Lejos de haberse tranquilizado, la situación del conflicto bélico causado por Vladimir Putin y su invasión a Ucrania, sigue siendo motivo de problemas y preocupación. No solo para países como Suecia y Finlandia, por haber pedido incorporarse a la OTAN a la brevedad, sino para una de las industrias que más fuertemente se había instalado en Rusia, como lo es la automotriz.
Luego de dos meses de deliberaciones y monitoreo, finalmente se conoció este lunes que Renault ha decidido dejar el país, cediendo su participación mayoritaria del 67,69% en la automotriz AutoVAZ, el mayor fabricante de coches Lada en Rusia, a NAMI, el Instituto ruso de Investigación y Desarrollo de Automóviles y Motores.
Si bien no se dieron a conocer los detalles del acuerdo financiero, Denis Manturov , Ministro ruso de Industria y Comercio, ya había dicho en abril pasado que Renault planeaba vender sus activos rusos por “un rublo simbólico”.
Renault Group, además, cedió también a la ciudad de Moscú sus operaciones de Renault en Rusia, incluyendo la planta de la capital del país que se ocupaba de producir autos de su marca como así también de Nissan. A raíz de este anuncio, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin anunció que la fábrica va a relanzar la marca soviética Moskvich.
Renault se había aliado con AvtoVAZ en el año 2008, para luego convertirse en accionista mayoritario desde 2014. Fue gracias a esta alianza, que Rusia fue en 2021, el segundo mercado del Grupo Renault en ventas, solo superado por Europa, con cerca de medio millón de vehículos.
La salida de Rusia significará una pérdida de 2.200 millones de euros para Renault, el importe de las provisiones anunciadas el 23 de marzo, cuando el grupo anunció la suspensión de sus actividades industriales en ese país ante el conflicto y los bloqueos que impedían tener activa la cadena de suministros.
Sin embargo, hay una puerta entreabierta al futuro en este acuerdo firmado hoy, por la cual Renault mantiene la posibilidad de volver a adquirir la filial rusa durante los próximos seis años.
“Hoy hemos tomado una decisión difícil pero necesaria; y estamos haciendo una elección responsable hacia nuestros 45.000 empleados en Rusia, preservando al mismo tiempo el rendimiento del Grupo y nuestra capacidad de volver al país en el futuro, en un contexto diferente”, dijo el Luca de Meo, CEO de Renault, a través de un comunicado.
Todo el derrumbe comenzó cuando, a partir de las sanciones económicas que se le impusieron a Rusia, la fábrica de Togliatti, en la ribera del Río Volga, debió suspender turnos primero y parar la planta después, dando vacaciones pagas a sus 35.000 operarios.
De hecho, el pasado 12 de mayo se anunció el cierre de las cadenas de producción entre los días 16 y 20 de mayo, debido a la falta de componentes.
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