Cómo sujetar correctamente el volante es algo que se ha explicado infinita cantidad de veces. Con las manos representando las agujas de un reloj en las 10 y 10 o en las 9 y 15 son las dos formas más correctas de hacerlo, por dos razones. La primera, que la fuerza de los brazos está repartida no tan arriba como para que un “volantazo” termine generando más dirección de la necesaria por una cuestión sólo de gravedad, ni tan bajo como para que el giro del volante no alcance para que el auto cambie su dirección tanto como necesita ante una maniobra inesperada.
La segunda, es que si colocamos las manos arriba, taparemos buena parte de los instrumentos que debemos ver. Pero este tema no es simple de resolver con sólo colocar las manos como los expertos sugieren. En principio, porque los volantes, desde la aparición del airbag son considerablemente más voluminosos, y con la cantidad de comandos que se han agregado en los últimos tiempos, como ajustes de audio, control de crucero y telefonía, peor aún.
Paralelamente, los tableros ya no son tan grandes como antes, en buena parte porque los autos tienen el parabrisas más inclinado para ganar aerodinámica y ampliar el espacio de los habitáculos, entonces la superficie naturalmente se reduce. Es como un callejón sin salida.
Y por si esto fuera poco, la cantidad de información que los conductores reciben de las computadoras de a bordo, se siguen incrementando cada día, y desde la llegada de los ADAS (sigla de Advanced Driver Assistance Systems en inglés) o Sistema avanzado de asistencia a la conducción, la información no solo es mayor, sino que lleva la mirada de quién está al volante, instintivamente hacia ellas.
Por esa razón, muchas compañías han optado por reemplazar o complementar algunas alertas con sonidos o vibraciones, mientras otras, más avanzadas y costosas, van por el camino de proyectar esa información en el parabrisas. El concepto es claro. Intentar que el conductor tenga la información necesaria, procurando que saque la vista del frente la menor cantidad de tiempo posible.
En esa búsqueda, ahora Hyundai ha lanzado una nueva idea, que no es tan nueva en realidad, pero hoy podría redefinirse con un poco de ingenio y mucha ayuda de la Inteligencia Artificial: colocar una pantalla en el mismísimo centro del volante.
Para eso ha solicitado una patente en Alemania, que muestra un diseño a modo de esquema, por el cual se incrustaría dentro del volante, en el centro, una pantalla rectangular horizontal que llega hasta la circunferencia misma del aro de dirección, lo que anularía la posición de manos de 9 y 15, a menos que el diseño final después demuestre lo contrario.
Hay varias observaciones que hacer. La primera es si la pantalla quedará siempre horizontal o se moverá con el volante, en cuyo caso, la interfaz debería mantener los datos siempre horizontales para ser leídos fácilmente, así como ocurre con los teléfonos celulares, que giran su pantalla para que se pueda leer en caso de girar el dispositivo.
Otra cuestión por develar es cómo actuará el airbag en este tipo de volante con pantalla, porque aunque el sistema de bolsa funcione, debería evitar que la pantalla explote al saltar por consecuencia de un impacto.
El último tema es la vista en el camino. Porque si sacar los ojos del parabrisas para ver una pantalla lateral no es recomendable, bajar la vista al centro del volante para leer datos, podría tener consecuencias serias ante un obstáculo imprevisto.
La gran pregunta es con qué soluciones aparecerá la marca coreana, que seguramente tiene una respuesta para cada una de estas preguntas. Unos meses atrás General Motors develó un concepto de volante con pantalla, aunque el volante no era circular sino más bien parecía ser una consola de juegos de mano, en la cual incluso estaban incluidos el acelerador y el freno para manejar con las manos, y la dirección, con una especie de rueda sobre la cual deslizar un dedo para que las ruedas giren. Es avanzado, desde ya, pero parece más un control que pueda aplicarse a vehículos autónomos en los que el hombre podría intervenir eventualmente, que un modo de volante para los autos actuales.
Tesla también ha quitado las circunferencias de los volantes del Model S, y la ha reemplazado por un medio volante más bien rectangular con aristas redondas que no interfiere en la visual del conductor respeto al camino o al tablero de instrumentos situado en la posición convencional.
De hecho, hasta en el deporte el volante ha dejado de ser necesariamente un círculo y tiene toda la información en su cuerpo. Hace más de 20 años, los volantes de la Fórmula 1 tienen una pantalla y muchísimos comandos en su interior, y el tablero de instrumentos ha desaparecido en el 90% de los casos.
Pero mientras se buscan soluciones que incluyen el volante en distintos formatos, quizás lo que hay que averiguar es otra cosa: ¿Es realmente un aro que se toma con las dos manos, el mejor mecanismo para controlar la dirección de un auto?
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