Desde hace un tiempo, varios fabricantes vienen estudiando el modo de generar más espacio para las baterías dentro de los autos eléctricos. Si bien esto implica aumentar el peso, el objetivo es dotar al automóvil de mayor autonomía para evitar que en algún momento, haya que detenerse y perder al menos media hora de un viaje, recargando electricidad para poder seguir.
En esa búsqueda, las baterías de estado sólido son una opción en la que trabajan muchos fabricantes, mientras otros como Tesla, están experimentando con colocar baterías formando parte de la carrocería. Este método es conocido como CTP (Cell To Pack), y se trata de encontrar huecos en la estructura de todo el auto, en los cuáles colocar packs de baterías. La gran contra de este sistema es que le agrega peso a partes elevadas de un auto, con lo que se cambia el centro de gravedad.
Hay quienes van por otro camino, como Renault con la línea de Mobilize EZ-1, pequeños autos urbanos que no cargan las baterías, sino las cambian por módulos según la necesidad. Algo similar han hecho en China dos marcas distintas. Una de autos eléctricos, Nio, y otra de tecnología, nada menos que CATL, la compañía más grande del mundo entre las que fabrican baterías para autos eléctricos. Por separado, ambas han levantado una red de estaciones de reemplazo de baterías que demandan el mismo tiempo que lleva llenar el tanque de combustible actualmente.
En China, sin embargo, ha surgido un nuevo modo de ganar espacio sin cargar de peso la carrocería. Lo ha desarrollado la automotriz Leapmotor, que acaba de presentar en sociedad el modelo C01. Este vehículo será el primer auto eléctrico del mundo que tiene las baterías dentro del chasis mismo, en la zona baja del cuerpo del auto.
El sistema se llama CTC (Cell to Chassis) y tiene una gran ventaja respecto al CTP al permitir que se gane peso en el auto por formar parte estructural del mismo. Según sus fabricantes “la tecnología CTC del C01 permite reducir un 20% el número de componentes, aumentar en un 14,5% el espacio disponible y reducir el peso total en 15kg”.
Otra ventaja es permitir que se baje el piso del habitáculo, algo que en los autos eléctricos no ocurre ni siquiera como en los de combustión interna, ya que el pack de baterías está alojado sobre el chasis, debajo de la cabina de pasajeros. Esto permitiría mejorar el centro de gravedad, pero también ser más aerodinámico, además de tener un menor costo de fabricación. “Al tener en cuenta el material eliminado y la simplificación del proceso de fabricación, los costos bajan”, señalaron en la presentación del Leapmotor C01.
Pero, siempre hay un “pero...”. Incorporar las baterías al chasis o la carrocería trae aparejado un problema inevitable a futuro, que es el momento de la reparación o del reemplazo cuando se haya agotado su vida útil. Tanto uno como otro sistema, requerirían desmantelar casi todo el auto para esa tarea y eso significará quedar varios días sin automóvil, y un desembolso de dinero muy alto. Hoy, los autos eléctricos son costosos, de modo que cambiar una batería, aún con ese sobreprecio, no se podrá comparar con comprar uno nuevo, pero a medida que el precio de compra baje, como seguramente ocurrirá, desarmar el auto completo para reemplazar la batería, no tendrá justificación alguna.
No es algo que no hayan pensado en Leapmotor. Por el contrario, sabiendo que esa es la gran pregunta, tienen una respuesta para dar. Si las baterías son suficientemente buenas, y los usuarios hacen los ciclos de carga correctamente, un auto eléctrico cumplirá su ciclo de vida al mismo tiempo que su batería. El desarrollo tecnológico de diez años será tan grande, que las personas optarán por comprar un auto nuevo y descartar el anterior por obsoleto. Así se podría generar un mercado de segunda mano, con autos reciclados por las propias marcas que los fabrican. Todo un ecosistema en el que el usado tendrá un precio muy competitivo de reventa.
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