No será el primero, pero puede ser el más innovador. Porsche acaba de solicitar la patente de un diseño de turbo eléctrico que está pensado para evitar el Lag o retardo al momento de ser requerida la potencia desde el acelerador.
Como concepto, la idea está inspirada en una configuración tradicional de doble turbocompresor, en la que se utilizan dos unidades más pequeñas para una repuesta más rápida, especialmente a bajas revoluciones.
Esas dos pequeñas unidades a la salida del escape operan por sí solas, sin conexión mecánica a un compresor. En su lugar, las turbinas alimentan los generadores. Luego, se usa un solo compresor grande en la admisión, accionado por un motor eléctrico.
Además, una válvula de descarga que permite que los gases sean liberados cuando no se solicita que generen energía extra, lo que permite una mayor eficiencia cuando se circula a velocidades de crucero sin alta demanda de potencia.
Y aquí está la cuestión, porque esta tecnología permite separar la velocidad de rotación del compresor del de las propias turbinas, y con ello hay presión de soplado de turbo a cualquier régimen de revoluciones, siempre que haya energía eléctrica disponible, la cual se almacenaría en una especie de batería, eliminando el problema del “Turbo Lag” o retardo del turbo.
Frecuentemente, los turbocompresores de grandes dimensiones son más lentos que los pequeños, por la sencilla razón de necesitar más flujo de aire para mover turbinas más grandes al acelerar. Eso implica que no haya respuesta inmediata sino solo cuando hayan subido las RPM.
Este diseño de Porsche permite el uso de un compresor más grande con un mayor caudal para una mayor eficiencia, sin esa penalización habitual de tener una respuesta más lenta. Es el motor eléctrico el que acelera el compresor y por tanto, comprime el aire mucho antes, evitando el retardo mencionado. Se ganará en suavidad de la aceleración, en linealidad y también en su eficiencia.
Si la electricidad avanza sobre los motores de combustión interna, qué mejor manera de aprovecharla que optimizar a estos mientras se puedan seguir fabricando. Porsche ya tiene su exitoso Taycan, el primer modelo eléctrico 100% de la casa de Stuttgart, pero eso no implica que deje de producir y desarrollar mejoras para sus icónicos autos deportivos, famosos y populares casi a la par de una Ferrari. Los Porsche, de hecho, son considerados por muchos, como las Ferrari de Alemania.
Y como la industria continúa debatiendo si realmente hay que mudarse completamente a los autos eléctricos o no, hacer más eficientes y menos contaminantes los actuales autos impulsados por motores de combustión interna es un camino que se debe seguir recorriendo. De hecho, si los biocombutibles y los combustibles sintéticos se siguen desarrollando como la misma Porsche patrocina junto a Siemmens, quizás en algunos años, estos desarrollos terminen siendo los que hayan salvado a los motores a explosión de su exterminio total.
SEGUIR LEYENDO