Así como las bicicletas, y los monopatines, las motos eléctricas están llamadas a ser uno de los más exitosos productos de movilidad de los próximos años. En el mundo entero, por costos, precio, mantenimiento, pero fundamentalmente por comodidad para ir por el tránsito, las motos de baja cilindrada son un verdadero fenómeno, a punto tal que ya hay Gigafactorias como la de Ola electric en China, o los proyectos de motos que cargan hidrógeno en cartuchos de Francia.
Pero para motos de altas prestaciones, la electricidad no es tan popular, un poco por tradición y otro poco por peso, ya que las baterías influyen considerablemente y un motor potente requiere acumuladores de mayores dimensiones.
De todos modos, proyectos como el de Triumph no se han dejado atemorizar por esa situación y por el contrario, redoblaron la apuesta hasta llegar a un punto de evolución, que merece ser mostrado públicamente. El prototipo se llama Proyecto TE-1.
El proceso llevó bastante tiempo para sus tres etapas, realizadas en conjunto con Williams Advanced Engineering. Una primera etapa de diseño conceptual, una segunda dedicada al desarrollo de la batería de 15 kWh, y la etapa final, en la que se armonizaron ambas cosas, con los detalles de diseño de la moto tal como se presentó el prototipo.
Mientras esto ocurría en Triumph, la empresa Integral Powertrain se ocupaba del motor eléctrico. Es un impulsor de carburo de silicio de refrigeración integrado con una potencia continua de 90 kW y una puntual de 170 kW, lo que significa que esta moto podrá erogar una potencia de 80 kW y 130 kW, respectivamente, o para decir en potencia comparable con las conocidas, 107 CV y 174 CV en cada situación.
Ahora que la moto está terminada y ensamblada, empezará la etapa de ensayos, que constará de seis meses de pruebas en los dos terrenos para los que está concebida: la ruta y las pistas. De ese modo se podría ajustar el sistema de suspensiones y los programas de consumo de acuerdo a la potencia aplicada.
Si bien no hay todavía un anuncio respecto a su puesta en producción, sería razonable que después de un año 2022 dedicado a esos ensayos y la terminación final de carenados y detalle estilísticos, la moto se ponga a disposición de los amantes de una marca tradicional, que se ha decidido a dar el gran paso en 2023. Para concretar este proyecto, el Gobierno del Reino Unido hizo también una gran contribución en términos económicos, a través de un plan de financiación con excelentes condiciones de parte de la oficina para vehículos de emisión cero.
Tal como se mencionó en el comienzo, una moto eléctrica de alta performance requiere una optimización de peso, porque aunque no tenga depósito de combustible, el peso de una batería potente es importante en la ecuación, de modo que se ha dedicado mucho tiempo en optimizar cada parte para que la moto termine siendo liviana y maniobrable. Por eso, en Tren de fuerza integral de esta Triumph TE-1 ha eliminado, por ejemplo, el pesado cableado de alta tensión de una propulsión eléctrica.
Un punto a favor de este tipo de vehículos que buscan prestaciones deportivas, es que al no tener el depósito de combustible alto como en las motos convencionales, el peso de la batería se puede alojar mucho mejor respecto al centro de gravedad. Quizás, en el futuro, las motos de competición, a igual potencia, terminen siendo más seguras y estables, gracias a este primer paso.
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