Dinamarca ya fabrica hidrógeno verde para impulsar el uso de la electricidad sin contaminar

Uno de los desafíos más grandes de los defensores de este recurso es permitir que el transporte y la industria automotriz bajen las emisiones contaminantes al medio ambiente

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El Toyota Mirai es la
El Toyota Mirai es la apuesta más firme a la utilización del hidrógeno para alimentar los motores eléctricos de un automóvil sustentable

Un día iba a ocurrir, y casualmente o no, apenas unas horas después de conocerse que la empresa sueca Northvolt fabricó la primera batería con celdas completamente recicladas de otras baterías en desuso, los impulsores de hidrógeno dan una noticia tan buena como aquella. Ahora no son suecos, sino daneses, reforzando la tendencia de los países escandinavos de ser precursores en desarrollar sistemas para obtener energía cada vez menos contaminante.

Cuando en junio pasado, el físico argentino Juan Carlos Bolcich le dijo a Infobae “Miremos al cielo, apostemos al hidrógeno”, estaba en lo cierto. El mensaje que quería dar en aquella nota este científico argentino que es vicepresidente para Latinoamérica de la International Association for Hydrogen Energy (IAHE), era que el hidrógeno es el modo de almacenar la energía de los recursos naturales a través de electrólisis y almacenarlo para poder transformarlo en energía eléctrica nuevamente al momento que sean necesaria. Para eso, hay que usar el viento y el sol, que aunque sean intermitentes, son infinitos, abundantes y democráticos. Y para que la electrólisis no genere contaminación por el uso de la red eléctrica convencional, lo que hay que hacer es lo que ocurrió en Dinamarca.

Los molinos de energía eólica
Los molinos de energía eólica empiezan a producir hidrógeno sin estar conectados a la red eléctrica para separa la molécula de agua. Así, el hidrógeno es "verde" desde su origen

Este proyecto, situado en Brande, Dinamarca, es impulsado por la empresa danesa Everfuel, y por Siemens Gamesa, le empresa de energías renovables creada en 2017 como producto de la fusión las empresas Gamesa Corporación Tecnológica SA y Siemens Wind HoldCo SL.

Consta de un aerogenerador de Siemens Gamesa de 3 MW, que produce electricidad limpia para alimentar un electrolizador de 400 kW, a través del cual es posible dividir los dos componentes del agua: el oxígeno y el hidrógeno. Además, una vez producido el hidrógeno para transportar a la red con la que se alimenten las industrias, el transporte pesado o incluso los vehículos livianos que tengan sistema de pila de combustible, la energía sobrante se almacena en baterías de última generación de forma que alimenten a los electrolizadores cuando no haya viento y de ese modo se podrá producir más hidrógeno verde. Y si esta instalación estuviera conectada a la red eléctrica, esas mismas baterías podrían distribuir esa energía eléctrica renovable a la red.

Los automóviles que utilicen hidrógeno
Los automóviles que utilicen hidrógeno para alimentar los motores eléctricos, podrán ser más sustentables que los 100% eléctricos, dependiendo del origen de su energía

Así, la combinación de la turbina eólica, las baterías y el electrolizador, tiene el potencial para permitir la producción de “hidrógeno verde” a escala industrial y en muy corto plazo. Uno de los grandes problemas que siempre se adjudicó a este modo de generar energía eléctrica sustentable es su costo, y según Siemens Gamesa, esa ecuación empieza a equilibrarse con estos sistemas autónomos. Se los denomina “modo isla” debido a que no necesitan estar conectados a ninguna fuente de energía externa, y funcionan completamente aislados, interactuando con la naturaleza para la creación de electricidad y del proceso para transformarla en hidrógeno. La conexión exterior es de salida de energía y no de ingreso.

La diferencia de este método aplicado por Everfuel y Siemens Gamesa con otros similares, es que generalmente, para momentos en los que no haya viento, una conexión a la red eléctrica permitía que los electrolizadores continuaran generando el hidrógeno, pero eso hacía que dejara de ser verde por estar utilizando recursos artificiales. Si se quiere estar aislados de energía externa para todo el proceso, hay dos caminos para tomar: usar baterías como están haciendo en Dinamarca, o utilizar el mismo buffer de hidrógeno que se genera en la planta, para sostener la propia producción.

Las máquinas de recolectar energía
Las máquinas de recolectar energía eólica y convertirla en electricidad, son cada vez más grandes y poderosas. También hay que estudiar la contaminación que genera su fabricación

Por supuesto que hay todavía muchos debates referidos a esas enormes máquinas recolectoras de viento, y la contaminación que la industria metalúrgica puede generar solo para fabricarlas. Cada día, las dimensiones de los molinos de energía eólica son mayores, con algunos que prácticamente tienen el tamaño de un departamento de dos ambientes, sin contar las aspas. Pero si la producción de hidrógeno verde permite alimentar a la industria y con ello reemplazar la electricidad contaminante, el círculo se empezará a cerrar. Y al mismo tiempo, empresas como DecomBlades, también de Dinamarca, está empezando el estudio de factibilidad para reciclar las aspas de los molinos en el futuro, cuando por acción del desgaste propio de su utilización, deban ser reemplazados.

Sin dudas es un paso gigante y necesario para seguir produciendo electricidad verde, que es el recurso que permitirá sostener la red mundial, no solo para el funcionamiento de las industrias y la vida en las ciudades, sino para que se puedan cargar tantos automóviles como pretenden enchufar.

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