Después de un año de retraso respecto a su fecha original de estreno debido a la pandemia del covid-19, finalmente “No Time to Die” (Sin Tiempo para Morir), se pudo ver en las pantallas grandes de todo el mundo, como la última película de James Bond, con el comienzo del mes de octubre. Esta será la última de las cinco películas que protagonizará Daniel Craig personificando al Agente 007, luego de haber rodado el papel también en Casino Royale, Quantum of Solace, Skyfall y Spectre.
Pero sin dudas, uno de los grandes protagonistas de este último film es el Aston Martin DB5, el más famoso de todos los autos de James Bond de todos los tiempos, nacido con Sean Connery en Goldfinger en 1964, que había terminado completamente acribillado en Skyfall.
En este regreso, el DB5 debe evitar ser alcanzado en interminables persecuciones por las calles de Matera, un viejo pueblo italiano, y para ello cuenta con las clásicas defensas especiales del 007, como dos ametralladoras que salen desde las ópticas delanteras y dispositivo de cortina de humo que enceguece a sus enemigos.
Pero el Aston Martin DB5 no es el único auto que vuelve a protagonizar una película de James Bond, porque otro modelo de la marca, aunque de la década del 80, también tiene un papel inolvidable en “No Time to Die”. Se trata del V8 Vantage que había participado en “The Living Daylights” de 1987, cuando el agente era personificado por Timothy Dalton.
Aston Martin es la marca por excelencia que ha tenido el agente 007 a lo largo de las casi cinco décadas de vida. Pero han tenido un gran protagonismo otros autos, de marcas incluso extranjeras, que vale la pena mencionar.
Un Ford Thunderbird bien americano fue el auto elegido para dos películas de distintas épocas, y con dos actores distintos representando al agente secreto. En “Die Another Day” de 2002 era Pierce Brosnan, mientras que en “Thunderball”, en 1965, había sido Sean Connery.
BMW tuvo dos tipos de autos que fueron las delicias de las persecuciones y las misiones más cinematográficas de la saga. En 1997 fue un BMW 750i que tenía lanzamisiles, un sistema electrónico de defensa, chasis antideformable, vidrios antibalas y el clásico arsenal de armas de fuego oculto en la trompa. El auto se podía conducir por control remoto mediante un teléfono móvil y se ponía en marcha desde el asiento trasero.
El otro tipo de autos alemanes fueron los descapotables Z4 y Z8. El primero, que usó Brosnan en Goldeneye en 1995, tenía misiles integrados en sus luces delanteras, un sistema de frenos adicional asistido por un paracaídas y con un radar-escáner en el tablero. El Z8, fue el otro roadster de la marca bávara, utilizado también por Brosnan en 1996. Este biplaza concebido sobre la plataforma del Serie 3, tenía un motor de 3,2 litros y 325 CV.
Ya fuera de producción, ni siquiera como auto de edición especial, se pueden encontrar dos vehículos verdaderamente extraños. Así como en Volver al Futuro se pudo conocer un DeLorean que vuela, en “La espía que me amó” de 1977, James Bond tuvo a su disposición un Lotus Espirit S1 que tenía la particularidad de poder entrar al agua y sumergirse como un submarino. Entre sus armas secretas, disponía de un spray de cemento, misiles tierra-aire, torpedos y minas acuáticas. Curiosamente, una de las versiones del auto que se construyeron para la película, fue comprada por Elon Musk, el “Señor Tesla”, en el año 2013, y por la cual pagó la cifra de 800.000 dólares solo para tenerlo en su garaje, porque en verdad el auto no anda por el agua como se veía en el cine.
Y aunque parezca imposible de creer, el James Bond encarnado por el elegante Roger Moore tuvo que hacer algunas misiones en un Citroën 2VC de color amarillo brillante en “Sólo para tus ojos” en el año 81. Claro que lo que se veía no era lo que se podía encontrar en cualquier 2CV en las calles de Francia. Este especial del 007 tenía el motor de 4 cilindros del Citroën GS para darle potencia, que nunca fue un auto de producción, aunque sí se produjo una edición especial coincidiendo con el estreno de la película, que era del mismo color amarillo brillante, y lucía en las puertas el logo del Agente 007 y tenía representadas las marcas de los impactos de balas en varias partes de la carrocería. También tenía las ópticas delanteras rectangulares en lugar de las tradicionales circulares.
A lo largo de las 26 películas de James Bond, hubo un Ferrari F355, un Alfa Romeo GTV 2000, un Maserati biturbo, un Chevrolet Corvette, Jaguar XKR, Jaguar C-X75 y muchos otros modelos de Aston Martin, como los dos futuristas, el DBS Superleggera y el Valhalla que se pueden ver en la actual película en cartel.
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