Si se tratara de una carrera de Fórmula 1, decir que un Ferrari tiene un motor Mercedes sería un escándalo. Es que ambos, junto a Red Bull, son los tres equipos que han dominado la máxima categoría del automovilismo mundial de la última década. Pero en el mundo de la industria no siempre los caminos van tan separados y a veces, incluso sin saberlo o proyectarlo, terminan teniendo una relación técnica en algún punto.
Porque efectivamente, hay un modelo de Ferrari que tiene un motor Mercedes, o algo así. La historia bien vale la pena ser contada con un poco más de detalle. El modelo de la casa italiana es el SF90 Stradale, el primero de los cuatro actuales híbridos que están en el mercado con esa tecnología que mezcla el motor aspirado convencional con un motor eléctrico. Lo que ocurre es que ese no es un motor eléctrico propio sino externo y bastante radical a lo conocido. Se trata de un motor de flujo axial y no radial como los que usa la industria, que ha desarrollado en Inglaterra la empresa Yasa Limited.
Para no ser muy técnicos y aburridos, solo hay que decir que en un motor de flujo axial el campo magnético que hace que gire el rotor es paralelo al eje de rotación, es decir que aquello que los hace moverse se genera perpendicularmente al eje de rotación, y esto permite que su diseño sea mucho más compacto, y por lo tanto más liviano.
Según sus fabricantes, estos motores eléctricos tienen una relación potencia-peso superior, una eficiencia excepcional y un rendimiento infinitamente repetible en comparación con los motores normales, que utilizan una disposición de flujo radial. Por su diseño, pueden generar mucho más torque y potencia, y están desarrollados para su aplicación en automóviles.
La tecnología de flujo axial no es nueva. Comenzó a desarrollarse en 2008, pero tenía un problema muy difícil de solucionar, que era la gran cantidad de calor interno que generaba, lo que hacía inviable su aplicación. Sin embargo, la aparición de nuevos materiales hicieron posible retomar el proyecto, y para 2012 el motor Yasa fue un éxito, porque no solo tuvo un excelente desempeño de potencia cercana a los 215 CV, sino que lo logró con un peso de solo 20 kg.
En ese momento, el primer auto en utilizarlo gracias a un convenio firmado con Jaguar-Land Rover y Williams Advanced Engineering, fue el prototipo Jaguar C-X75 híbrido, aunque no fue un auto de producción, y Yasa tuvo que esperar a 2015 para que una de sus unidades de potencia fuera el propulsor de un auto seriado como fue el Koenisegg Regera.
Fue allí cuando Ferrari lo descubrió y decidió que esa era la tecnología adecuada para su nuevo híbrido, el SF90 Stradale de 2020, con lo que los ingleses lograron llegar a la cima de la industria al ser proveedores de una de las marcas más legendarias del mundo.
Ahí entró en escena Mercedes-Benz, en junio de 2021, presentándose en Oxford para comprar la empresa a Tim Woolmer, su fundador. Era difícil la decisión. Hasta ese momento Yasa era proveedora de cualquier fabricante que quisiera utilizar su tecnología, pero la oferta fue muy tentadora y en pocas semanas se concretó la operación. El 21 de julio del 2021, Mercedes-Benz anunció que tomaba el control de Yasa, como modo de obtener los beneficios de la tecnología que, aseguran, cambiará la movilidad eléctrica de la industria automotriz.
La evolución del motor de flujo axial siguió su camino y hace pocas semanas se presentó el primer Mercedes con motor eléctrico provisto por Yasa. Se trata del concept car AMG Vision, que cuenta con un motor capaz de producir 490 CV de potencia con 800 Nm de torque, y ya ha superado tres veces la fuerza g de velocidad de rotor que la unidad que impulsa a la Ferrari SF90 Stradale. Lo curioso del caso es que este motor pesa solo 24 kg, solo un 20% más que el preprototipo original.
Pero la decisión de Mercedes va un poco más allá. Primero, adquiriendo Yasa, se aseguraron tener bajo su control más de 130 patentes de sus desarrollos, ya que la tecnología de motor de lujo axial no es privativa de Yasa, pero sí muchos de sus dispositivos y experiencias de materiales y tecnología.
Sin embargo, según le ha dicho Woolmer a la web inglesa especializada Autocar, hay dos objetivos a alcanzar en los próximos años con la tecnología de los motores de flujo axial. El primero es lograr un motor que tenga 1.000 CV de potencia, un inversor y una caja de cambios epicicloidal en una sola unidad concéntrica de vectorización de torque en el eje trasero. La segunda, el gran desafío para ellos, es tener un motor en las ruedas, una tecnología cuyos detalles siguen siendo súper secretos, aunque es posible para la sexta generación de motores Yasa. Sería un motor suficientemente liviano, compacto y potente como para transportarlos dentro de la rueda de un automóvil, y así dotar a los automóviles con cuatro motores que no ocupen lugar en la carrocería.
Yasa seguirá manteniendo su centro de I+D en Oxford, aunque Mercedes construirá en Berlín su propia fábrica donde producir los motores de flujo axial Yasa para todos sus autos a partir de 2025, con la mira puesta en dotar a todos sus modelos con esa tecnología para el año 2030. Y si, como se puede entender, efectivamente la Ferrari SF90 Stradale, tiene un motor propiedad de Mercedes-Benz.
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