En 2014, cuando la Fórmula 1 comenzó su actual etapa híbrida, se puso fin al dominio que Sebastian Vettel y Red Bull-Renault traían desde 2010, cuando comenzó la racha de 4 títulos consecutivos para el equipo que, sin historia en las competiciones, un día decidió hacer algo más que bebidas energéticas.
Pero el cambio de normativa no les cayó tan bien, y dejar los motores V8 fue dejar también esa cómoda posición de ser el dominador absoluto de la categoría que es pináculo del desarrollo técnico del automovilismo mundial.
Ese año empezó otra racha que fue mucho más extensa y abrumadora para los rivales, la de AMG Mercedes, que con Lewis Hamilton y Nico Rosberg, se llevó los siguientes 7 campeonatos, uno con el alemán y seis con el inglés. En 2021, ese dominio terminó con la consagración de Max Verstappen, nuevamente con Red Bull, aunque ahora motorizado por Honda.
Pero antes que esto ocurriera, un día de 2018, cuando ya Mercedes era el amo y señor de la Fórmula 1 híbrida, los ingenieros de AMG pidieron una reunión con el Presidente de Daimler, Ola Källenius, con la propuesta de aprovechar ese momento de gloria absoluta, para poner una unidad de potencia de Fórmula 1 en un hypercar de calle, y así construir el más potente y rápido vehículo que jamás antes habían concebido. Era el Mercedes AMG Project One.
Es difícil no tentarse con semejante propuesta. Dominador absoluto de la categoría más famosa del mundo, dueño de una de las marcas más conocidas y prestigiosas, y la posibilidad de fortalecer la imagen deportiva fuera de las pistas, donde Mercedes era más un auto señorial que uno para buscar performance y velocidad.
“Voy a tener que revisar las actas de esa reunión, pero estoy seguro que estábamos borrachos cuando dijimos que sí”, bromeó el CEO de Mercedes hace pocos días, cuando se le preguntó por el proyecto, el desafío y las expectativas que despertaba su próximo lanzamiento oficial. Y es que en verdad el auto es una máquina brutal de diseño, potencia y rendimiento como pocos habrá, y como ninguno hubo en la casa de Stuttgart.
El AMG Project One debió salir a la luz hace ya un tiempo, pero el desarrollo fue más complejo de lo imaginado, y eso explica la expresión del hombre que autorizó el proyecto. Es un automóvil propulsado por un motor térmico 1.6 litros V6, el mismo motor de Fórmula 1, aunque sin las limitaciones que el reglamento impone, por lo que, combinado con el motor eléctrico, supera los 1.000 CV de potencia. A diferencia del auto de Hamilton, el Project One tiene tracción en las cuatro ruedas, como una de las diferencias que no se pueden apreciar desde el exterior.
Cuando se presente en sociedad se conocerán todas las cifras con exactitud, pero ya se sabe que superará los 350 km/h, y que su aceleración le permitirá llegar de 0 a 200 km/h en apenas seis segundos. Solo se construirán 275 unidades y su precio está estimado en dos millones de dólares, aunque depende de alguna variable que pocos tienen en cuenta, y es que, al adquirirlo, se firmará un contrato por el cual se asume la responsabilidad de roturas después de los 40.000 kilómetros, porque esa es la vida útil que Mercedes le asegura al impulsor. Por lo tanto, es recomendable que se compre el auto con al menos dos motores, porque si bien es cierto que nadie lo usará para llevar a los chicos al colegio, ese kilometraje quizás se supere después de un par de años.
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