En la víspera de Navidad cumplirá 60 años, pero de esas seis décadas, cuatro han sido en estrecha relación con General Motors Company. Esta es la historia de Mary Barra, una de las mujeres más influyentes del mundo, y la primera en ocupar el cargo de CEO de una compañía automotriz de envergadura como General Motors.
Mary Teresa Makela, tal su nombre original, nació en Royal Oak, Michigan, en 1961. Su familia es de origen finlandés. Fue su abuelo Viktor Makela, quien llegó a EE.UU. para empezar una nueva vida, persiguiendo el “sueño americano”. Inicialmente lo hizo unos 1.000 kilómetros más al norte de Detroit, en Mountain Iron, Minnesota, donde las temperaturas son más parecidas a las del país escandinavo del que llegaba.
No fue casual, como pocas cosas son casuales en estas historias, que Mary Barra terminara trabajando en la industria automotriz. En Mountain Iron estaban las mayores minas de hierro de EE.UU. Ese hierro se extraía y se llevaba a Duluth en tren. Y desde esa ciudad portuaria, el material iba por barco hasta Detroit o Michigan para producir el armamento que le permitió a EE.UU. ganar la Segunda Guerra Mundial.
Cuando nacieron Mary y su hermano, sus padres Eva y Ray Makela, ya se habían mudado a Michigan y él trabajaba en Pontiac, una de las marcas de GM, como fabricante de matricería. Los padres de Mary habían nacido durante “La Gran Depresión de los años 30″, por lo que no habían tenido la oportunidad de ir a la Universidad, y eran una familia que solo quería trabajar para darle un mejor futuro a sus dos hijos.
Se graduó en la Waterford Mott High School y se inscribió en la GMI (General Motors Institute) donde obtuvo la Licenciatura en Ingeniería eléctrica en el año 1985. Entonces llegó el llamado de General Motors, que le otorgó una beca para estudiaren la Stanford Graduate School of Business, de donde egresó con un título de MBA (Master of Business Administration) en 1990.
El camino seguía ligado a GM como si fuese un mandato. Ya en su niñez amaba revisar cada detalle de los autos que ocasionalmente su padre traía del trabajo a casa. Los autos, la ingeniería y los negocios parecieron confluir en su vida en una secuencia mágica, por la cual a los 18 años, se encontraba trabajando en un lugar que tenía algo de familiar. Era estudiante cooperativa y tenía la tarea de controlar las terminaciones entre guardabarros, capó y puertas en Pontiac Motor Division. Si, la misma empresa en la que había trabajado su padre.
Mary conoció la industria desde el más básico de los puestos de trabajo y eso marcaría también su vida en la compañía. Fue ascendiendo. Pasó por ser Vicepresidenta de Recursos Humanos Globales; Vicepresidenta de Ingeniería de Fabricación Global, Gerente de la planta Detroit Hamtramck Assembly, y después pasó a ocupar puestos ejecutivos de mayor relevancia aun, como Vicepresidenta Senior de Desarrollo de Producto Global y Vicepresidenta ejecutiva de GM, el último puesto que tuvo antes de ser nombrada CEO o Directora Ejecutiva de General Motors en el año 2014.
Pero su huella fue quedando en cada paso. Es muy conocida una situación que vivieron los empleados de General Motors cuando ella ocupaba el área de Recursos Humanos Globales de la compañía. En aquel entonces, existía un manual de vestimenta para los empleados de GM, que tenía diez páginas. Mary Barra lo sacó de circulación y en cambio solo utilizó dos palabras para dar un mensaje a todo aquel que trabajaba en la compañía: “Vístete adecuadamente”.
Pasados los años, un día explicó la razón de aquella decisión al decir en una entrevista de la Revista Time, que “esas son personas en las que confiamos para hacer un trabajo realmente importante en nombre de la empresa. Y sin embargo, parecía que no podíamos confiar en que usaran el buen juicio para decidir qué ponerse para trabajar”
Pero apenas un año después de haber asumido el más alto cargo que un ejecutivo puede tener en una gran corporación, a Mary Barra le explotó en las manos el escándalo de los encendidos defectuosos de varios modelos, entre ellos el Cobalt, por el cual murieron 124 personas y resultaron heridas otras 275. El problema lo causaba una falla por la cual la llave de contacto saltaba mientras los autos estaban circulando, y se ponía en Off, con lo cual se desactivaban los Air Bags, y la dirección y el freno asistido.
Barra debió concurrir varias veces al Congreso a asumir varias imputaciones, no solo por el defecto en sí mismo y sus consecuencias, sino porque no se había llamado a revisión a unos 2,6 millones de autos desde que se tomó conocimiento del problema, varios años antes que asumiera su cargo al frente de GM. En aquel momento, su posición fue clara y asumió todas las responsabilidades como cabeza de la compañía, diciendo que la investigación interna revelaba “un patrón de incompetencia y descuido”. Luego de disculparse con los damnificados y sus familias, y asumió un costo millonario en compensaciones y dijo: “no hicimos bien nuestro trabajo de hacer vehículos de alta calidad y seguros. Le fallamos a nuestros clientes”. Internamente, la gestión de Barra despidió a 15 empleados directamente involucrados con todo el asunto.
Casi inmediatamente, se implementaron cambios de política en torno a la transparencia y la tecnología para los empleados. Y fue también el puntapié para comenzar a trabajar, por directa instrucción suya, en dirección a los autos eléctricos y los vehículos autónomos, es decir, sin conductor. Parte de esa política terminó con el lanzamiento del Chevrolet Bolt EV, el primer automóvil eléctrico con una autonomía de 200 millas a un precio inferior a los 40.000 dólares.
Su modo de gestión le valió en aquel momento ser considerada una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2014, y ocupar el primer lugar entre las mujeres más poderosas de 2015 por la prestigiosa revista Fortune. La revista Forbes la había calificado en 2013, antes de asumir como CEO de GM, como 35ª mujer más poderosa del mundo, pero para 2018 ascendió al puesto número 2.
Según la consultora IEDP | Developing Leaders, “Barra se convirtió en un líder exitoso al aprovechar su profundo conocimiento de GM para activar y dirigir la energía positiva de su gente. Mary ayudó a sacar a la empresa de una crisis de relaciones públicas y se estableció como la jefa respetada del fabricante de automóviles global”.
Todos coinciden que el modelo de su gestión está en el diálogo con todas las partes, no solo con ejecutivos, sino también con los empleados, quiénes tienen todo el apoyo para expresar sus opiniones libremente. La inclusión e igualdad es otro de sus pilares de gestión. Desde 2014, GM siempre ha obtenido altos puntajes en los informes de equidad de género, y en 2018 fue una de las dos únicas empresas globales que no tienen brecha salarial de género.
Pero también tuvo un rol que cumplir en cuanto al problema de la discriminación racial como resultado de la muerte de George Floyd el año pasado. En aquel momento, Barra creó una Junta asesora de inclusión dentro de GM, con el objetivo puesto en hacer de la inclusión y la diversidad una política de la compañía.
Un informe de la cadena CNBC compartió un correo electrónico que Mary envió a los empleados, proveedores y distribuidores luego de esos lamentables episodios de Minnesota, en el que expresaba su impaciencia y disgusto con la creciente lista de estadounidenses negros que han perdido la vida debido al color de su piel. Y poniéndose al frente del problema incluso dentro de su propia empresa, señaló que había que “dejar de preguntar ‘por qué’ y comenzar a preguntar ‘qué’ podemos hacer, individual y colectivamente, para impulsar un cambio significativo”.
A nivel industrial, su lema es: “Cero choques. Cero emisiones. Cero congestión”, y todas las acciones que se generan en función de los automóviles que fabrican en GM tienen esa misión como objetivo final. Su compromiso con la electrificación de la industria automotriz es absoluto, y ya ha anunciado que para 2025, lanzarán 30 nuevos modelos todos eléctricos 100% y esperan dejar de fabricar autos con motores de combustión interna para 2035.
El objetivo de Barra tomar el liderazgo del mercado de vehículos eléctricos en América del Norte para 2025, y asegura que GM tiene todas las piezas en su lugar para cumplir esa meta.
En una reciente entrevista con la revista Time, Barra respondió respecto al crecimiento de Tesla en un mercado que si bien tiene apenas el 2% de los autos eléctricos, va en aumento a gran velocidad. Barra dijo que “prácticamente todos los activos necesarios para lograr nuestra visión ya los tenemos y hemos demostrado. A veces olvidamos que en realidad vendemos más vehículos en este país que nadie. Tenemos marcas fuertes. Tenemos una lealtad líder en la industria. Y contamos con un equipo de fabricación increíblemente capaz. Tenemos que contar mejor nuestra historia y poner algunos puntos más en el tablero”.
Y como quién no quiere decir algo pero lo dice con palabras delicadas, envió otro mensaje encubierto a Elon Musk al tocar el tema de los vehículos autónomos o semi autónomos.
“Realmente no hay vehículos autónomos en las calles en este momento, más allá de los sistemas como los que tenemos con Cruise. (Cruise es la startup de automóviles autónomos de propiedad mayoritaria de GM que está explorando vehículos para transporte público sin conductor). Son sistemas de asistencia al conductor. Cuando hablamos del Súper Cruise de GM, lo hacemos de manera práctica. Nos aseguramos de que el conductor preste atención al camino y que participe en el proceso de conducción porque sigue siendo el responsable.”
El pasado 2 de diciembre, Financial Times publicó la lista de las 25 mujeres más influentes del mundo en 2021 y nuevamente Mary Barra está en la lista. En el texto con el que describen su rol en el mundo de las mujeres, destacan “su ambiciosa visión para la industria automotriz, su liderazgo en el clima y su defensa de las mujeres, en particular su defensa de la educación Stem para las niñas. Desde 2014, ha dirigido a GM a través de tremendos desafíos y cambios, y ahora está decidida a volver a poner al fabricante de automóviles en la cima. Abróchate el cinturón, será un gran viaje”, concluyen.
Ideas claras, conocimiento profundo de las áreas, de las necesidades, de las personas y una evidente vocación de progreso global. Para Mary Barra no se trata solo de la industria, sino de la vida misma. Probablemente gran parte de todo lo que aplica tenga una fuerte impronta familiar de origen. Mary Teresa Barra no puede dejar de ser Mary Teresa Makela.
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