Los sistemas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) son el conjunto de dispositivos de asistencia a la conducción que están en boca de todos cuando se habla de la última tecnología aplicada al automóvil.
De algún modo, son el primer paso concreto al vehículo de conducción autónoma, ya que estos dispositivos pueden mantener el carril o corregir las desviaciones del conductor, mantener una distancia con los otros automóviles, alertar la presencia de otros autos en punto ciego, de tránsito cruzado en retroceso, y detectar un peatón u obstáculo, alertar y eventualmente aplicar freno de emergencia.
Esas alertas son generalmente visuales, tanto en el tablero del conductor, o la pantalla central o en los espejos retrovisores, pero algunos tienen además, un complemento auditivo, que alerta con mayor intensidad, cuando el riesgo es mayor. Cuando se entra o sale de un estacionamiento, es cuando más actúan interconectados audio y vista, especialmente cuando se trata de una maniobra en retroceso, que es cuando el conductor tiene menos visibilidad.
Ford ha comenzado a evolucionar esos sistemas con una idea tan sencilla como práctica, que es dotar de orientación acústica al conductor, utilizando el sistema de audio del automóvil independientemente de los dispositivos conectados, y separando el uso de sus parlantes. De este modo, si el peligro de colisión proviene del ángulo trasero izquierdo, será el parlante trasero izquierdo el que emita la señal de alerta.
Sin embargo, hay un detalle más ocurrente aún, que solo la Inteligencia Artificial puede permitir, y que es la detección del tipo de obstáculo, de modo de producir un sonido acorde al mismo. Así, si se trata de un peatón, el sonido será el de pasos, y si es una bicicleta, será una bocina de las clásicas que se colocan a estas.
El sonido será clave en el futuro
En otro ámbito en el que el sonido tiene un papel protagónico, es en los autos eléctricos. Allí también, la tecnología debe proveer sonidos para contribuir a la seguridad, aunque el motivo es otro. Los motores a batería no hacen ruido, y por lo tanto los vehículos son silenciosos, al menos a bajas velocidades. Quién haya tenido la oportunidad de estar cerca de uno de estos vehículos, no solo automóviles sino también motos, seguramente se habrá sorprendido porque repentinamente arrancan sin emitir sonido alguno y se van.
El problema que traen aparejado intrínsecamente estos autos es que en las calles no se escuchan, y eso ha empezó a ser un problema por generar accidentes con peatones. Desde 2019, la Unión Europea reglamentó un sistema llamado AVAS (Acoustic Vehicle Alerting System), un sistema que genera sonido a menos de 20 km/h en los autos eléctricos, y que, con sus diferentes tonos, es el que se suele asociar a los autos eléctricos. Ese sonido tan particular que parece el de una nave de Star Wars, con cierta distorsión.
La razón está en que hoy es frecuente ver a muchas personas caminar mirando el teléfono celular, lo que representa una distracción visual respecto al tránsito. Y aunque parezca curioso, estos peatones son más peligrosos que las personas no videntes, quiénes van constantemente prestando atención a su entorno.
Normalmente, al escuchar un automóvil acercarse, instintivamente las personas se detienen para mirar antes de cruzar una calle. Desde el mes de julio de 2021, entró en vigencia la obligatoriedad de disponer de AVAS en todos los autos eléctricos nuevos, con una intensidad de sonido que debe superar los 55 decibeles y estar por debajo de los 75 decibeles cuando estén circulando a menos de 20 km/h.
Desde esa velocidad en adelante, el sonido se desactiva automáticamente, porque se entiende que no será audible por la rumorosidad que generan los neumáticos en fricción contra el asfalto. Pero aquí viene otro problema, porque todas las compañías que fabrican neumáticos, están empezando a desarrollar productos específicos para autos eléctricos, que sean menos ruidosos que los convencionales, ya que, ante la ausencia de sonidos de motor y transmisión, el zumbido de las ruedas es mucho más audible e incluso bastante molesto para los ocupantes de un auto.
Ese ruido proviene del dibujo y de la cámara de aire interna, de modo que resolverlo no es una tarea sencilla. El dibujo de un neumático es probablemente lo más complejo de rediseñar, porque es parte fundamental de su comportamiento en piso resbaladizo, porque esas canaletas son las que evacúan agua, barro, nieve o arena. La cámara de aire, en cambio, es un tema que varios fabricantes han resuelto con un relleno de distintos materiales, que al reemplazar el aire por una especie de esponja, redujeron notablemente esa rumorosidad.
El cambio de paradigma de la movilidad hacia un futuro sustentable genera estas situaciones, y otras que son inevitables, como el período de transición hasta que ya no existan autos que generen ruido de motor. En este período de tiempo, en el que conviven en las calles ambas tecnologías, el ruido ambiente es mayor, por lo cual probablemente se tenga que ir ajustando constantemente ese sonido artificial de los autos eléctricos, y no habría que descartar algún complemento en las calles, que genere alertas sonoras y también visuales para los desprevenidos.
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