Para quién vio la serie que se estrenó este año en Netflix llamada El código de la discordia, esta historia le parecerá familiar. Aquel documental ficcionado, cuenta la historia de los creadores de un código similar al que hoy hace funcionar la plataforma Google Earth. Eran dos jóvenes alemanes que desarrollaron un sistema llamado TerraVisión por encargo del Deusche Post, y que se vieron tentados por el glamour de Silicon Valley, abriendo así “la puerta” a contar su secreto.
Este es otro invento, y nuevamente cae en las cercanías de Google, aunque no tiene nada de polémico, sino de anecdótico. Se trata del primer auto con navegador a bordo, y lo creo Ford Motor Corporation en 1964, cuando, por supuesto, no existían ni los GPS ni la conexión satelital que hoy hacen funcionar a Google Maps, Waze o tantas otras aplicaciones de navegación satelital.
El auto se llamaba Ford Aurora, era un concept car, es decir que no se produjo en serie como tal, y no solo tenía navegador en el tablero, sino otros accesorios exóticos para la época, como un control de velocidad crucero mecánico, una heladera y un TV, y una enorme superficie acristalada que se oscurecía gracias a células fotosensibles, de modo de mantener el resplandor y la temperatura interior ante un día de sol brillante.
Pero cómo funcionaba el navegador, es la gran incógnita. Solo pensar que el hombre llegó a la Luna en 1969, da la mejor pauta del desarrollo de las comunicaciones y la tecnología satelital. Cuatro años antes, no había ninguna posibilidad de conectar un automóvil con un satélite, ni siquiera para una comunicación telefónica.
El concepto constaba en colocar un mapa de rutas en el tablero, que se desplazaba de acuerdo a la dirección del destino. Se visualizaba a través de un cuadrante con un puntero mecánico que permitía establecer el lugar al que el conductor quería dirigirse. El punto de partida del auto y del viaje debía hacerse de modo manual, completamente analógico, y a medida que el auto avanzaba, de acuerdo a la velocidad de las ruedas, estaba establecido el movimiento del mapa.
El navegador era referencial, no daba indicaciones de ningún tipo sino solamente una orientación respecto a la dirección que se mantenía con el punto de finalización del viaje. Era bastante incómodo de programar y poco preciso, y por eso nunca se incorporó a la línea de producción de ningún modelo de la marca. Pero fue un adelantado por la ubicación que tenía en el auto, igual que la del presente, solo que ahora está manejada por geolocalización y es una pantalla digital, frecuentemente táctil.
Antes del Ford Aurora, hubo dos dispositivos similares como concepto de asistencia a la navegación en un viaje. En 1930, para correr la Mille Miglia, se creó un dispositivo llamado Iter Avto, que era un mapa enrollado con una sola dirección de viaje, conectado al odómetro del auto. Era para distancias puntuales y marcadas en un mapa hecho especialmente para ese recorrido.
25 años después, un inventor español llamado Antonio Martín Santos, fue el creador de un navegador portátil llamado Auto Mapa, que funcionaba de modo similar al Iter Avto, y podía detenerse cuando el conductor quisiera si se desviaba la dirección de la ruta establecida. Claro que esto tenía la incomodidad de tener que reprogramar el punto de salida nuevamente cuando se retomara la ruta.
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