Del volante tradicional al actual, solo queda la función básica de girar las ruedas. Hoy, el volante de un auto es sumamente complejo gracias a la electrónica. Empezaron agregándole el airbag en su interior, para después adosarle mandos del control de crucero y los controles de volumen y selección del sistema de audio. Todos estos cambios apuntan a lo mismo, darle al conductor lo que necesite para no quitar la vista del parabrisas y las manos de ese aro que da dirección a un vehículo.
Pero con la llegada de la tecnología, algunas cosas cambiaron, y por ejemplo, las famosas y adoradas pantallas en el centro del tablero, han desplazado otras partes del habitáculo de los automóviles, como por ejemplo, las salidas centrales de climatización. Los tableros modernos de la mayoría de los modelos, las han desplazado hacia la parte inferior de la consola central de mandos, para dejarle el protagonismo visual y funcional a las superficies táctiles con las que se controla casi todo, incluidos el aire caliente y frío.
Una de las consecuencias inmediatas fue que las plazas traseras perdieron climatización, porque las salidas de aire tan bajas, ven interrumpido el caudal de aire por el apoyabrazos que está entre las butacas delanteras y por los propios brazos de sus ocupantes. Una de las soluciones fue dotar de salidas de aire a las plazas posteriores, pero eso ocurre en autos de mayor equipamiento, y no en los modelos más accesibles, donde las pantallas igualmente han empezado a aparecer casi como una obligación del mercado. Muy pocos han dejado las salidas de aire delanteras a la altura adecuada para que todos los pasajeros tengan un clima similar, mientras que otros han optado por levantar la pantalla por sobre el tablero, algo que llama la atención y que no deja de ser un obstáculo visual que no debería existir.
Así, se ha empezado a generar otro problema de refrigeración ahora con el conductor. Probablemente pocos se habían dado cuenta antes, pero las salidas de aire a la altura correcta, permiten que la manos de quién toma el volante no se transpiren, y ahora que el aire ya no está ahí, se encuentran con el problema. La transpiración en las manos es bastante común y puede generar dos inconvenientes: que el conductor resbale su mano en una maniobra con alguna exigencia repentina o que retire con cierta frecuenta su mano del volante para secarla.
En Mercedes-Benz han tomado nota de ello, y es así como surge la noticia del día, que proviene de la oficina de patentes industriales, al conocerse que la casa alemana, ha patentado una ventilación para el volante de los automóviles, con ciertas particularidades.
Los dibujos que se presentaron para su aprobación, muestran que la idea de Mercedes es canalizar aire a través de un conducto que recorre la columna de dirección hasta el centro mismo del volante, donde por algún tipo de abertura periférica, dispersaría ese aire en toda su circunferencia.
El diseño permitiría moderar el flujo de aire y la temperatura de manera individual, de modo que el conductor nunca perciba un cambio claro de temperatura a través de sus manos. Además, estaría dentro de los ajustes posibles, que se pueda enviar aire solo a las manos, o también hacia el cuerpo de quién está conduciendo.
Parecen soluciones simples, pero había razones para no aplicarlas. Y todavía quedan más cambios que cuando alguien los desarrolle, el mundo entero dirá, ¿”Cómo no se nos ocurrió antes?”
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