La pandemia fue el disparador. El riesgo de contagio a través del transporte público y una mirada macro mucho más relacionada con la vida sana y la salud por contraste con la enfermedad del COVID-19, hicieron mella en millones de personas en todo el mundo, y la bicicleta volvió a ser el medio elegido por muchos de ellos para movilizarse cotidianamente.
Muchos observadores y analistas creyeron que el fenómeno perduraría apenas algunos meses más que el virus, sin embargo las cosas parecen estar resultado diferentes. Las bicicletas no sólo se siguen vendiendo y reponiendo, sino que le abrieron la puerta a las e-bikes, o bicicletas eléctricas, cuyas cifras de ventas no cesan de elevarse.
Según el informe “Mercado de bicicletas eléctricas: crecimiento, tendencias, impacto de COVID-19 y pronóstico 2022-2027″, que produjo la plataforma de Inteligencia Artificial Reportlinker el pasado mes de abril, el mercado de bicicletas eléctricas se valoró en USD 27,22 mil millones en 2021, y se espera que alcance los USD 54,48 mil millones para 2027.
En este informe, se detalla que, debido a la pandemia las personas están mostrando un mayor interés en comprar sus propios medios de transporte, pero además, desean aumentar las actividades recreativas y de aventura. Así, se espera que nuevos negocios surjan a partir de la masiva adopción de bicicletas y bicicletas eléctricas en varios sectores, como la logística y los servicios de alquiler de movilidad personal sustentable, lo que impulsará al mercado durante el período proyectado hasta 2017.
En regiones de países desarrollados como Norteamérica y Europa, donde las bicicletas tienen carriles exclusivos en todas las ciudades y los suburbios de estas, varias empresas de servicios relacionados con emergencias como las farmacias, han adoptado las bicicletas eléctricas para entregar servicios y artículos esenciales en distancias cortas. Así se evitan también las situaciones de tráfico en algunas zonas más densamente pobladas y cumplir con el servicio en menos tiempo.
A medida que las ciudades de todo el mundo fueron saliendo de los confinamientos, la demanda de bicicletas eléctricas se aceleró debido a su conveniencia y costo de operación. Y si a esto se le suma la creciente preocupación global por las emisiones de gases de efecto invernadero de los vehículos con motor de combustión de combustibles fósiles y la creciente congestión del tráfico en todo el mundo, algunos fabricantes de automóviles como General Motors, Audi y BMW, han planeado ingresar al mercado de las bicicletas eléctricas para diversificar sus oferta de productos y no perder fidelidad de sus clientes ante un cambio de paradigma en la movilidad de las personas.
En Europa, Alemania es el país en el que el mercado de bicicletas en general ha crecido más que el resto, llegando en 2020 a 2 millones de unidades, entre las que se discriminan las bicicletas convencionales y las eléctricas. Esa cifra bajó levemente en 2021, en parte, debido a la pandemia. Países Bajos y Francia son los otros dos estados europeos en los que el mercado de bicicletas ha explotado en los últimos tres años. París, de hecho, ha construido 50 kilómetros de bicisendas y es el primer país en el que las ventas de e-bikes superó a la de bicicletas normales el año pasado.
En Argentina, el crecimiento se percibe en grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Córdoba y Mendoza. Aunque las bicicletas eléctricas han crecido mucho en su participación en el mercado del transporte individual, todavía están lejos del mercado de bicicletas convencionales, pero el crecimiento se puede ver con otras variables, anexas, que permiten apreciar el movimiento de los usuarios hacia esta movilidad ecológica y saludable.
La Ciudad de Buenos Aires ha registrado que durante 2020 se realizaron en su jurisdicción, unos 400 mil viajes en bicicleta por día, y esos viajes pasaron de ser el 5% al 10% del total de los traslados en un año. Como los vecinos de la ciudad han podido comprobar, y en muchos casos padecer, se siguen construyendo más bicisendas y ciclovías, con la intención de crecer de 267 a 300 kilómetros de senderos exclusivos para ciclistas en los próximos dos años.
Otro servicio que ha notado el incremento de la cantidad de bicicletas, es el del seguro, que aunque no se tenga tan en cuenta como en el caso de una moto o un automóvil, ha crecido notablemente. Según informes del sector asegurador, los robos de bicicletas aumentaron alrededor de un 40% en los últimos dos años, incluso pese a la utilización de candados y cerraduras cada vez más sofisticadas.
Y si los motivos para usar una bicicleta en lugar de una moto o un automóvil, pasan por la ecología y la salud, pero también por la economía, es bueno saber que un seguro para bicicletas, que cubre robo o pérdida total de una unidad, no es algo costoso, ya que las pólizas comienzan desde los $300. Entre enero y febrero de 2020, una de las primeras empresa de seguros que empezó a trabajar con las bicicletas, Libra, emitió un 29% más de pólizas respecto al bimestre anterior, pero el dato que mejor refleja la situación de la movilidad ecológica de dos ruedas en Argentina, es que el 82% de los seguros fueron para bicicletas convencionales, el 15% fue para monopatines eléctricos, en tanto que el restante 3% fue para asegurar bicicletas eléctricas.
Como dijo el Licenciado Pedro Orbaiz, experto en movilidad sustentable con vasta experiencia en Argentina, México y Australia, en una entrevista exclusiva con Infobae a finales de 2021, “el vehículo del futuro es la bicicleta, porque evita problemas de tráfico, infraestructura, estrés, y a la vez contribuye a la salud y a la generación de espacios verdes. Es un cambio de hábito”. ¿Será así?
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