Generalmente, las versiones urbanas de los autos de carrera, esos vehículos que se hacen para usar en la calle, suelen ser domesticadas en aspectos técnicos y de confort: un auto de carreras no necesita ser suave y uno urbano no tiene que ser tan veloz.
Una pista, además, no tiene ondulaciones o desniveles como los que hay en las ciudades o las rutas, entonces permiten alturas o despejes del suelo, que los hacen más efectivos aún, pero con objetivos deportivos únicamente.
En el caso de un auto de rally, nada de eso se aplica, porque es exactamente al revés. El auto de rally está pensado para saltar, pasar por arriba de rocas y de baches profundos y tiene una curva de potencia que privilegia la aceleración por sobre el andar suave. Imaginar un auto del Dakar para las calles es más extremo aún, y pareciera más complicado de adaptar.
La categoría de prototipos que corren la carrera más exigente del mundo, ha mostrado en los últimos años, autos mucho más voluminosos que sus antecesores. Desde las Touareg de Volkswagen o el Hummer de Roby Gordon en los Dakar Sudamericanos en adelante, la reglamentación de la máxima clase de vehículos que participan de los Raids ha permitido que se desarrollen a un nivel tal, que en la edición 2022 debutó el Audi RS Q e-tron al que todos llaman “el ovni”, como máxima expresión de un auto de grandes dimensiones.
Pero no es el único. En Inglaterra, la empresa Prodrive, históricamente vinculada a la gestión de Subaru en el Mundial de Rally, ha desarrollado dos años atrás un prototipo llamado BRX Hunter T1, que se ha diseñado sin la base de auto alguno, sino como un modelo específicamente elaborado para correr el Dakar. El auto tiene esa denominación, que significa Bahrain Raid Xtreme (BRX) porque justamente la realeza de ese país de medio oriente fue la que hizo posible parte del desarrollo del proyecto con su financiación.
La financiación no solo incluyó el equipo de carreras que puso tres autos en la línea de largada en Arabia Saudita para Sebastien Loeb, Nani Roma y el argentino Orly Terranova, sino también la construcción de la versión de calle del Hunter, que tendrá una edición limitada a 25 unidades.
Esta versión se pudo ver circulando por las calles de Londres hace algunos días, lo que llamó la atención de propios y extraños del mundo de los autos, no solo por su tamaño para el tránsito, sino por su color, ya que, a diferencia de los autos del Dakar, este Hunter no es rojo sino, color arena.
El auto no es tan largo, mide 4,6 metros, ni siquiera es tan alto, porque su techo está a 1,85 metros del piso, pero es notablemente ancho, lo que dificulta un poco su desempeño para andar en una ciudad, ya que mide 2,3 metros de espejo a espejo.
Mecánicamente, el motor que lo impulsa es un Ford V6 de 3.5 litros con doble turbocompresor, capaz de entregar 600 CV, más que los 400 CV de la versión “de carrera”, limitada por reglamento. Y aunque está en posición delantera, al sacar la trompa de un Hunter, es poco probable encontrarlo, puesto que lo que se ve es el intercooler y el impulsor está entrando en el habitáculo. De hecho, una parte de él queda entre los dos asientos de sus tripulantes de tan atrás que se ha situado.
En ese habitáculo hay algunas aislaciones de ruido, porque entre el sonido del motor metido adentro, y de los tres diferenciales, mantener una conversación no es sencillo. El auto de carreras tiene una palanca de cambios, pero el de calle tiene levas al volante. La caja de cambios secuencial es Sadev de seis velocidades con accionamiento hidráulico en las cuatro ruedas, una distribución de potencia de 50:50 y diferenciales delantero, medio y trasero con bloqueo independiente. A nivel de prestaciones, el Hunter es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos y llegar a una velocidad máxima de 300 km/h.
La vista exterior destaca la ausencia del gran alerón trasero del auto de carreras, que no está en la versión de calle, así como también de las dos ruedas de auxilio que se usan para correr un Dakar y cuyo alojamiento entre la espalda de los tripulantes y el tren trasero, se usan como entradas de aire para el Hunter urbano. La rueda de repuesto va debajo del baúl.
El auto es verdaderamente impresionante, y su precio también, ya que cada unidad tiene un valor de 2,25 millones de dólares, nada menos.
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