Pocos días atrás, Infobae tuvo la oportunidad de conocer y tomar un breve contacto al volante de uno de los productos más novedosos de la industria automotriz mundial, no tanto por sus avances tecnológicos, que los tiene y muchos, pero sí por su sistema de propulsión. Se trata del Toyota Mirai, el primer auto de producción que alimenta su motor eléctrico con pila de combustible de hidrógeno.
Efectivamente, el Mirai es la más clara demostración del pensamiento de Akio Toyoda, Presidente y CEO de Toyota Motor Corporation, quién en cada oportunidad que puede, insiste con su idea de no concentrar todos los esfuerzos de la movilidad sustentable de la industria y los gobiernos en los autos eléctricos, sino en otras alternativas como el hidrógeno.
El Mirai no carga su batería enchufándose a la red de electricidad sino que lo hace a través de un proceso químico por el cual, cuando se pone el contacto el hidrógeno almacenado en tanques de alta presión a 700 Bar con el oxígeno dentro de las celdas de la batería, genera una reacción química llamada Electrólisis inversa que produce electricidad.
El Mirai tiene un motor de 182 CV exclusivamente generados por el motor eléctrico, lo que permite un desempeño de más de 600 km con una carga completa de hidrógeno, para mover una carrocería de casi 5 metros de longitud y 1850 Kg de peso. Sus tres tanques de hidrógeno se cargan en menos de 5 minutos, siempre y cuando se tenga a disposición una estación de carga de alta presión.
Ese es el punto crítico para esta tecnología. Producir el hidrógeno verde (es decir proveniente de fuentes renovables), es todavía muy costoso, aunque ese costo va bajando a medida que se desarrollan nuevas plantas en todo el mundo.
Europa es uno de los continentes que más hidrógeno produce a través de captura de energía solar y eólica, y dentro del continente, los países escandinavos llevan la delantera. Así como Noruega es, por lejos, el país con cifras récord de venta de autos eléctricos, Dinamarca parece haber sido un precursor en el uso de hidrógeno, ya que acaba de lanzar un proyecto por el cual empieza la conversión del sistema de taxis de su capital, Copenhague.
El programa se llama DrivR y consta en una primera etapa de la incorporación de 100 unidades de Toyota Mirai, hasta el momento la más grande conocida, que empiezan a reemplazar a los taxis con motor a combustión interna por autos cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El proyecto busca llegar a 2025 en una primera etapa, a partir de la cual los nuevos taxis solo puedan ser eléctricos (EV) o de pila de combustible de hidrógeno (PHEV), y desde 2030, lograr que todos los vehículos de alquiler con chofer sean de movilidad sustentable.
Estos 100 taxis de hidrógeno de DrivR que se han puesto en circulación forman parte de los dos proyectos europeos para impulsar el transporte alimentado por hidrógeno. Por un lado el Hydrogen Mobility Europe 2 (H2ME2), y por otro Zero Emission Fleet Vehicles For European Rollout (ZEFER), que intentan generalizar las alternativas a base de hidrógeno por toda la Unión Europea y fomentar la creación de estaciones de recarga.
Pero Dinamarca no es la primera capital que incorpora el hidrógeno para los autos tipo taxi. Anteriormente, 60 Toyota Mirai se desplegaron por parte de la empresa de taxis de hidrógeno Hype by STEP en París, y otros 60 en Londres, que han compartido dos compañías de alquiler privadas llamadas Green Tomato Cars y el Metropolitan Police.
Si bien el hidrógeno todavía no puede empatar a la electricidad, hay una realidad ineludible, y es que mientras no se genere más energía eléctrica verde, habrá un “cuello de botella” que indefectiblemente afectará el costo de la electricidad. Más allá de situaciones puntuales y coyunturales como la falta de provisión de gas debido al conflicto de Rusia con Ucrania, y que está afectando considerablemente el costo de la electricidad en toda Europa. El hidrógeno es el elemento más abundante en la naturaleza, y como dicen los defensores de esta energía, es el futuro del futuro.
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