Como bien dicen las teorías del comercio, el precio de las cosas nunca es alto mientras haya alguien dispuesto a pagarlo. Dicho de otro modo, aunque parezcan caros, muchos bienes se pagan cifras increíbles por lo que representan en términos de status o de negocios, de potenciales beneficios o simplemente por ser piezas de las que hay muy pocas unidades disponibles.
Así se puede entender por qué hoy se pagan cientos de millones por contratos de futbolistas, basquetbolistas o pilotos de Fórmula 1, que 20 años atrás eran impensados. Y es que la maquinaria promocional de tener esos nombres asociados a una marca, genera tantos beneficios económicos que esos millones se pagan solos.
En el caso de los objetos, la mejor forma de entender el valor que pueden tener, parece ser el de las subastas. Una vez más, la casa británica RM Shoteby’s, ha conseguido poner en su justa valoración un automóvil con características únicas, al vender la semana pasada, un Lamborghini Countach de 1975 en poco más de un millón de dólares.
El auto pertenecía a la Guikas Collection, que ha vendido además otros 86 autos, totalizando todas las operaciones en 39.532.700 euros, unos 44 millones de dólares, entre el más costoso, un Ferrari 250 GT Berlinetta Competizione de 1955 que se vendió en 6.192.500 euros, y el más barato, un Innocenti Mini T Mk I de 1969 que tuvo un precio de 28.750 euros.
Sin embargo, entre los 87 autos subastados, se destacó el que quedó en el octavo lugar, detrás de otras 4 Ferrari, un Alpine A442 y un Iso Grifo A3/C. Se trató de este Lamborghini Countach LP400 Periscopio de 1975, por el que su nuevo dueño pagó una cifra nunca antes desembolsada por uno de estos especiales Lambo: 905.000 euros.
Hay una explicación, y es que este Countach “Periscopio”, está firmado en uno de los extremos del tablero, del puño mismo de su propio diseñador, el reconocido Marcello Gandini, quién a comienzos de los años 70 trabajaba para Bertone, empresa responsable del diseño del Countach. Pero esa firma no estuvo siempre ahí, fue agregada al auto por Gandini en el año 2003, cuando el Countach se exhibió en el Concurso de Elegancia de California y el italiano de acercó a admirar el estado de conservación de una pieza de su obra.
El modelo que se ha vendido es un Countach color negro con el chasis número 1.120.110, y que apenas tiene 51.100 km de uso de su clásico motor V12 de 4.0 litros que alcanzaba los 375 CV y 361 Nm.
Pero si la gran pregunta es por qué se llamaba “Periscopio”, la respuesta está en la forma que Gandini había buscado para que fuera posible que el conductor tuviera una buena visión hacia atrás por el espejo retrovisor, ya que al ser un auto tan bajo, con un vidrio trasero diminuto, no era posible lograrlo sin algún método poco convencional. Las opciones eran dos: o se elevaba el espejo como los periscopios de los submarinos, o se bajaba el techo de algún modo.
Y eso fue lo que se hizo. El techo del Countach LP400 tenía una cavidad longitudinal que permitía proyectar el reflejo de lo que había detrás del auto sin afectar la silueta original. Visto de perfil, el auto no parecía tener esa hendidura en su techo. Los Countach se fabricaron así hasta que recién en 1978, con la llegada del Countach LP400S, se adoptó un techo plano y el espejo central se desplazó más al centro del parabrisas.
Marcas personales, huellas únicas que solo detectan y resaltan para los amantes de estos vehículos que marcaron hitos en el mundo del automóvil. El Countach cumplió este año 50 marzos, y el valor que adquiere, solo lo decir quién tiene uno.
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