Los cambios en la industria del automóvil son vertiginosos como muy pocas veces en los 130 años de vida de los vehículos propulsados por un motor. Entre la conciencia ecológica, el costo de mantenimiento, y la imposibilidad de acceder a un auto eléctrico para la mayoría de la población mundial, la cantidad de autos usados que se empiezan a vender, parece ir rumbo a una cifra récord.
Viendo el escenario, Toyota ha dado un primer paso, adelantándose a una situación futura que puede dar grandes beneficios, tanto para los usuarios como para la propia compañía. El proyecto es comenzar un proceso de reciclado de sus automóviles mediante un reacondicionamiento tras el primer y segundo ciclo de vida. Es decir, después que el primer y el segundo dueño, se hayan desprendido del auto.
La prueba comenzará en un solo punto, la fábrica que tienen en el condado de Derbyshare, en el Reino Unido, y se hará a través de su firma de movilidad Kinto, de reciente lanzamiento.
El gigante japonés pretende afrontar nuevos procesos en esa fábrica británica renovando cada auto hasta dos veces después de haberla abandonado como un 0 kilómetro. Con esto, la vida útil de un auto sería de tres ciclos, el primero como nuevo, y el segundo y el tercero como auto refabricado, si vale el término ocasional.
Lo que Toyota quiere hacer es dar valor a los autos usados previamente tanto por la propia Toyota como por empresas de leasing, alquiler y otros tipos de uso que vuelven al fabricante luego de terminar un contrato de arrendamiento determinado.
Si bien no se han dado detalles del proceso, posiblemente se trate de la sustitución, o reparación cuando sea posible, de piezas tanto interiores como exteriores que han sufrido un desgaste relevante, además de un reacondicionamiento mecánico para afrontar su segundo y tercer ciclo de vida con la garantía adecuada. Luego del tercer ciclo de vida, el auto tendrá ya una vida útil aproximada de 10 años, por lo que el programa pretende reciclar los autos en su totalidad, lo que contribuirá también a bajar la edad promedio del parque automotor.
Pero por otro lado, también es cierto que reutilizar adecuadamente los autos, tiene impacto ambiental positivo. Un auto mal mantenido emite más gases contaminantes por un lado, y un auto reciclado, mantiene su vida útil sin requerir la fabricación de otro. Con el consumo de energía que cada vez más personas señalan como una “contaminación silenciosa”, que no se ve, pero que genera CO2 a lo largo de todo su proceso, la refabricación o restauración de dos ciclos de vida para los autos usados, hará su aporte a la reducción del calentamiento global también.
El método no es privativo solo de los autos convencionales. Varias fábricas han expresado que con los autos eléctricos, se intentará hacer algo similar aunque únicamente con las baterías. Eso asegurará el correcto service y reciclado de las mismas, pero además la producción de menos materia prima. “Los autos serán de sus dueños, pero queremos que las baterías sigan siendo nuestras”, dijo Herbert Diess, CEO de Volkswagen el año pasado.
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