Históricamente, uno de los datos más importantes que se buscaba de un automóvil nuevo que salía al mercado era su cilindrada y potencia. Pero los tiempos cambian y ahora, con la irrupción de los autos eléctricos, lo primero que se mira para saber de qué tipo de vehículo se trata es la batería y la cantidad de kilómetros que esa batería le permitirán alcanzar. Es un lenguaje nuevo. Antes se hablaba de centímetros cúbicos y de CV o HP, según la época. Ahora se habla de kWh y de autonomía.
De hecho, desde 2019, se ha establecido un nuevo método para medir consumo, y también emisiones de los autos, llamado ciclo WLTP, sigla que representa las palabras World Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure o para decirlo en español, Procedimiento Mundial de Test Armonizado para Vehículos Ligeros.
La primera preocupación respecto al consumo estuvo relacionada con el costo del litro de combustible, pero a medida que las personas y los países fueron tomando mayor conciencia de la necesidad de cuidar el medioambiente, esa preocupación se extendió a las emisiones de gases de efecto invernadero que los autos emitían por ese consumo.
Ahora, con la llegada de los autos eléctricos a la vida de las personas, la preocupación de los usuarios es la cantidad de kilómetros que puedan hacer sin tener que cargar, y por eso se hace tanto hincapié en la autonomía, porque si no alcanza la batería, en un auto que solo funciona por electricidad, hay que detenerse y perder al menos una hora para poder seguir viaje.
Pero asegurar con precisión el consumo de un auto eléctrico depende de muchos factores. El más importante es a qué velocidad se conduzca, después, cuánto se acelere en cada salida de cero, el viento de frente o lateral, las subidas o bajadas del trayecto, y por supuesto, cuánta energía se pueda regenerar durante la marcha.
Pero no son esos los únicos datos. Las condiciones atmosféricas influyen también. Y esto es así hasta el punto en que algunos autos híbridos enchufables, por ejemplo, desactivan la batería si la temperatura es muy baja o demasiado elevada. Cuando se trata de temperaturas bajas, al poco tiempo de estar funcionando con motor térmico, el sistema eléctrico logra entrar en temperatura porque el auto irradia calor, y vuelve a esta disponible.
Una de las compañías precursoras de moviliad eléctrica es Tesla, y acaso por haber empezado antes que el resto, han logrado un nivel de evolución y conocimiento de esta tecnología, que les permite hoy hacer una interesante actualización de su software, que por tener sistema remoto para instalarlas, no requiere que los usuarios lleven el auto a un taller para tenerla disponible. La novedad de esta actualización, que lleva el número 2022.8.2, es que ha tomado en cuenta parámetros de temperatura y humedad para determinar con más precisión el consumo de sus autos.
¿Cómo lo hacen?
Para la marca norteamericana no es muy complejo, ya que los autos eléctricos producidos por Elon Musk son famosos por la calidad de sus ambientes interiores gracias a los múltiples sensores que obtienen la información del estado del aire para aplicar un mejor filtrado antes que éste llegue a los pasajeros. Esos sensores serán los que tomen las muestras para que la computadora central de cada automóvil pueda calcular la autonomía y el nivel de consumo con mucha mejor precisión, algo que todavía sigue siendo un “Talón de Aquiles” de la mayoría de los autos eléctricos.
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