¿Cómo será manejar una bicicleta o una motocicleta sin manubrio? A priori, el equilibrio que hay que hacer para andar en dos ruedas, tiene directa relación con extender los brazos para tomar los dos extremos de un manubrio, así como los equilibristas que caminan por una cuerda elevada, usan sus extremidades superiores con una barra para tener mejor control de la estabilidad. Pero si se trata de andar en un vehículo, quizás tener los brazos extendidos no sea más que una costumbre y no tanto una necesidad.
Como se ha visto en los últimos tiempos, la movilidad eléctrica constantemente genera nuevas ideas de productos, y muchas de ellas no siguen los usos y costumbres adquiridas por las personas a lo largo de los años para transportarse.
Un ciclista canadiense llamado Fabrizio Cross, comenzó hace cuatro años con una idea que permitía combinar su experiencia en bicicletas, con las posibilidades de generar un nuevo medio de transporte, que tuviera la posibilidad de mantener parte de sus beneficios como ejercicio físico, con los traslados urbanos sin emisiones contaminantes gracias a la aplicación de un motor eléctrico.
Luego de un desarrollo muy interesante, con varias reformas y cambios de elementos, se ha llegado al producto final, que no es ni una bicicleta, ni tampoco una moto, porque aunque tiene motor, también tiene pedales, y aunque tiene asiento, no tiene manubrio. Como no existe una categoría donde encuadrarlo, podríamos decir que es simplemente el Electrom Light Electric Vehicule o Electrom LEV, tal es su denominación formal y homologada.
Y la verdad es que su diseño no es lo más atractivo que se ha visto, aunque en cuestión de formas y gustos, todo es tan subjetivo que no se lo puede calificar como lindo o feo, en todo caso se puede decir que es algo distinto a lo que se suele ver en vehículos de dos ruedas.
Pero lo que sí es novedoso y muy interesante del Electrom, es su sistema uso de la energía humana y la eléctrica combinada. Se podría decir que es un híbrido enchufable, pero a diferencia de los autos de ese segmento, este vehículo reemplaza es el motor de combustión interna por las piernas de un ciclista, es decir, cero emisiones contaminantes.
En principio hay que decir que tiene dos cadenas simultáneas asociadas a los pedales, y mientras una cadena se conecta con la rueda trasera al uso convencional de las bicicletas, la otra va a un generador, que a su vez está conectado a las baterías y a la rueda trasera también. Así, el Electrom, comienza su marcha con las baterías cargadas por haber estado enchufado, y el uso de la energía de las baterías se ve aliviado por el pedaleo de su usuario, que contribuye a consumir menos energía eléctrica. Esa energía eléctrica, se regula desde un acelerador de mano en uno de los mandos con los que se conduce el vehículo.
A su vez, tanto el motor trasero como el ciclista, tienen un apoyo de otro motor menos potente en la rueda delantera, que le da tracción delantera y por lo tanto, reduce también el consumo del motor trasero, porque tiene que hacer menos fuerza para mover el vehículo, cuyo peso sin carga ni ocupante es de 70 Kg.
Una vez que se ha alcanzado la velocidad de 15 km/h, empieza la novedad. El sistema se ha denominado “Generator & Chain Drive”, (algo así como conducción por generador y cadena) y lo que hace es desacoplar automáticamente la cadena que conectaba al ciclista con la rueda trasera y dejar solamente la del generador, de modo que toda la energía con la que sigue funcionando es la eléctrica, como si fuese una moto. Pero el ciclista sigue pedaleando si quiere, eligiendo la fuerza que desea hacer. Si quiere esforzarse tan poco como lo haría al caminar, puede hacerlo, si quiere hacer un esfuerzo similar al de andar en una bicicleta común también, y si quiere hacer un esfuerzo mayor, como el de hacer ciclismo extremo, podrá elegir esa opción también. En cualquier caso, esa energía que genera, va directo al generador y contribuye a descargar menos las baterías.
En cuanto a la forma de conducir el Electrom, al no tener manubrio, lo que tiene son dos mandos similares a un joystick, uno por mano, con los que se da dirección a la rueda delantera a través de un sistema de cable, y se acelera y frena. También, existe la posibilidad de regenerar energía a través del freno, lo que contribuye a consumir menos electricidad de las baterías.
El vehículo se vende con dos baterías, pero puede recibir otras dos más como opcional. En la versión original, con la carga completa de ambas baterías de 2.800 Wh, más la ayuda del ciclista y del regenerador de freno, se puede tener una autonomía de 200 km. Y con las baterías suplementarias opcionales, exactamente el doble de kilometraje. El Electrom alcanza una velocidad máxima de 65 km/h, aunque viene regulado a 60 km/h para cumplir con las normas de tránsito para bicicletas. Por su concepción, no requiere licencia de conducir, pero sí requiere matrícula, al menos en Canadá y EE.UU.
Entre sus comodidades, la posición de manejo es más cómoda que una bicicleta o motocicleta porque la espalda va apoyada en una butaca, con las piernas levemente levantadas. Como se puede ver en las fotos, tiene un carenado aerodinámico que cubre el cuerpo del conductor, haciendo más cómodo su viaje y resguardándolo en una gran proporción de eventuales precipitaciones. Ese carenado se debe levantar para entrar y salir del puesto de conducción, y a sus espaldas, cerrando el carenado con forma de gota de agua, un gran compartimiento trasero cerrado, hace las veces de baúl, pero también está diseñado, por su profundidad, que entren las piernas de una persona y se pueda sentar como pasajero eventual.
Innovaciones desde todos los ángulos posibles. Pero como en casi todos los casos, algo no tan bueno tiene que tener el Electrom. El primero es el precio, ya que se vende a 12.500 dólares, lo cual no lo hace tan accesible. El segundo es el modo de hacerse de una unidad, porque se vende a través del sitio web y se recibe en un domicilio, pero desarmado por partes dentro de una gran caja de madera, con un buen tutorial para ensamblarlo.
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