Primero fue un auto deportivo que estaba en Alemania pero se podía conducir a alta velocidad por una pista desde Japón. Después fue una empresa finlandesa que desarrolló camiones teledirigidos en los cuales no era necesario que el chofer estuviera siquiera dentro de la cabina. Ahora llega un vehículo con mucha más complejidad como es un todo terreno de combate, que se puede manejar por control remoto, pero no solo eso, también su armamento.
La empresa que lo ha producido es Plasan, de origen israelí, y cuya especialización es precisamente la de hacer este tipo de vehículos de uso militar o de inteligencia. El nombre que le han puesto es Wilder, algo así como el Plasan “más salvaje”.
El nivel de sus capacidades para transitar por todo tipo de terrenos es natural, y responde a ella con su tracción integral, sus ruedas colocadas casi en los extremos para no tener voladizos que le impidan encarar fuertes pendientes tanto en ascenso como en descenso, un recorrido de suspensiones de 360 mm, y una cabina en la que el conductor se ubica solo, sin acompañante, en el centro, alejado de los extremos laterales, y manteniendo una excelente visibilidad hacia adelante y los lados. Detrás suyo, hay lugar para otros tres ocupantes del habitáculo.
Pero a esas capacidades, por ser un todoterreno pensado para eventuales enfrentamientos de combate, se le suma un equipamiento de seguridad y blindaje capaz de soportar un impacto de bala perforante de 7.6 x 39 mm desde 30 metros, y también el de una masa explosiva de 6 kg detonada directamente debajo de la carrocería.
A nivel de motorización, el Pasan Wilder tiene un motor Cummins turbodiésel 208 litros, con una potencia de 160 CV y un torque de 420 Nm, que está ubicado en posición central. La caja de velocidades es automática de ocho marchas y la velocidad máxima, limitada electrónicamente, es de 120 km/h. Las ruedas traseras, además, pueden ser directrices para mejorar la destreza en terrenos de difícil acceso.
Y lo más importante, su tecnología a bordo, o en realidad, disponible desde un módulo externo llamado Atemm. Se trata de un remolque de dos ruedas totalmente robótico que puede engancharse para proporcionar tracción eléctrica y proporcionar tecnología de conducción remota totalmente integrada con actualizaciones futuras previstas de nivel 4 de autonomía y trenes motrices eléctricos de batería.
“La conducción autónoma en el campo de batalla es muy diferente a la autonomía civil. Los desafíos son muy diferentes ya que el vehículo puede ir a cualquier parte pero no hay una infraestructura alrededor, como por ejemplo líneas blancas para guiarse”, dice el británico Nir Kahn, diseñador del Pasan Wilder, al sitio Autocar de Inglaterra.
Para que la conducción remota o autónoma sea posible, el Plasan está dotado de cámaras y sensores de alta definición, pero no solo en función de controlar su dirección y propulsión, sino también de utilizar su equipo de reconocimiento visual y su armamento a bordo.
Si bien es un producto pensado para venderse a gobiernos en cantidad, también se puede adquirir en forma particular, dicen sus fabricantes, aunque su costo no fue revelado oficialmente, se estima que estaría entre los 200.000 y 250.000 dólares.
SEGUIR LEYENDO