No es difícil ilusionarse con un futuro limpio cuando se descubren iniciativas como las de los barcos Energy Observer. El proyecto nació en Francia en 2017 con la forma de un catamarán, pero la innovación que representaba no era esa, sino que estaba únicamente propulsado por hidrógeno que producía por sí mismo a partir del uso de agua recogida de los propios mares mientras navega.
Paneles solares, velas rígidas Oceanwings y electrólisis fue la combinación que permitió que para 2020, completaran 9.000 km completamente libres de emisiones contaminantes.
El barco usaba el viento para navegar con este tipo de alas verticales que cumplen la función de una vela perfecta, no solo por tener menos superficie, sino por estar automatizadas para tomar ángulo y curvatura de acuerdo a la dirección e intensidad del viento.
Mientras el catamarán se movía con energía eólica, tanto los paneles solares por un lado, como unas hélices sumergidas como las que dan propulsión a un barco convencional, generaban movimiento para un motor eléctrico que separa el hidrógeno del oxígeno, del agua de mar que el barco recolectaba al navegar. Todo se acumula y cuando no hay viento, el Energy Observer se mueve con motores eléctricos de pila de combustible de hidrógeno, el mismo sistema que utiliza, por ejemplo, Toyota en su modelo Mirai.
De hecho, ha sido Toyota un socio estratégico para la concreción del proyecto, contribuyendo con su experiencia en motores de celdas de combustible de hidrógeno, para la concreción del Energy Observer que hizo el primer viaje entre Saint-Malo en el norte de Francia y Fort-de-France, en la isla Martinica, atravesando el océano Atlántico.
Se puede decir que aquel primer Energy Observer era un laboratorio sobre el agua, un concepto que debía pasar todo tipo de pruebas para establecer una nueva plataforma para la navegación sustentable del futuro. Si bien todas las estadísticas aseguran que entre un 3% y un 5% de la contaminación medioambiental proviene de la industria del transporte marítimo, la descarbonización es una prioridad global, y si los grandes buques lograran hacerlo con cero emisiones, podrían ser una solución mejor a otras más costosas, siempre que la velocidad no sea necesaria.
Ahora llega ese momento, el de utilizar la plataforma del Energy Observer para propulsar un buque de gran capacidad. Entonces nace el Energy Observer 2. Fue presentado durante la reciente Cumbre One Ocean en Brest, y prometen que estará operativo para 2025.
Este carguero tendrá 120 metros de eslora y 22 de manga, con una capacidad de carga de 5.000 toneladas, lo que permitiría transportar unos 240 contenedores o a 500 metros lineales de vehículos. Los tanques de hidrógeno de este buque almacenarán hasta 70 toneladas de hidrógeno líquido, con los cuales se podrían recorrer unos 7.400 kilómetros.
A diferencia del Energy Observer 1, esta segunda nave cargaría el hidrógeno verde en estado líquido (producido por energías renovables) en esos tanques, pero una vez en el mar, sus cuatro velas rígidas o alas verticales, comenzarían a dar propulsión complementaria, que genere un menor consumo del hidrógeno alojado en sus tanques. Combinando ambas formas de propulsión, el barco consumiría un 40% menos de hidrógeno que si solo se impulsara con los motores.
Pero gracias al sistema utilizado en el catamarán, en determinadas situaciones de buen viento, el Energy Observer podría desplazarse sin consumir combustible, aprovechando la superficie de paneles solares que estarán sobre la superficie y las hélices bajo el agua para generar electricidad adicional que se almacene en las baterías de iones de litio.
Para Victorien Erussard, uno de los creadores del Energy Observer 2, “este tipo de buque polivalente representa el 37% de la flota mundial, así que si logramos demostrar que con esta tecnología podemos transportar cargas con cero emisiones, tenemos la posibilidad de descarbonizar cerca de un tercio de la flota mundial”.
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