Los yates son un marcador de status desde toda la vida. Los puertos de las playas más famosas del Mar Mediterráneo pueden dar cuenta de ello. Desde islas griegas o italianas, a las ciudades más exclusivas de la Costa Azul, Saint Tropez, Niza o Mónaco, todas lucen en sus marinas, verdaderas joyas de la náutica. Pero las fortunas más grandes del mundo ya no están necesariamente en Europa.
Hoy, los nuevos puertos asiáticos como el de Singapur o de Medio Oriente como los de Abu Dhabi o Dubai, han alcanzado y superado el nivel de lujo e imponencia de esas embarcaciones. Han nacido los superyates, y la pelea por tener el más grande del mundo, parece no tener fin.
Casi todos pertenecen a empresarios billonarios o a gobernantes de países dueños de enormes riquezas naturales, como los de los Emiratos Árabes Unidos. Y no solo el surgimiento de nuevas grandes fortunas ha incrementado la fabricación de estas increíbles embarcaciones de lujo. La pandemia también tuvo su dosis de influencia, por la necesidad de encontrar lugares aislados, pero completamente lujosos donde resguardarse del virus.
Así lo explicó a CNN, Michael Breman, Director de ventas del que probablemente sea el astillero más importante del mundo en producir superyates: Lurssen, con ocho distintas fábricas en el norte de Alemania.
“Con el aumento de la riqueza individual de alto patrimonio neto, la demanda de yates grandes siempre aumentará, pero la pandemia también ha demostrado que los cruceros comerciales pueden ser deseables o no para los destinos vacacionales, vacacionales o de ocio”, explicó.
Así es posible establecer una mirada a algunas de las naves más imponentes del mercado, incluso de algunos que están en construcción, y se piensan poner en el agua en el transcurso de los próximos dos años.
Azzam
Este crucero se construyó en el año 2013 y es actualmente, el más largo del mundo con sus 180 metros de proa a popa. Fue construido por Lurssen y tuvo un costo de 600 millones de dólares.
En su interior, más allá del lujo en cada rincón, hay espacio para 36 invitados, además de unos 80 miembros de la tripulación. El barco incluye un gran gimnasio y una sala de entrenamiento de golf.
Y una diferencia a favor del Azzam, es que no solo es el más largo del mundo, sino también el más rápido de su especie, con una velocidad máxima de 31,5 nudos.
Eclipse
Este superyate nació en 2010, y fue construido por los astilleros Blohm + Voss de Hamburgo. En ese momento, era el yate privado más grande del mundo con sus 162,5 metros. Es propiedad del multimillonario ruso Roman Abramovich, está propulsado por cuatro motores diésel y puede alcanzar los 25 nudos de velocidad máxima.
Tiene 18 cabinas para invitados y dos helipuertos. Dentro del Eclipse pueden acomodarse 36 invitados y 66 miembros de la tripulación. Además de los dos helipuertos, tiene una piscina de 16 metros que se transforma en una pista de baile y una fogata de leña.
Dilbar
Este barco es propiedad del multimillonario Alisher Usmanov, originario de Uzbekistán, y también fue construido por Lurssen en el año 2016. No es el más largo, pero dicen, es el más espacioso interiormente.
Con sus 156 metros de largo, tiene una propulsión híbrida que le permite emitir menos gases de efecto invernadero al medio ambiente. Su velocidad máxima es de 22,5 nudos y tiene capacidad para 24 invitados y 100 miembros de la tripulación, y posee la piscina más grande de todos los superyates conocidos hasta el momento, de 25 metros de largo.
Flying Fox
Este otro buque, también construido en el norte de Alemania por Lurssen, tiene 136 metros de largo y dicen que es el Yate Charter de mayor capacidad del mercado. No lo usa su dueño, sino que pertenece a una flota de Yates de alquiler. El precio del arrendamiento es de 3 millones de dólares por semana.
El Flying Fox tiene capacidad para 36 huéspedes durante el día, aunque esa cifra se reduce para pasar las noches, a una capacidad máxima de 25 pasajeros. Tiene un centro de buceo de última generación, y un Spa de 400 metros cuadrados, que está equipado con una sauna de crioterapia.
La pareja de famosos Beyonce y Jay Z, dueños del Rolls-Royce Tail más famoso, fueron vistos a bordo de este superyate, que tiene una velocidad máxima de 20 nudos, a principios de este año.
Dubai
Este Yate llamado Dubai fue originalmente encargado por el príncipe de Burnei, Jefri Bolkiah. Aunque finalmente fue adquirido por el jeque de Dubai, Mohammed bin Rashid al-Maktoum.
Es un barco de 162 metros de largo, fue construido por Platinum Yachts en Dubai y tuvo un costo de 400 millones de dólares. A bordo se puede encontrar desde una discoteca y un cine, hasta un submarino. Está propulsado por cuatro motores diesel y puede lograr una velocidad máxima de 25 nudos.
Nord
Esta es otra construcción de Lurssen, pero es la más reciente, ya que fue botado al agua este mismo año por primera vez. Tiene 142 metros de largo y puede alojar hasta 36 pasajeros en sus 20 cabañas (así las llaman), distribuidas en sus seis cubiertas. Tiene amenities como un club de playa, un spa y dos helipuertos a bordo.
Sus cuatro motores diésel le permiten alcanzar 20 nudos de velocidad máxima, pero lo que más llama la atención del Nord es su diseño, que rompe con los parámetros convencionales de los superyates, mostrando un aspecto serio, que a decir de su responsable, se asemeja a un “buque de guerra con esmoquin”.
REV
Este es un barco diferente a todos. Fue desarrollado por REV (Research Expedition Vessel) Ocean, una organización sin fines de lucro establecida por el multimillonario noruego Kjell Inge Rokke.
Es un buque de expedición de 183 metros que se encuentra actualmente en construcción en el astillero noruego VARD y está previsto que empiece a navegar recién en 2024. Es propulsado por una fuerza híbrida ultra silenciosa que le permitirá alcanzar una velocidad máxima de 17 nudos.
Sin embargo, el proyecto es que la finalidad de uso de este superyate no sea solo el ocio, sino también la investigación marina. Tendrá capacidad para 28 invitados en sus 18 habitaciones de lujo y confort.
Project Y910
Este superyate también está todavía en proceso de construcción. Pero no es una construcción de cero, sino una reconstrucción. Originalmente fue fabricado por el astillero polaco Stocznia Gdynia, y fue botado como un barco de pasajeros de 90 metros llamado Vladimir Chivilikhin en 1990. Pero después de operar como barco de paseo para turistas, se tomó la decisión de convertirlo en un superyate, ampliándolo a 120 metros. Ese es el trabajo que se estaba llevando a cabo en este momento, cuando se volvió a cambiar el proyecto.
El Project Y910 está ahora está ofreciéndose en subasta con la finalidad de conseguir un interesado en pagar 25 millones de dólares para ser el propietario, y hacerse cargo de costear el trabajo que aún queda por hacerse. Según el diseñador de la conversión, es un yate diseñado para ser un explorador, capaz de ir a cualquier parte, ya sean regiones polares, el Pacífico o el Mediterráneo. Si se consigue comprador, será el yate más grande que se haya vendido hasta el momento en una subasta.
Según Michael Breman, la carrera de fabricación de superyates cada vez más grandes no se detendrá hasta superar los 200 metros de largo. Este tipo de bienes, representan el poderío económico de sus dueños y el tamaño no es problema una vez que se han superado valores de 100 metros. Ya es grande, ser más grande solo traerá prestigio y excentricidad.
SEGUIR LEYENDO