Así como Toyota mantuvo abiertas las puertas al hidrógeno y sus distintas formas de aplicación, para propulsar de modo sustentable a sus vehículos en el futuro, Porsche ha hecho algo similar con los combustibles sintéticos. Ambas marcas tienen desarrollos eléctricos e híbridos, pero están convencidas que esa no es la única forma de reemplazar a los combustibles derivados del petróleo como plantea la nueva legislación europea recientemente sancionada, y que tiene el punto de quiebre en el 1 de enero de 2035, cuando ya no se puedan fabricar motores que consuman combustibles fósiles.
Desde el año pasado, la casa de Stuttgart en conjunto con Siemens Energy y dos compañías chilenas y una italiana, están construyendo la primera planta de e-fuels del mundo llamada Hanu Ori, en Punta Arenas, al sur de Chile. Con estos combustibles, los motores a explosión actuales podrían seguir funcionando sin emitir CO2 a la atmósfera, contribuyendo así a reducir los gases de efecto invernadero que tanto preocupan al mundo entero.
Pero los principales detractores de estos combustibles de laboratorio han justificado su negativa a aceptarlos basándose en el alto costo de los e-fuels respecto a la gasolina fósil e incluso al costo de la electricidad, y por lo tanto no los consideran una opción posible.
El CEO de Porsche, Oliver Blume, ha reafirmado el compromiso de la marca con la movilidad eléctrica, al asegurar que para 2030, esperan que el 80% de sus vehículos sean 100% eléctricos, como el actual Porsche Taycan, un éxito de ventas que superó las 40.000 unidades el año pasado y al que dice sentir en un plano de igualdad con el famoso 911.
Sin embargo, el ejecutivo confía en el desarrollo de los combustibles sintéticos a punto tal que ya ha comprometido la compra de la producción total de 2022 de Hanu Ori, estimada en unos 130.000 litros, con una proyección de 55 millones para 2024 y de 550 millones de litros para 2026. Y está muy avanzada la concreción de una segunda planta de e-fuels en Australia, presumiblemente en Tasmania, para producir otros 100 millones de litros por año para 2024.
Según cree Blume, el costo bajará considerablemente, pero además se equiparará más aún con el costo de la electricidad y del combustible fósil, que aumentarán su precio tanto por demanda como por impuestos.
“Si se hace a escala industrial, será posible alcanzar un precio inferior a 2 dólares por litro. Lo importante es que los combustibles sintéticos se fabriquen de manera sostenible y en lugares del mundo donde abunde la energía renovable, de tal manera que el aporte extra de energía para la producción sea irrelevante. Los e-fuels producidos a partir del agua y el dióxido de carbono extraído del aire, con aplicación para automóviles, aviones y barcos, tienen la ventaja sobre el hidrógeno puro de que pueden transportarse más fácilmente”, dijo el Director Ejecutivo de Porsche.
Si bien inicialmente este combustible se utilizará en competición, donde Porsche ya está haciendo numerosos ensayos bajo todo tipo de condiciones incluso climáticas, todas las pruebas sobre motores de autos de calle han arrojado resultados altamente positivos, ya que confirman que a los motores de combustión interna no hace falta hacerles ninguna modificación para que puedan reemplazar la gasolina derivada del petróleo por esta nueva gasolina hecha en laboratorio.
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