La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) es el organismo de estadística y análisis en el Departamento de Energía de los Estados Unidos. Anualmente emite un informe llamado International Energy Outlook, en el que se estudian las mediciones de consumo de energías de todo tipo en todo el mundo, para trazar proyecciones para los próximos años.
En su reciente informe, presentado el 26 de octubre, algunas cifras no parecen estar muy en consonancia con las expectativas de descarbonización de la industria automotriz, sino todo lo contrario.
Según la EIA, en 2020, la cantidad de autos livianos, concepto en el que se encuadran desde los más pequeños autos personales hasta las Pick-up, pero no los vehículos pesados, era de 1,3 billones de unidades, y la proyección de crecimiento global que hacen, indica que para 2050, serán 2,2 billones en todo el mundo.
Pero ese dato no es el preocupante, sino el que está relacionado a los autos eléctricos. El informe señala que actualmente, solo un 0,7% de los autos en todo el mundo tienen algún tipo de intervención de la electricidad en su propulsión, y que el auge de los eléctricos llevará esa proporción hasta el 31% para 2050. Sin embargo, ese número contrasta seriamente con las aspiraciones de la Comisión Europea, que en junio pasado lanzó el Plan Fit for 55, por el cual pretenden reducir las emisiones contaminantes un 55% para 2035, con la idea de llegar a un continente sin emisiones de CO2 para el año 2050.
Claro que una cosa es lo que ocurra en Europa, un continente con una unión de naciones agrupadas y trabajando en conjunto persiguiendo objetivos comunes, incluso con los países que no pertenecen a la UE (Unión Europea), y otra muy distinta es el resto del mundo. China, aunque tenga políticas de reducción de emisiones bastante similares a las europeas, no es el único país del continente. Y aunque Japón también camina por un sendero similar, la cantidad de otros gobiernos que no están con ese objetivo para mitad del siglo, es considerable e influyente. Algo similar ocurre con Oceanía, Latinoamérica y África, de modo que el informe de la EIA, tiene mucho más peso por su consideración global, que el plan que los países de Europa quieran llevar adelante.
Y este es otro punto interesante y preocupante que se desprende del mismo informe. La EIA ha hecho este estudio con dos referencias en paralelo, comparando las políticas de los 38 países que integran la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (en la que no está Argentina ni Brasil, pero sí Chile, Colombia y México, por ejemplo) y las políticas de los países que están fuera de la organización.
Considerando ambas curvas de proyección, el pico de mayor cantidad de autos con motores a explosión en todo el mundo, será en 2038, es decir, dentro de 17 años, y eso se debe a que en los países que no pertenecen a la OCDE, se prevé un crecimiento de población, de hasta tres veces más que en los países que están dentro, y que la tasa de motorización pasará de los 92 autos cada 1000 personas actuales, a 173 por 1000, entre 2020 y 2050. Y si bien en estos países se espera que se llegue a los 400 millones de autos eléctricos para 2050, el crecimiento de los autos con motor de combustión interna, llegará al billón de unidades para la misma fecha.
Todas estas cifras son referencias tomadas desde 2010, con lo que la proyección tiene una década de parámetros para estudio y tres décadas por delante, pero las variables tomadas por la Administración de Información Energética de Estados Unidos, incluyen la rápida aceleración del cambio de movilidad.
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