Andar en moto sin casco debería ser algo de otros tiempos, así como ir en auto sin cinturón de seguridad o con los menores de edad en las plazas delanteras. Pero lamentablemente, es todavía una práctica mucho más común de lo que debería, y la tragedia que tuvo como protagonista al cantante “El Noba”, quién perdió la vida en un accidente mientras conducía su moto sin utilizar casco, trajo nuevamente a escena este tema que parece no terminar de ser comprendido y asimilado.
Cada fin de semana, en los principales accesos, por donde automóviles y motocicletas circulan entre Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se repite la misma escena. Un “enjambre” de motocicletas de baja cilindrada forman parte de una práctica completamente peligrosa e irresponsable, en la que, los motociclistas, invaden en grupo la cinta asfáltica, con una especie de rito que incluye ir de a dos sin casco en la mayoría de los casos, zigzagueando entre los autos que van circulando, o colocando su cuerpo horizontalmente boca abajo sobre la moto, con los brazos y las piernas extendidas como si estuvieran haciendo un vuelo tipo Superman. El temor que causan a los automovilistas es natural, cualquier error o mala maniobra que suceda, terminará con una persona en el piso con decenas de autos acercándose detrás.
Según las estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, los siniestros viales son la primera causa de muerte de los menores de 35 años en Argentina. Y del total, el 70% corresponden a motociclistas que no utilizaban el casco correctamente colocado y/o conducían alcoholizados.
Para tener una “radiografía” del tránsito acerca del uso y del conocimiento de la normativa del casco, el Observatorio de CECAITRA, la Cámara de empresas productoras de software vial, realizó un sondeo telefónico en más de mil hogares de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, por el cual se les preguntó a las personas que respondían acerca del uso del casco protector en motos y bicicletas. La pregunta era si creía que su uso es obligatorio u optativo, y las respuestas fueron que era obligatorio en un 90,9%, mientras que el 8,4% dijo creer que es optativo.
La siguiente pregunta era si efectivamente esa norma se cumplía. Entonces el 65,6% dijo que la norma se cumple “poco” o “nada”, mientras que sólo el 33,8% dijo que se cumplía “bastante” o “mucho”.
Para Facundo Jaime, vocero del Observatorio Vial de CECAITRA, “si bien las respuestas confirman el nivel de conocimiento masivo de la norma, simultáneamente reflejan que el uso del casco no es lo que habitualmente se observa en los conductores de motos y bicicletas”.
Al discriminar a los encuestados por edad y sexo, los números dieron algunos datos que vale la pena mencionar. Mientras que para el 56,9%, de los menores de 29 años, el casco se usa “poco” o “nada”, el porcentaje asciende al 69,5% en esas opciones, en personas mayores de 65 años. Separando las respuestas por género, para el 25% de las mujeres se usa “mucho” o “bastante” el casco.
“Los hombres visualizan que el uso del casco es mucho menor a lo que ven las mujeres en la calle. Lo importante es reconocer la importancia de la utilización correcta, siendo un dispositivo de seguridad que salva vidas. Cuando se circula en moto no hay siniestros menores, ya que el escudo ante un choque o caída es el propio cuerpo, y en donde, por más que se circule a velocidades muy reducidas, el peligro es altísimo”, fue la conclusión de Jaime.
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