La sigla PEC es acrónimo de Porsche Experience Driving. Y además de esta nuevas instalaciones inauguradas en las afueras de Tokio, ya había otras en ciudades como Leipzig (Alemania), Silverstone (Inglaterra), Atlanta (Estados Unidos), Le Mans (Francia), Los Ángeles (Estados Unidos), Shanghái (China), Hockenheim (Alemania) y el más recientemente inaugurado, hace sólo un mes atrás, en Franciacorta (Italia). De los 9, ninguno es igual a otro, aunque todos persiguen el mismo fin.
No se trata de autódromos sino la imitación de varios de diversos tipos, dentro de un mismo predio, y todos ellos pensados y diseñados para que los propietarios de autos de la marca, y otros que deseen serlo, puedan aprender a conducir vehículos Porsche en situaciones de máxima exigencia sobre diversas condiciones.
Para eso, el nuevo PEC de Tokio, ha tomado un terreno de 43 hectáreas, en Kisarazu, una ciudad en el área metropolitana de la capital japonesa, en la que se ha construido un circuito principal de pruebas de 2.100 metros recreando varias curvas famosas de otras pistas, entre las que se destacan las eses de Bellof y el Carrusel de Nürburgring, la más impresionante pista del mundo situada en Alemania, y el sacacorchos del circuito norteamericano de Laguna Seca. Es interesante además, que la pista no fue construida generando las elevaciones o desniveles de manera artificial, sino copiando las formas originales del terreno, que permitieron esas representaciones en un ámbito de bosques que no fueron modificados.
Por esa razón, la única salvedad es que, tanto el carrusel como el sacacorchos, están recreados con el sentido de giro cambiado. La curva alemana, que es a la izquierda en la pista original, aquí es la derecha, mientras que ese famoso tobogán de EE.UU. en su forma real es con una curva a la izquierda y una contra curva a la derecha, mientras en Japón empieza a la derecha primero y cambia a la izquierda para la salida.
Pero además hay otras zonas o pistas para pruebas dinámicas de otro tipo. Está la Pista deslizante, que tiene una forma de flor con 10 curvas cerradas y enlazadas a derecha e izquierda hasta volver al punto de partida, con una superficie de cemento pulido pensada para facilitar el sobreviraje y el subviraje a baja velocidad, lo que permite a los conductores entrenar los métodos de control del vehículo. Si se quiere, el cemento de baja fricción se puede mojar con sistema de aspersión para que los visitantes puedan experimentar con seguridad el subviraje o realizar derrapes.
También hay un exigente circuito de todo terreno utiliza la zona montañosa para crear rampas empinadas de hasta casi 40 grados de inclinación. Aquí, los conductores pueden comprobar las cualidades de los modelos pensados para esa dureza como el Cayenne y del Macan.
Después está el Área Dinámica, una gran playa plana con asfalto de alta rugosidad y adherencia, en el que los conductores experimentarán programas especiales con manejo en slalom, frenada de emergencia y prácticas de arranque o Launch Control sobre piso seco.
Y finalmente se encuentra el llamado Kick Plate, una pista circular que tiene placas hidráulicas insertadas en el suelo que se mueven aleatoriamente de lado a lado para desestabilizar al auto. A esto se añade un sistema que moja la superficie del pavimento para entrenar el control del vehículo.
Pero el Porsche Experience Driving no es solo pistas y nada más. Dentro del edificio, recubierto de vidrio tallado según la técnica Edo Kiriko, un tipo de artesanía tradicional japonesa, se encuentra el “Laboratorio de Simulación” donde es posible conducir virtualmente célebres modelos de Porsche por circuitos de todo el mundo, además de sala de convenciones, un restaurante, un café, la tienda Porsche Driver’s Selection, y un museo de autos de la marca con modelos de todos los años.
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