Hay ciclos y hay modas, pero también hay transformaciones. En el mundo del auto, el gran cambio está en la función que tienen para los consumidores. Los automóviles han dejado de ser un medio de transporte para convertirse en un prestador de servicios que incluyen el transporte, pero también ofrecen conectividad, entretenimiento, y confort en una escala muy elevada respecto a solo una década atrás.
Entre los Asistentes a la conducción conocidos como ADAS, los sistemas de audio y comunicaciones, y la llegada de la electrificación, primero en forma de híbridos y después de eléctricos 100%, los comandos de los autos han mutado hacia los conocidos por todos en los teléfonos móviles, que algunos años antes también sufrieron la transformación de los botones o teclas a la sensibilidad digital.
Las pantallas en los autos se han convertido en uno de los objetos que primero busca la mayoría de los compradores, y en el afán de ofrecer cada vez más controles que se comanden desde una pantalla, se ha llegado a límites casi insospechados como que el tablero completo de un auto sea toda una pantalla en los concept cars que se exhiben hoy, pero que muy pronto estarán en el mercado.
Pero, siempre hay un pero, o varios. Las superficies de pantallas en un tablero carecen de la precisión que aporta el tacto, porque no es un botón físico el que se toca sino uno virtual, dando lugar a que aparezcan las distracciones del conductor, que indefectiblemente debe retirar los ojos del camino para ver qué botón está tocando. Es cierto que en el volante están muchos de esos comandos que se buscan en la pantalla, y también hay sonidos que permiten detectar con el oído que se ha presionado un botón, pero la vista, siempre sale del parabrisas para ver si el comando presionado es el correcto.
Algunos fabricantes como Alfa Romeo, se las han ingeniado para que, aun siendo en una pantalla, el modo de accionar los comandos sea a través de una rueda que se maneja sin siquiera estirar el brazo. Y no es casual que sea justamente la marca italiana, una de las primeras en decir que quizás las pantallas no deben tener tanto protagonismo en el tablero de los autos. De hecho, la de sus últimos modelos es considerablemente más pequeña que el promedio.
Hay autos eléctricos, como el Audi e-tron, que necesariamente ha ido a las pantallas por el solo hecho de ser un auto que se maneja completamente a batería, como un teléfono en el sentido de uso de funciones que no son la de conducir propiamente dichas. Entonces no solo hay una pantalla, sino dos, y en la inferior, incluso con un tablero para escribir con el dedo índice el nombre de lo que se quiere hacer con el sistema de confort del vehículo.
Pues ahora ha llegado otro jugador a la sala de los que empiezan a considerar que las pantallas no deberían ser tantas ni tan grandes. Se trata de la marca francesa DS, y quién lo ha comentado es su jefe de diseño, Thierry Métroz, en una entrevista con Autocar.
“El problema de la pantalla es que, cuando la apagas, te quedas con una superficie rectangular negra marcada de huellas dactilares. No es muy sexy, ni muy lujoso”, dijo el francés, agregando que la considera una moda “un poco estúpida por el hecho de ya no tener un tablero sino sólo una gran pantalla, no es la filosofía de DS”. Dicho esto, confirmó que ha empezado el camino de eliminarlas de todos los interiores de la marca de lujo francesa.
Al problema de una superficie oscura o brillante pero llena de dedos y suciedad que se deposita muy fácilmente en esas pantallas, hay un nuevo elemento que no se puede descuidar, y que también hace a la seguridad: los brillos. Quién ha conducido autos con grandes superficies de pantallas táctiles lo habrá comprobado. El reflejo del sol, especialmente por las mañanas o las tardes, cuando su altura genera luz lateral, suele obligar a los conductores a moverse de su posición de conducción normal para evitar una molesta luz que rebota en esas pantallas y da directamente en el ojo. Eso, con los tableros convencionales no ocurre casi nunca, porque en general son de materiales opacos que no reflejan la luz sino que la absorben.
¿Habrá empezado el final de una moda? El tiempo dirá…
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