La conducción autónoma sigue siendo uno de los grandes desafíos de la industria automotriz. Que un auto se conduzca solo de modo tal que una persona se siente en su interior, indique el destino al que quiere dirigirse y que no tenga ninguna otra cosa que hacer hasta entonces, está cada vez más cerca, aunque no tanto como parece.
Alemania ha sido el primer país de Europa en aceptar que, bajo ciertas circunstancias y condiciones, se pueda subir al siguiente escalón respecto a las Asistencias a la conducción que ya se permiten en todo el mundo y subir al Nivel 3. La fecha es el 17 de mayo próximo, pero solo se podrá utilizar en ciertos tramos de algunas autopistas.
Así funciona por ahora. El auto debe tener un posicionamiento muy preciso proporcionado por cartografía 3D cargada previamente en su sistema Drive Pilot, y esa es la limitante de uso que tiene, ya que solo se puede activar si se encuentra dentro de las zonas conocidas por el automóvil.
Con ese posicionamiento, sumado a los datos que adquiera de los sensores LiDAR, cámara, radar y ultrasonido, el sistema crea un nuevo mapa virtual con una imagen tridimensional de la ruta y su entorno, entre los que están la geometría del camino, las señales de tráfico y las incidencias en el tráfico como accidentes u obras viales.
Este mapa de alta precisión se diferencia de los mapas utilizados en dispositivos de navegación gracias a un baremo en centímetros en lugar de metros, y un modelo detallado de cruces y rutas. Por esa razón es tan importante entender que el Drive Pilot no puede funcionar en cualquier lugar sino solo en los que están precargados.
Una vez activado, el sistema permite que el conductor no tenga que hacerse cargo de guiarlo en tráfico denso o en congestión y hasta una velocidad máxima de 60 km/h. Drive Pilot controla la velocidad y la distancia, y guía al vehículo dentro de su carril. El sistema analiza y tiene en cuenta el perfil de la ruta, los acontecimientos que se producen en ella y las señales de tráfico para desenvolverse con la misma fluidez que un conductor humano.
Por ahora, Mercedes-Benz es el único fabricante que ha homologado un sistema de conducción autónoma de Nivel 3, aunque no cualquier modelo puede disponer de esta herramienta tecnológica. Sólo los Clase C y los EQS lo tienen como equipo opcional, para el que se debe pagar aparte, y el precio no es nada económico. En el Clase C, el Drive Pilot tiene un costo de 5.000 euros, mientras que para el modelo más equipado de la marca, el sistema cuesta 7.430 euros.
Pero los alemanes no son los únicos que han desarrollado y homologado el Nivel 3. En marzo de 2021, el primero en hacerlo fue Honda, con su modelo Legend, aunque solo fue certificado para circular por ciertos caminos de Japón. En ese país, los autos con Nivel 3 tienen que llevar un sticker en la parte trasera, para alertar a los demás conductores que ese vehículo puede ser conducido autónomamente en ciertos tramos.
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