedoso Lightyear 0, comparten una visión de forma parecida, son berlinas de más de cinco metros de dos volúmenes o uno solo, con grandes ruedas y un habitáculo completamente fuera de lo común, que parece más el de un monoambiente u oficina moderna, que la cabina de un automóvil.
No es casual que sean conceptos de marcas que tienen un sello propio, marcado por la distinción en el caso de las automotrices conocidas, y que replican los neerlandeses en su modelo, el primer auto solar eléctrico de producción, que ya se vende en Europa a un costo muy elevado como son los 250.000 euros del Lightyear.
Pues otra marca de elite es la creadora de un nuevo concept car que se ha develado recientemente, aunque es una marca derivada de una de las anteriores. Se trata de Polestar, que pasó de ser un departamento de autos deportivos de Volvo, a una submarca dedicada a automóviles tecnológicos y vanguardistas. Y si bien todavía existen los modelos de Volvo que tienen el logo de Polestar, así como hay Mercedes deportivos con la insignia de AMG, Polestar va camino a separarse o diferenciarse más aún de su casa matriz, así como lo hizo DS de Citroën.
El prototipo se llama Polestar Cladrus, que más allá de su forma ultramoderna y elegante carrocería construida en base a grafeno, está equipado con paneles solares transparentes integrados al techo, que alimentan de energía la batería y el instrumental. Pero por si esa cualidad no fuera suficiente, el automóvil está pensado desde cero para ser completamente autónomo, ya que será capaz de funcionar con Nivel 5, gracias a un centro de sensores estilo Waymo en la parte delantera del techo.
El mítico pájaro griego Caladrius, identificado por sus poderes curativos y regenerativos es la inspiración del nombre del automóvil. Con Cladrus, Polestar quiere mostrar la misión global de sus productos, defendiendo la sustentabilidad a través del reciclaje de piezas de sus autos. Y aunque es un auto de concepto, la idea es reafirmar el compromiso del uso de metales y plásticos reciclados en todo el vehículo.
Parte del estilo escandinavo de líneas suaves y minimalistas, se puede apreciar en su techo corredizo que se extiende desde el frente hasta la parte posterior, que ilumina los interiores y elimina las ventanas y las puertas. Al auto se ingresa por esa cúpula del techo que se abre desde atrás, y que da lugar a una rampa que conduce directamente al interior. El Cladrus tiene capacidad para 4 personas cómodamente y puede acomodar hasta 5 pasajeros en su interior, donde se distinguen un sillón o sofá y dos sillones individuales enfrentándolo.
Pero este modelo futurista de Polestar no solo funciona solo con la energía del sol. Al igual que el Lightyear, esa electricidad captada por las células fotovoláticas tiene un complemento, que en este caso no es una batería de iones de litio como en el auto de los Países Bajos, sino de baterías basadas en grafeno, dado que éste se puede usar como un supercondensador y potenciar a los paneles para que alimenten directamente al motor eléctrico sin tener que pasar por una batería que acumule esa energía. Solo la electricidad que no se consume inmediatamente, se resguarda en la batería, dándole autonomía para cuando el sol no brilla sobre el automóvil.
SEGUIR LEYENDO