A finales de la década del 90, Mercedes sorprendió al mundo de los súperautos con un modelo que nació para correr en las pistas, y luego tuvo su versión derivada para utilizar en las calles. Sólo se fabricaron 25 autos, que llegaron a pagarse más de 4 millones de euros, incluso 20 años después. Era el Mercedes CLK GTR, un auto nacido para correr en el Campeonato Mundial de FIA GT1.
Desde la llegada de la tecnología eléctrica al mundo del auto, las principales fábricas han adoptado los motores eléctricos para dotar de mayor potencia y aceleración a los autos convencionales impulsador por motores endotérmicos. Así nacieron los autos híbridos, que lo que hacen es eso, combinar ambas tecnologías para obtener más potencia con menos contaminación.
De hecho, el Campeonato Mundial de Fórmula 1, tiene esa tecnología desde el año 2014, donde Mercedes ha resultado el dominador exclusivo durante los primeros siete años, y recién en este 2021 está sintiendo la fuerza de un rival como Honda, con quién está disputando el título actual.
Y a raíz de esta tecnología, los hypercars, esos autos monstruosos que cada día tienen más y más potencia, han descubierto que su horizonte es ahora más lejano.
Fue precisamente Mercedes, una de las que decidió ir por ese camino creando un nuevo modelo que llamaron Mercedes AMG One. Lo presentaron en el Salón de Frankfurt hace ya cuatro años como un auto de concepto, capaz de alcanzar los 1.000 CV entre el motor de combustión interna y los motores eléctricos de 120 kW. Lo “vendieron” como un auto de GT con la tecnología de un Fórmula 1.
Pero el tiempo y el desarrollo no fueron simples, más bien todo lo contrario. El Mercedes AMG One tiene el motor 1.6 litros con arquitectura V6 que equipa a los Mercedes de Lewis Hamilton y Valtteri Bottas en F1, y es complementado con cuatro motores eléctricos, que le permiten superar la potencia del monoplaza de carreras más exitoso de la década.
Pero hacer funcionar ese motor térmico para el tránsito de las calles, tener que usarlo a un régimen de 1.500 RPM para salir de un semáforo o doblar una esquina, fue verdaderamente complejo. El motor V6 tiene habilitado su régimen hasta las 11.000 RPM por lo que lograr esa amplitud de funcionamiento, fue un gran desafío. A menos de 5.000 RPM el motor se paraba, y debieron hacer un trabajo que combinara el torque de ese motor de explosión, con los motores eléctricos, para poder conseguir que, aunque sea algo brusco, el auto pudiera funcionar en una ciudad.
Otro de los problemas fueron las normas exigentes de contaminación, que no rigen en las pistas pero si en las calles, para lo cual debieron desarrollar filtros que no redujeran la potencia. Según dice Mercedes, el AMG One tendrá una velocidad punta de 350 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h menor a 3 segundos y sus motores eléctricos podrían girar a 50.000 RPM.
Pero ahora parece que todo está en orden, y después de una primera postergación de 9 meses en 2019, y de una segunda demora por la pandemia en 2020, los dueños de este hypercar que solo tendrá 275 unidades y parece que todas ellas están prevendidas, podrán usarlos a partir de mediados de 2022. Eso sí, cada uno de ellos debió pagar 2,2 millones de euros para pertenecer al selecto club que podrá tener acceso a conducir un auto de F1 con techo y ruedas carenadas, por las calles de su ciudad.
SEGUIR LEYENDO