Con la llegada de la movilidad eléctrica, decenas de nuevas compañías han asomado en el horizonte de los fabricantes de automóviles debido a la menor infraestructura que se requiere para ensamblar un modelo. El tren motriz y las baterías se compran a proveedores especializados, y solo hace falta un buen carrocero que diseñe y desarrolle el prototipo. Si el auto es un súperdeportivo, mucho mejor, porque esos son vehículos sumamente costosos, que se construyen artesanalmente, es decir, pieza por pieza, y no requieren una línea de montaje con cientos de operarios.
Sin embargo, no todos los proyectos llegarán a completarse, algunos incluso quedaron en el concept car a la espera de inversionistas, que pueden llegar de un día para otro y transformar una idea en un producto. Así nacieron Rivian, Lucid, Fisker, Mcmurtry y muchas compañías chinas o indias de las que poco se ha sabido después de mostrar un primer prototipo, como el Azani.
Pero no todas las “Startup” (como se conoce a los nuevos emprendimientos en esta época) son iguales. De hecho, así como Rivian tiene el apoyo nada menos que de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, una empresa que irrumpió en el Salón de Ginebra de 2019 y llamó la atención por su origen, tiene también algo distinto para contar.
Se trata de Piëch Automotive, es una empresa suiza y ya con eso es suficiente para llamar la atención. Pero en Suiza está su fábrica, más no su origen. Su propietario se llama Toni Piëch, quién es hijo del famoso Ferdinand Piëch, quien dirigió Volkswagen AG hasta el año 2015 y fue quien impulsó desarrollos como el del Porsche 917, el Bugatti Veyron, la tracción total del Audi Quattro y nada menos que la tecnología TDI de motores turbodiésel.
Pero la cosa no queda ahí, porque este brillante ejecutivo de Volkswagen además, era nieto de Ferdinand Porsche, creador de la exclusiva marca alemana que lleva su nombre, y que pertenece al grupo VW. Así pues, Toni Piëch podrá ser un desconocido pero tiene un legado exitoso en el mundo de los automóviles, del cual muy pocos, por ejemplo Henry Ford III, pueden presumir a su nivel.
El auto se llama también Piëch, y si bien en Ginebra 2019 se conoció como Piëch Mark Zero, una vez que el mundo empezó a rodar con cierta normalidad y los desarrollos pudieron volver a su rutina, se ha presentado ahora como Piëch GT.
Lo curioso de este auto, además de ser 100% eléctrico, es que su apariencia exterior no lo representa, sino más bien, se asemeja a una cupé deportiva de los años 70 como idea de diseño, “aggiornada” al siglo XXI. Sin ir más lejos, una mirada frontal deja como protagonista de la escena una gran parrilla, que los autos eléctricos no necesitan, pero que es parte de ese concepto de gran turismo clásico.
Al momento de ir a la tecnología que presenta este primer modelo que verá la luz en las calles en 2024, lo primero que hay que mencionar es que se han esforzado especialmente en que no sea un auto eléctrico pesado como varios de los que serán sus rivales, y que llegan a pesar 2.500 Kg con baterías incluidas. El Piëch GT está muy por debajo, con apenas 1.800 Kg totales.
La batería no ocupa todo el piso, sino que tiene forma de T, buscando una mejor distribución de pesos. Tiene una capacidad de 75 kWh, con lo que lograría una autonomía máxima de 500 kilómetros dependiendo de su solicitación de energía.
La propulsión la generan tres motores eléctricos de 150 kW cada uno. El primero en el eje delantero, y los dos restantes en el tren posterior. Gracias a esta distribución de las plantas de poder, el auto es de tracción integral, aunque con preponderancia en el tren trasero. En total 450 kW de potencia equivalen a unos 612 CV, gracias a los cuales, puede alcanzar una marca de aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 3 segundos.
Y un dato final, que respalda más aún al Piëch GT, es que el desarrollo está a cargo de otro experto. El alemán Klaus Schmidt, quién fue Jefe del departamento deportivo de BMW durante 30 años, y que ha reunido un equipo de especialistas que harán las pruebas y desarrollos necesarios entre marzo de 2022 y marzo de 2023, para poder comenzar con la fabricación de las primeras 1.200 unidades que se pondrán a la venta para 2024.
Un Piëch que es un poco Porsche, un poco Volskswagen y un poco BMW. De esa conjunción, no puede salir nada mal.
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