Eficiencia. Una palabra que aparece día a día desde todos los costados. Siempre la eficiencia es una cualidad virtuosa de una persona, de una tecnología o un sistema de trabajo. Se trata de usar los recursos disponibles de modo tal que el rendimiento sea el mejor, dentro de parámetros que contemplen todo, incluida la energía que se utiliza también. Ya sea en horas de dedicación de personas o en cantidad de herramientas e inversiones.
El ahorro de combustible es una de las formas de eficiencia que la industria automotriz busca desde hace décadas. Primero ante falta de suministro de combustibles como ocurrió con las crisis del petróleo de los años 50 y 70, después, para contaminar lo menos posible el medio ambiente.
Y mientras se transita el camino de descarbonizar la industria manufacturera con autos que no utilicen combustible fósil, todas las actividades relacionadas con el mundo de la movilidad tienen su aporte para hacer también. Dicen que las fortunas se constituyen ahorrando de a una moneda. Podría decirse que el cuidado del planeta también. Separando la basura en los hogares, usando responsablemente el agua potable, consumiendo la menor cantidad de electricidad.
Google acaba de anunciar que su sistema de navegación, Google Maps, de probada eficiencia para ahorrar tiempo a los automovilistas, ya no recomendará la opción más rápida para unir un destino y otro, sino que la ruta principal que mostrará será la que contamine menos.
Uno de los modos de saberlo tiene que ver, por supuesto, con el estado del tránsito, algo que ya ha mostrado una eficacia notable cuando en los dispositivos se marca en rojo un tramo determinado, acompañado de una advertencia de “hay un retén de tránsito más adelante, sin embargo esta es la ruta más rápida”. Los embotellamientos, además de una pérdida de tiempo, son un generador de toneladas de dióxido de carbono al ambiente, con motores que emiten gases de efecto invernadero sin sentido alguno, ya que ni siquiera están avanzando, sino solo detenidos.
Para evitar eso es que se ha inventado el sistema Start/Stop en los autos de última generación, que apaga el motor cuando está detenido y lo vuelve a encender apenas se suelta el freno o se acciona el pedal de acelerador. Pero es un porcentaje muy bajo el que dispone de esa tecnología, frente a millones de autos menos sofisticados que circulan en el mundo.
El nuevo modo de evaluar el tránsito de Google Maps propondrá caminos con menos tránsito circunstancial, pero a esa variable se sumarán otras que también permitirán reducir la huella de carbono de los automóviles. Una es elegir caminos que tengan la menor cantidad de desniveles posibles, porque estos generan más consumo de combustible debido al mayor esfuerzo que deben hacer los motores para subir pendientes. Esto no es nuevo cuando de generar menos contaminación se trata. Hace décadas, grandes puentes elevados atraviesan valles en zonas suburbanas de todos los continentes, con la sola finalidad de ganar tiempo de traslado pero a la vez, mantener los vehículos a velocidad constante y en marchas altas, donde los motores funcionan a menores RPM y por lo tanto, se emiten menos gases al ambiente.
La alternativa del camino menos contaminante será una opción dentro de un rango razonable para un recorrido, y el sistema informará al conductor, cuánto tiempo es el que demorará, si lo hay, respecto a la ruta más rápida. La elección sigue siendo siempre del usuario, que tendrá a su disposición las rutas alternativas en color gris.
Google espera contribuir a una notoria reducción del consumo actuando a través de los conductores. Según argumentan, se podrá reducir cada año más de un millón de toneladas de emisiones de CO2, lo que equivale a retirar más de 200.000 automóviles de la circulación.
La nueva función de Google por ahora estará disponible solo en EE.UU., pero para 2022 ya está previsto que entre en funcionamiento en Europa y Asia.
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