Hace algunos meses, Sony mostró al mundo como podía conducir un auto que circulaba por calles de un circuito cerrado y en un ambiente seguro, pero lo hacía a distancia, desde Japón, nada menos. Este año, una empresa sueca de camiones eléctricos y autónomos, puso al comando teledirigido desde la sede central de la empresa en EE.UU. un camión que no tiene cabina ni posición para un chofer. Sencillamente lo manejan desde un joystick en una oficina.
La conducción remota podría haber sido una gran herramienta un par de años atrás, cuando la pandemia golpeó al mundo, y las restricciones de la circulación en la vía pública, no permitían que fuera sencillo acceder a algunas necesidades básicas como alimentos y medicinas, y el modo de resolverlo, era exponer a contagios a los empleados de las empresas de transporte de última milla, los conocidos delivery.
La tecnología viene avanzando a pasos agigantados en todo tipo de desarrollos que permitan la conducción autónoma. Hoy, los autos con asistente a la conducción de Nivel 3 son aceptados en muchos países del mundo desarrollado, y en poco tiempo más, estarán también en condiciones de rodar los de Nivel 4, donde el hombre puede definitivamente quedar exceptuado completamente de tener que intervenir en momento alguno de la conducción de un auto.
Mientras tanto, desarrollos como el que hizo la empresa inglesa StreetDrone, podrían resultar de gran utilidad para la transición hasta que los autónomos se impongan y la legislación los acepte y encuadre en las normas. Esta compañía británica, acaba de presentar su nuevo producto llamado Encode, y que consta de un sistema de conducción remota, o para decirlo de otro modo, un automóvil teledirigido.
Se trata de un software que permite que un conductor de un bus, de un taxi o un repartidor de mercaderías, puedan conducir su automóvil desde la comodidad y seguridad de su casa, a través de una computadora.
Las utilidades podrían ser diversas, y por ejemplo, se adaptaría a la perfección a la necesidad de un padre o madre de asegurarse que su hijo llegue a destino seguro si es menor de edad y no puede conducir, aunque también podría ser una excelente respuesta para los conductores que, habiendo cenado fuera de casa, deben regresar pero han bebido un poco más de lo que los controles de alcoholemia permiten para conducir.
En Berlín, de hecho, hace más de un año, una empresa de alquiler de autos compartidos llamada Vay, está probando el sistema para llevar los vehículos que las personas rentan, a la puerta de sus domicilios. Esta es una utilidad interesante para el negocio del car renting en general, porque ahorra el tiempo de traslado de un empleado. Con un sistema de estas características, al llegar a destino, con simplemente cambiar de usuario, pasaría a hacer otro traslado, tal vez a la otra punta de una ciudad.
Para que el Encode funcione, es necesario comprar el software y el hardware, que consta de cámaras, radares y sensores, y por supuesto de todo el equipo remoto, que está formado por tres pantallas de alta definición, una computadora de alta velocidad de procesamiento de datos, un volante y pedales. Pero además, algo fundamental para que la conducción sea precisa y segura, el sistema funciona con red de internet 5G, para asegurar una conexión potente, estable y de baja latencia (demora entre la acción y la reacción).
Adaptarlo no será tan complejo ni costoso como lo es la conducción autónoma, y eso podría permitir a los usuarios, acceder a una conducción teledirigida a un costo mucho más bajo.
Sin embargo, hay muchos problemas que resolver alrededor de una tecnología de este tipo. La validación de la identidad de quién conduzca el automóvil por control remoto es la básica y primordial. Y la determinación de las responsabilidades ante un accidente deben quedar explícitas de antemano.
Con un modo de conducción por control remoto como el Encode, la travesura de “robarle” el auto a papá o al abuelo sería mucho más simple, pero mejor no dar ideas.
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