Más allá de ignorar que terminarían descubriendo un nuevo continente, América, cuando las tres carabelas de Cristóbal Colón salieron del Puerto de Palos para ir a las Indias por el otro lado del mundo, no sabían cuánto tiempo duraría el viaje, no solo por la distancia que debían recorrer, sino porque se propulsaban únicamente por el viento en sus velas.
530 años después, los mismos mares que navegaron el genovés y las tripulaciones de la Santa María, la Niña y la Pinta, podrían ser surcados por embarcaciones que tampoco tengan ningún otro modo de propulsión que no sean los que proporciona la naturaleza, pero esta vez sin depender del viento.
La conciencia ecológica, esa la necesidad de los habitantes del mundo de dejar de emitir dióxido de carbono a la atmósfera, han desarrollado tecnología capaz de permitir que un crucero pueda cruzar el océano atlántico solo propulsado por motores eléctricos que se cargan con energía solar o fotovoltaica.
Por supuesto que no es el primer barco que se mueve con esta tecnología, y por supuesto que existen miles de embarcaciones que navegan solamente a vela si así lo desean, generando también cero emisiones de gases de efecto invernadero. Pero este caso, el del crucero Soel Senses 62, es distinto porque ha conseguido mayor autonomía, con la cual podría navegar por el mundo entero con su motor eléctrico que solo se alimente del sol.
Gracias al diseño de sus 44 módulos de carga, este barco puede alcanzar una capacidad de energía generada de 17,6 kWp, lo que equivaldría a unos 50 kWh. Su batería es de tres posibles especificaciones: 282, 423 y 564 kWh, lo que permite que alcance velocidades de hasta 14 nudos o 26 km/h, pero esa performance va en desmedro de la autonomía, que apenas alcanzaría para recorrer unos 70 kilómetros. Si en cambio lo que se pretende es hacer un largo viaje, la batería podría permitir que se recorran casi 500 kilómetros, pero navegando a solo 4 nudos, unos 7,4 km/h.
La propulsión del yate es generada por dos motores eléctricos con 100 o 200 kW de potencia, es decir unos 268 CV y 536 CV. Mientras el barco navega, las baterías se van cargando con la luz solar independientemente, lo que permite el rango se pueda extender si se utiliza consumiendo menos que lo que se está recolectando. En ese equilibrio está la efectividad de uso de la embarcación.
La idea de cruzar con esta tecnología un océano como el Atlántico, naturalmente no es para lo que se lo ha diseñado, sino, en todo caso, para cruzar el Mediterráneo o navegar en aguas de la península arábiga. El Soel Senses 62 tiene una eslora de 18,8 metros, un ancho de 10,3 metros y un calado de 96 cm, dada su cualidad de catamarán. A nivel de habitabilidad, tiene tres secciones para descanso que permiten alojar hasta 12 pasajeros con tripulación incluida.
El dato final es el precio, que naturalmente no es muy accesible sino más bien todo lo contrario: 2,7 millones de euros son suficientes para tener uno.
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