Hasta hace un tiempo, los secretos que escondía un auto debajo de su carrocería, era un absoluto misterio, que solo se podía descifrar cuando la marca lo quería hacer público o bien cuando alguien tuviera acceso a desarmarlo parcial o totalmente. Con la llegada de los autos eléctricos, que como ya se sabe, son mucho menos complejos que los convencionales con mecánica de combustión interna, la libertad para crear se ha ampliado notablemente, porque el auto es, conceptualmente, un motor pequeño, una batería muy delgada y nada más.
El capot se ha transformado en muchos casos en un baúl delantero, los pisos son planos porque no deben alojar ni un sistema de escapes, ni un eje de transmisión (ese que comúnmente se llama cardan), y tampoco necesita circuitos de refrigeración complejos y voluminosos. Es decir, sobra el espacio, o bien para reutilizar, o en su defecto para reducir la dimensión del automóvil.
En la reducción hay un problema básico, que es el tamaño de la batería. Si el auto se achica demasiado, la batería no podrá ser muy grande, por lo tanto, la autonomía será menor. Eso, a grandes rasgos, limita por el momento las dimensiones de los autos eléctricos. En el futuro, cuando las baterías sean más chicas o bien sean módulos intercambiables, quizás estos vehículos puedan ser más pequeños.
Por esa razón es que las oficinas de patentes han tomado un protagonismo muy grande en los últimos tiempos, ya que ahora, cada idea para aprovechar esas libertades que dan los autos eléctricos, se registra. Y gracias a esos registros, se conocen cuando ya tienen un dueño de la propiedad intelectual.
Ferrari anunció el año pasado que en su camino a la electrificación habrá dos etapas. La actual de los autos con propulsión híbrida y luego sí, la llegada para 2025 de su primer modelo completamente eléctrico. Algo similar a lo que está ocurriendo con Alfa Romeo, que acaba de presentar su primer SUV híbrido enchufable, Tonale, como primer paso rumbo a un futuro de autos 100% impulsados gracias a una batería para 2030.
Pero como en Ferrari todo es siempre un misterio, del auto eléctrico nada se sabe en concreto, y lo que ha habido hasta ahora son solo especulaciones visuales basadas en rumores o conceptos vistos en otros modelos de la marca.
Lo que ha aparecido en cambio, son los planos que Ferrari ha presentado a finales de 2019, justo antes de la pandemia, pero que recién ahora han salido a la luz. La presentación fue en la oficina de patentes industriales en EE.UU. y muestran algunos aspectos interesantes que podría tener el auto.
En principio, llama poderosamente la atención el gran espacio trasero que siempre fue utilizado para colocar los potentes motores V6, V8 o V12 de Ferrari, reservado ahora para las baterías principales, aunque también, en el piso del auto, debajo del espacio reservado para los ocupantes, se ven otras cuatro baterías de menor tamaño y superficie.
La estructura se ve también formada por dos chasis, uno que sostiene toda la plataforma en sí, y otro vinculado que soporta la carrocería a partir de esas baterías de gran tamaño en la parte trasera. Y una de las particularidades que se ve en uno de los planos, es que desde la mitad del auto hacia atrás, la estructura se empieza a elevar, lo deja traslucir la intención de adosarle un gran difusor trasero para generar más carga aerodinámica sin necesidad de grandes alas superiores en la carrocería.
Esa gran abertura en el piso parece estar también pensada para que parte del aire que circule por allí, tenga la misión de refrigerar las baterías, que irán puestas justo encima, y de acuerdo a los planos, separadas una de otra por un espacio que sirva para ventilación.
La forma de la carrocería es solo una formalidad para mostrar el concepto de automóvil, además eso no se patenta. Y si bien vale aclarar que no todo lo que se patenta, se usa después en un producto de serie, buena parte de esta información sirve para tratar de imaginar como será el primer Cavallino Rampante que se enchufe a la pared para salir a galopar.
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