Si se hiciera un juego de palabras con el cine, se podría decir que las grandes estrellas que se roban los papeles protagónicos en la película de la movilidad sustentable, son los autos eléctricos. Pero hay otros actores con papeles importantes, algunos casi protagónicos, que no lo son solo por un tema de cartel.
Para las naciones y sus gobiernos, o para los ambientalistas y las organizaciones no gubernamentales que actúan sobre temas referidos al calentamiento global, la descarbonización del planeta pasa principalmente por convertir la movilidad hacia los autos a batería. “Si queremos limitar el calentamiento global, es ahora o nunca”, dijo Jim Skea, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que elaboró su último informe para la ONU (Organización para las Naciones Unidas) el pasado 4 de abril, en el que se destaca como estrictamente necesario que el transporte se electrifique y también que el sector energético avance hacia fuentes renovables, si se pretende alcanzar los objetivos de limitar el aumento de la temperatura global del planeta en 1,5 ºC para 2050.
Mientras estos movimientos son cada vez más frecuentes y sus voces resuenan más fuerte en la comunidad mundial, otras formas de reducir las emisiones contaminantes como el carsharing (autos compartidos), no tienen tanta relevancia a nivel político, y sin embargo son tomadas con mucho mayor interés por las fábricas, ya que contribuye a resolver lo prolongada que será la transición hasta que los autos eléctricos sean más accesibles al presupuesto de un ciudadano común. Los autos eléctricos son caros, y resolverlo es un verdadero dilema para la industria.
Sin embargo, así como Carlos Tavares (CEO de Stellantis) alzó su voz varias veces en el último tiempo, señalado que “el apuro por los autos eléctricos viene de los políticos, no de los fabricantes”, ahora es el alemán Markus Schäfer, Director de Tecnología de Mercedes-Benz AG, quién ha dado alguna opinión controversial ante el escenario de una conversión futura y masiva a los autos eléctricos.
Según ha declarado recientemente a la revista norteamericana Road & Truck, “Llegar a un precio de batería de 50 dólares por kWh, permitiría tener una base de costos comparable a la de un motor de combustión interna. No veo eso con la química que tenemos hoy, de modo que estamos lejos de, tan siquiera, poder pensar en que el costo de las baterías pueda bajar de su valor actual”.
Como referencia, vale señalar que durante 2021, en Europa, la industria se ha acercado a precios cercanos a los 100 dólares por kWh de energía, pero ese valor fue ocasional y el promedio ha quedado en torno a los 120 dólares.
Para Schäfer, “alcanzar esa paridad de costos no es posible con ninguna de las tecnologías de baterías que hay actualmente en el mercado”. El tipo de baterías asequibles y de alta densidad energética que serían necesarias para que esos costos se empaten, no existen o sólo existen en entornos controlados de laboratorio.
Según explicó, “incluso una vez que sepamos cuál tipo de batería funcionará, adaptarlo para la industria automotriz, con sus altos volúmenes y requisitos de durabilidad extremadamente desafiantes, será un proceso de años. Entonces, mientras esperamos un gran avance, no es posible prometer que los vehículos eléctricos serán más baratos.”
Pero no solo se trata de desarrollos tecnológicos. Debido a la creciente popularidad de los vehículos eléctricos, pero a la vez al crecimiento continuo de los productos electrónicos de consumo en general, la demanda de baterías de litio está en camino de superar holgadamente la capacidad de las minas de metales de tierras raras actuales. La tierra tiene más yacimientos de litio, pero poner en funcionamiento las minas es complejo y costoso. Para Schäfer, es probable que la escasez de litio no se resuelva por los próximos tres años, con lo que el precio no bajará, y las baterías tampoco.
Las declaraciones de Schäfer no afectan a su marca, como no lo harán con ningún fabricante de autos Premium, porque sus productos no son económicos, sino más bien todo lo contrario. Si los autos eléctricos son caros, los de Mercedes son más caros aún. La provisión de litio no está en riesgo, lo que dice el ejecutivo alemán es que difícilmente pueda ofrecerse un auto a baterías a un precio menor a los 25.000 dólares como varios proyectos intentan realizar.
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