La reciente inauguración de la Gigafábrica de Austin, Texas, fue mucho más trascendente para Tesla que el evento en sí mismo. Primero por el formato, ya que Elon Musk decidió organizar una gran fiesta en a la que invitó a unas 15.000 personas y en la cual se podía escuchar música, comer y recorrer el lugar. Incluso hubo un momento en el que él mismo se mezcló con los invitados y conversó con ellos luciendo un informal atuendo de jean y remera negra y un sombrero texano acorde al lugar.
El Cyber Rodeo, que así se llamó el evento, sirvió para dar oficialmente por abierta la fábrica central de Tesla, que se ha trasladado de California a Texas, ya que “Fremont se estaba quedando sin espacio y que ningún sitio mejor para crecer como Texas”, según las declaraciones del CEO de la compañía.
La nueva fábrica, que costó a Tesla 1.100 millones de dólares, es la sexta planta de la marca en el mundo, la cuarta en EE.UU. y la más reciente. Anteriormente se inaguraron la Gigafábrica de Shanghai tres años atrás y la de Berlín, apenas hace un mes. La fábrica de Austin tiene 1,16 kilómetros de largo y una superficie de 338 millones de metros cúbicos. “Es equivalente a tres pentágonos”, dijo Musk. En esta enormidad de edificación, que la transforma en una de las factorías más grandes del mundo, trabajarán 5.000 empleados.
Pero la inauguración no solo se trató de cortar una cinta para formalizar las operaciones que ya se llevan adelante desde hace varias semanas, sino para que Elon Musk haga anuncios que se estaban aguardando por parte del mercado en general, y de los usuarios de Tesla en particular.
El primero, y probablemente el más esperado, fue que finalmente se confirmó que la demorada Tesla Cybertruck comenzará a fabricarse en 2023 en esta planta, al mismo tiempo que se aprovechó la oportunidad para mostrar una unidad de la que parece, será la versión definitiva de la pickup eléctrica. Entre los detalles que se pudieron apreciar estaba la incorporación del eje trasero directriz, y las primeras vistas del interior que antes no se habían podido apreciar. Una gran consola entre las dos butacas delanteras y un volante con forma de Yugo son los detalles más destacables.
Los otros anuncios de Musk fueron que también en 2023 comenzarán a fabricarse dos vehículos tan disrutpivos como la camioneta, como son el camión Tesla Semi, y el auto deportivo por excelencia, que ya había sido demorado hace un par de años, el Tesla Roadster.
Además del tamaño, la nueva fábrica pondrá en valor el novedoso proceso de fabricación de Tesla, que su propio creador ha explicado al decir que “es una revolución en la fabricación de automóviles básicamente hacer un auto a partir de tres partes principales. Al igual que con los aviones modernos, donde el ala es en realidad un tanque de combustible con forma de ala, con la nueva arquitectura Model Y, las celdas de la batería llevan la carga. Eso da como resultado un automóvil que es más liviano, con una pequeña cantidad de piezas, cuesta menos y mejora la respuesta en choques, por lo que también es una ventaja de seguridad”.
Como se sabe, Tesla ha desarrollado sus propias máquinas con las que puede fabricar secciones completas del auto de una sola pieza, ahorrando soldaduras, tornillos y bulones, pliegues y zonas de flexión, además de ahorra peso en todo el proceso. Hoy, en Texas, el Tesla Model Y se fabrica principalmente con tres grandes componentes principales: la parte trasera hecha de una sola fundición, el paquete de baterías diseñado como tren de rodaje estructural y la parte delantera que también está hecha con una sola fundición de metal.
Como al pasar, y sin dar demasiados detalles, Musk también comentó que “va a haber un robotaxi dedicado que se verá bastante futurista”, dejando que la imaginación salga a hacer lo suyo en los analistas del mercado. Se ha especulado que los robotaxi serían parte de la marca Boring Company, la empresa que ha creado el empresario nacido en Pretoria, Sudáfrica, y que es la encargada de proyectos como los túneles para autos eléctricos que ya funcionan en Las Vegas.
A diferencia de los Tesla con su sistema AutoPilot, el robotaxi sería un vehículo de concepción completamente diversa a los autos de la marca, y es parte del plan de crecimiento que Tesla pretende seguir para alcanzar la meta de tener el 20% del mercado de movilidad eléctrica del mundo.
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