“La industria automotriz se enfrenta a uno de los períodos más desafiantes de su historia. Sin dudas, en los próximos años, tendremos más cambios que en los últimos 100″. Con esta frase, Toyota intenta resumir su visión del panorama que enfrenta como marca que produce automóviles, ante un escenario en el que no hay certeza de absolutamente nada, salvo que el planeta necesita reducir el calentamiento global para llegar a 2050 sin una catástrofe medioambiental.
En nuestra región, Toyota Argentina fue la primera empresa en poner a disposición de los usuarios un automóvil con cierto tipo de electrificación. Esto ocurrió en el año 2009, cuando se lanzó el Toyota Prius, el primer auto híbrido de la marca, al cual luego se le fueron sumando otros modelos, hasta llegar hoy a seis diferentes vehículos que ofrecen esa opción de propulsión menos contaminante.
Un híbrido es la puerta de entrada a la movilidad sustentable porque, básicamente, al combinar un motor eléctrico alimentado por una batería de baja potencia con el motor térmico convencional, reduce las emisiones manteniendo la performance. No necesita ser enchufado para alimentar su batería de niquel, ya que ésta se va recargando con las frenadas durante la conducción. Tiene poco rendimiento. En modo eléctrico puede circular apenas unos 3 kilómetros, pero su función está en dar apoyo al motor de combustión interna, especialmente en las salidas de cero de una esquina o un semáforo, que es cuando más consume. Un híbrido puede permitir que un auto, en uso urbano, reduzca su consumo casi en un 50%. Este fue el camino más rápido para empezar a contribuir con la reducción de las emisiones contaminantes sin depender de la infraestructura de carga.
Desde 2009 a la fecha, dos modelos híbridos de la marca se comenzaron a fabricar en la región. Primero fue el Corolla en 2019 y el año pasado el Corolla Cross. Hoy ofrece el Prius, Corolla y Camry entre los sedanes, y Corolla Cross, C-HR y RAV4 entre los SUV. Es la marca que mayor oferta de híbridos tiene en el mercado.
Hasta ahora, Toyota se mantenía en ese plan de ofrecer productos híbridos que bajen las emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de contar en el mundo con otras dos soluciones como son los híbridos enchufables y el disruptivo Toyota Mirai, el primer auto de producción que utiliza hidrógeno a través del sistema de pila de combustible para generar electricidad que alimente el motor eléctrico que lo equipa. Pero ambas tecnologías no estaban en condiciones de aplicarse a países como Argentina, y por esa razón no habían llegado a esta región.
El pasado mes de abril, Toyota Motor Corporation lanzó su primer auto completamente eléctrico, el Toyota bZ4X, y con eso abrió la puerta a los autos 100% a batería que se estaba esperando de la marca. Las razones de la demora en comparación con sus rivales y con su propio camino iniciado como precursor de la electrificación parcial de los automóviles, radica en que para la compañía que lidera Akio Toyoda, CEO y Presidente de TMC, el abanico de opciones es mucho más grande que la sola conversión a la electricidad.
Japón, como potencia tecnológica que es, no dispone de territorio suficiente para generar energía eléctrica sustentable con grandes parques eólicos o solares. Esto los obliga a importar electricidad, con el costo y la dependencia que genera, por lo que el desarrollo de autos eléctricos no fue una urgencia, sino un proyecto que fue en paralelo con el del hidrógeno del Mirai.
Ahora, con las cuatro soluciones en su menú de autos sustentables, Toyota Argentina decidió acelerar sus planes de desarrollo de movilidad electrificada, para lo cual se ha puesto como meta que para el año 2025 al menos una versión de cada modelo de su línea, ofrezca una opción de estas características.
En virtud de eso, trajeron a la planta de Zárate un modelo de cada una de las tecnologías que todavía no se comercializan en el país, para que los medios de comunicación tomaran contacto con ellos, aunque sin develar la estrategia que seguirán en cuanto a lanzamientos puntuales.
A los conocidos híbridos que ya están en el mercado, se sumaron un Toyota RAV4 híbrido enchufable, un Lexus UV300e 100% eléctrico, y el afamado Toyota Mirai propulsado por celdas de combustible de hidrógeno.
La potencia del híbrido enchufable es notable y podría ser el producto que más se asemeje a las necesidades del mercado local. Su autonomía de unos 70 km en modo eléctrico exclusivamente, permiten que para una conducción mixta, que combina tránsito urbano y suburbano, sea un vehículo que podría adaptarse mejor a la demanda de los próximos años del usuario argentino que desee dar un paso más hacia la sustentabilidad.
El Lexus, más allá de ser un auto Premium en equipamiento y materiales, es la opción completamente a batería que pusieron a disposición de la prensa. Sus prestaciones son las esperadas de un auto eléctrico con 200 CV de potencia y con una autonomía de más de 300 kilómetros. Los autos eléctricos son caros, por lo que será una decisión de Toyota si al momento de decidirse por traer un primer EV, buscan que sea de la marca de elite o bien el nuevo bZ4X.
El Mirai es un auto que “juega en otra liga” desde muchos puntos de vista. Primero por su tecnología, ya que gracias a un proceso químico llamado electrólisis inversa, convierte el hidrógeno gaseoso en electricidad al hacerlo tomar contacto con moléculas de oxígeno. Después por la infraestructura que requiere para funcionar. Actualmente, en Argentina solo hay una planta de producción de hidrógeno capaz de inyectar el gas a alta presión para sus tres tanques. Es la planta de Pico Truncado, en la provincia de Santa Cruz, capaz de comprimir hidrógeno a 200 bar de presión, pero el Mirai necesita 700 bar para poder alcanzar los 600 kilómetros de autonomía que puede dar en Europa y que la carga solo demore 5 minutos.
Esta es la primera limitación que se encontrará, pero no la única. La otra barrera es que el costo del hidrógeno verde es muy alto aún, y el hidrógeno convencional o hidrógeno gris, que es accesible, genera contaminación en su proceso de separación del oxígeno, con lo que perdería sentido la inversión en un auto que será muy costoso y contaminará de todos modos.
Pero la demostración del Mirai es, al menos para el mercado argentino, la forma que tiene Toyota de exhibir su tecnología, y de mostrar también que, ante un escenario sobre el que todavía hay demasiadas preguntas sin respuestas, abrir el juego a otros modos de propulsión es en realidad una actitud de inteligencia y previsión.
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