“En 2020, y bajo su liderazgo, Toyota mantuvo la rentabilidad a pesar de la crisis del Covid-19, protegiendo los puestos de trabajo en todo el mundo. Al mismo tiempo, mantuvo la senda en el desarrollo de vehículos conectados, autónomos, compartidos y eléctricos, al mismo tiempo que inició la construcción de Woven City, una verdadera ciudad-prototipo para el futuro de la movilidad”, por estas razones y por su extensa trayectoria al frente de la empresa fundada por su abuelo, Kiichiro Toyoda, es que el actual CEO de Toyota Motors, Akio Toyoda, fue nombrado en abril de 2021, como World Car Person of the Year (personalidad del mundo de los autos del año).
Es precisamente esa argumentación del jurado, en la que se combina la decisión de apostar al futuro sostenible y a la vez mantener su compromiso de defender los 360.000 empleados de Toyota en todo el mundo, que sus recientes declaraciones respecto a la movilidad eléctrica, deben ser tomadas muy en cuenta.
Toyoda es además, Presidente de la Asociación Japonesa de Fabricantes de Automóviles (JAMA), lo que significa que tiene mucho conocimiento por fuera de la realidad de su propia compañía, y sus opiniones son de gran influencia en su país.
El gobierno japonés está comprometido en reducir drásticamente las emisiones de carbono para 2030, y también ha anunciado el objetivo de que Japón sea neutral en carbono para 2050.
“Japón es un país que depende de las exportaciones, por lo tanto, la neutralidad de carbono equivale a una cuestión de empleo para Japón. Algunos políticos están diciendo que tenemos que convertir todos los coches en vehículos eléctricos o que la industria manufacturera es anticuada”, dijo Toyoda, en el encuentro anual de JAMA.
Actualmente, Japón fabrica alrededor de 10 millones de coches al año, de los cuales el 50% se destina a la exportación. Se cree que para 2030, Japón seguirá produciendo 8 millones de coches al año con motor de combustión, incluidos híbridos e híbridos enchufables.
“Esto significa que se perdería la producción de más de 8 millones de unidades y la industria automotriz podría correr el riesgo de perder la mayoría de los 5,5 millones de empleos. Si dicen que los motores de combustión interna son el enemigo, no podríamos producir casi ningún vehículo”, explica Akio Toyoda. Y va más allá, al decir que “para lograr la neutralidad de carbono, el enemigo es el dióxido de carbono, no la combustión interna”.
Posiblemente ese sea el motivo por el cual Toyota, aun manteniendo su apuesta a los autos eléctricos, de hecho fue uno de los precursores con el Prius, está firmemente comprometida con el desarrollo del hidrógeno, y no solo como pila de combustible para autos eléctricos, sino para inyectarlo a los motores de combustión interna junto con el aire, dentro de la cámara de combustión.
Mientras tanto, Toyoda dice que dice que los vehículos híbridos todavía tienen contribuciones significativas que hacer hacia la neutralidad de carbono, a pesar de que están equipados con motores de combustión interna. Eso se debe a que los híbridos son más asequibles que los vehículos eléctricos y pueden penetrar en mercados donde la infraestructura de carga es inexistente. Además, las mejoras técnicas hacen que los híbridos sean más limpios cada año.
Según el CEO de la compañía automotriz más grande del mundo, “los híbridos pueden usarse como una tecnología puente que mueve al mundo hacia los vehículos eléctricos y las emisiones cero, lo que suavizará el golpe a los trabajadores que fabrican piezas para motores y transmisiones”.
Hay dos caminos que van directo a cruzarse. El del crecimiento de los vehículos eléctricos, que necesitan menos trabajadores que la fabricación de vehículos con motores de combustión interna, y el de la reducción de empleos en la industria automotriz. Menos piezas significa menos trabajadores. Por esa razón es que se han creado casi un centenar de nuevas empresas dedicadas exclusivamente a la fabricación de autos eléctricos en todo el mundo en los últimos años. Y aunque nadie puede asegurar que todas tengan éxito, la industria del auto está cambiando a punto tal que ya hay marcas que no conocemos, y que no tenemos idea la calidad de productos que puedan producir.
Solo un dato debe estar dando vueltas en la cabeza de Akio Toyoda, se calcula que por cada trabajo en una fábrica, hay otros seis trabajos más entre proveedores, vendedores, empleados de oficina, bancos y compañías de préstamos, y operaciones de servicios, entre otras actividades. Los automóviles eléctricos, por concepto, tienen una menor demanda de servicio y reparaciones, y esto va a causar problemas a los servicios de post venta de las concesionarias oficiales, pero también a los talleres independientes.
Mientras el planeta se calienta, la producción de una de las industrias que más mano de obra demanda, corre riesgo de enfriarse. Si el líder del fabricante más grande del mundo levanta la mano, habría que escucharlo con atención.
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