Usar el hidrógeno para propulsión no es algo nuevo, pero usarlo a la vez para sustentación en el aire, es algo que no se había escuchado o visto hasta el momento. Y es en un dirigible, nada menos, lo que hace más impresionante aún la noticia.
La empresa Clipper H2 es la que ha registrado recientemente su invento en la oficina de Marcas y Patentes de EE.UU. (USPTO), lo que le da un tono de mayor seriedad aún a la idea. Algo que es más que necesario, porque la historia de los dirigibles tuvo hace 85 años, un final repentino y trágico.
Fue el 6 de mayo de 1937, el día que las llamas devoraron el Hindenburg en menos de un minuto, ocasionando la muerte de 36 personas. Se sostenía con 200.000 metros cúbicos de hidrógeno inflamable y permitía cruzar el Océano Atlántico en tres días. Ese accidente, a pesar de haber sido analizado detalladamente, lo que permitió saber que se había producido por una descarga electrostática debida a la atmósfera muy cargada, sentenció ese medio de transporte que parecía tener un futuro brillante.
Ahora, gracias a la tecnología desarrollada para el uso del hidrógeno en motores eléctricos alimentados por pila de combustible, Clipper asegura que un dirigible que sea capaz de transportar entre 8 y 10 veces el peso de los aviones de carga, y hacerlo por 10.000 kilómetros.
La compañía norteamericana dice que el Clipper H2 podrá transportar cargas de hasta 150.000 kilogramos entre ciudades de una y otra costa del atlántico e incluso atravesando también el territorio de EE.UU., a una velocidad de 280 km/h. Por supuesto que esta es una desventaja respecto a los aviones, pero el costo es una cuarta parte de estos, y las emisiones directamente no existen, dicen los propietarios de la startup.
En este proyecto, el hidrógeno es el protagonista con su gas de sustentación ya que proporciona, por volumen, un 8 % más que el helio a un precio que es 67 veces inferior. Y esta es la clave que permite que el Clipper H2 utilice el hidrógeno para mantenerse en el aire y a la vez, para alimentar los potentes motores eléctricos que le dan impulso.
La compañía planea construir un prototipo en 2025 y tener un dirigible de hidrógeno de tamaño completo volando en 2028. Solo hay una traba que podría demorar los plazos de la empresa, y es que la legislación, tanto de EE.UU. como de Europa, no aceptan aún el hidrógeno como un gas elevador, aunque a partir de la patente, y de la documentación que presenten para revertir esa situación, podría cambiar el escenario, y poner al hidrógeno verde como modo sustentable de alimentar un nuevo sistema de transporte y traslado de grandes volúmenes a largas distancias.
Las normas que lo prohíben como gas de sustentación datan de 1922, y el desarrollo actual de los tanques de hidrógeno que se utilizan motores pesados o livianos ofrecen mucha más seguridad que la de un siglo atrás.
Adicionalmente, si bien inicialmente el Clipper H2 será pilotado, la misma tecnología con la que se está desarrollando prevé que en el futuro puedan ser completamente autónomos.
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