San Francisco es famosa por muchas características, como las calles con fuertes pendientes que han sido escenario de persecuciones policiales en muchas películas, la prisión de Alcatraz, sus tranvías, el China Town original y por supuesto, por el famoso puente Golden Gate. Pero ahora será famosa también por otro hito, y es que será la primera ciudad de EE.UU. en la que se puede tomar un taxi autónomo, es decir, un auto que no conduce ningún ser humano, sino sus propias computadoras.
Así lo comunicó la Comisión de Usos Públicos de California (CPUC) esta semana, al anunciar que ha otorgado a la empresa Cruise la habilitación para comenzar a operar libremente, levantando el permiso a modo de prueba que estaba vigente desde este año.
Cruise es la compañía que trabaja en conjunto con General Motors para desarrollar la conducción autónoma del futuro. Sus primeros desarrollos se hicieron tomando como base el actual Chevrolet Bolt, un monovolumen eléctrico de segmento B sobre el cual la empresa instaló su tecnología de conducción autónoma que componen una serie de radares y cámaras que alimentan un sistema de inteligencia artificial para reconocimiento de obstáculos.
El sistema estaba funcionando en fase Beta, por lo que los viajes que las personas pudieron hacer desde febrero, después que los operarios y funcionarios de Cruise fueran los primeros en probarlo durante el mes de enero, siempre habían sido sin tarifa. Ahora es un sistema “autónomo, público y tarifado”, según ha dicho la empresa en un comunicado de prensa.
La primera flota de autos tipo taxi autónomos de Cruise está compuesta por 30 unidades, que además de poder recorrer cualquier parte de la ciudad, podrán hacerlo en una franja horaria abierta. Esas eran también algunas de las limitaciones que tenía el sistema en su “modo de prueba” anterior.
La conducción autónoma sigue siendo un “hueco negro” para las legislaciones, especialmente al momento de tener que decidir respecto a la responsabilidad en caso de un accidente o inconveniente como una contravención de tránsito. Estados como California y Arizona son los primeros en autorizar este tipo de movilidad, contrariamente a otros como Kansas o Montana, que ni siquiera han empezado a estudiar la situación.
Hace pocos meses, en San Francisco, un auto de Cruise que estaba yendo a recoger un pasajero fue protagonista de una curiosa situación al ser detenido por la Policía debido a que llevaba sus luces bajas apagadas y estaba circulando en horario nocturno. El auto hizo caso a la orden de detención de las autoridades, pero repentinamente entró en conflicto su programación para no detenerse en zonas peligrosas, por lo que reanudó la marcha para volver a detenerse pocos metros más adelante, donde su información le aseguraba que era un lugar apropiado.
La historia que se contó superficialmente en ese momento fue que un vehículo autónomo había escapado de un control policial, cuando en realidad lo que ocurrió no fue exactamente eso, sino una superposición de funciones. Esa es la mejor demostración del camino que todavía se debe recorrer con la conducción autónoma en todo el mundo hasta conseguir que sea completamente compatible con el funcionamiento de la sociedad en las calles de cualquier ciudad.
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