Hay diferentes modos de canalizar la ira o el enojo, y aunque cualquier método que incluya la violencia no es nunca el mejor camino, lamentablemente hay muchas personas que se descargan contra una pared, una puerta, o lanzando algo contra el piso, ya sea una raqueta de tenis por perder un partido importante, o un teléfono celular que no obedece a su propietario.
Pero hay personas que hacen cosas un poco más audaces. Este parece ser el caso de un señor finlandés llamado Tuomas Katainen, quién se había comprado un Tesla Model S en el año 2013 y después de usarlo unos 1.500 kilómetros, empezó a padecer fallas de funcionamiento, que se hacían notar con alertas y mensajes en la pantalla de a bordo.
Según cuentan los reportes de esta curiosa noticia, el problema surgió cuando al llevar su auto a un agente oficial Tesla y dejarlo casi un mes para que revisen los problemas que presentaba, recibió como respuesta que había que reemplazar la batería, y que como el auto ya no estaba en garantía, debía desembolsar unos 22.600 Euros para hacerlo.
Los detalles de la reacción del Sr. Tuomas Katainen no se conocen, y probablemente haya mucha imaginación de por medio, pero de lo que sí hay certeza, es que en lugar de repararlo, el propietario decidió ir a buscar el auto al service oficial con un camión y llevárselo sin la batería, para manifestar su enfado con la situación, haciéndolo volar por los aires en millones de fragmentos.
Se contactó con un equipo de YouTubers que tienen el canal Pommijätkät, y acordaron hacer un gran evento que le diera muchas vistas al video subido al canal y quizás incluso generara más ingresos para el dueño del Tesla. Y lo han logrado. En una semana desde que lo han publicado, el video ya tiene casi 4 millones de vistas.
El espectáculo, con características casi cinematográficas, se realizó en una cantera en el sur de Finlandia. Se eligió esa locación porque las propias paredes naturales del lugar en el que explotaría el auto, serían una contención para la onda expansiva. Al estar en pleno invierno, la nieve también estaba presente en la escena.
Si dispusieron varias cámaras de distinta calidad para registrar el momento desde diversos ángulos, incluyendo una cámara en una grúa y un dron. Las cámaras y las personas estaban protegidas por trincheras construidas para resguardarlos. Y se preparó el auto con expertos en explosiones controladas, con 30 Kilogramos de dinamita, colocada en distintos lugares del auto, para generar algún efecto visual más espectacular.
El auto se desintegró en miles de fragmentos de distinto tamaño, aunque algunas partes como una de las ruedas con su suspensión quedaron enteras en una pieza. Al no tener las baterías, la explosión no causó derrames de sustancias tóxicas, y una vez terminado el evento, el equipo se encargó de limpiar completamente el lugar y dejarlo en las mismas condiciones que estaba anteriormente a la explosión.
Elon Musk y Tesla probablemente reciban el mensaje. Ellos, que son tan hábiles con el manejo del marketing directo, podrían sorprender a todos con una respuesta en los próximos días. La publicidad no es buena, claro, pero no genera un perjuicio mayor por ser un auto eléctrico, sobre los que pesa cierta duda sobre su seguridad para casos de incendio en un accidente. Esta ha sido una explosión provocada y hubiera sido igual en un auto con motor de combustión interna. En todo caso, lo que habrá que revisar, es el servicio de posventa, al menos en Finlandia.
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