Una de las mayores resistencias que aún hoy siguen encontrando los autos eléctricos en el mundo, es el del ambiente de las carreras. Si bien la propia Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha intentado seducir a los amantes del rugido de los motores y el olor a combustible, a través del campeonato de la Fórmula E (Fórmula Eléctrica), lo cierto es que después de cinco temporadas tras lo cual se ha llevado el certamen a nivel de Campeonato Mundial, las mismas marcas, que en principio se habían volcado a esa concepción del deporte motor casi masivamente, se han empezado a retirar.
Hay un público que lo ha recibido bien, probablemente sea el más joven, que no añora los escapes ruidosos y en cambio ve una competencia desde otros aspectos, como el del mayor o menor consumo de batería, algo que cotidianamente deben administrar incluso con su teléfono móvil. Pero la vieja guardia de los amantes del deporte motor, aún siguen quejándose porque la Fórmula 1 ha dejado los motores de combustión interna aspirados normalmente por los actuales turbo, y peor aún, que le haya adosado un motor eléctrico para generar parte de su potencia.
Mientras el deporte se debate en qué dirección ir en los próximos años, porque inevitablemente deberán dejar los motores de combustible fósil en algún momento, desde las marcas hay un intento por conseguir que los autos eléctricos desarrollen potencias extraordinarias que consigan sorprender y, por qué no, seducir a ese público reacio a aceptarlos.
Porsche ha aprovechado el IAA Mobility 2021, más conocido como el Salón del Automóvil de Múnich, para presentar un concepto de auto que, a priori, parece lograr parte de esos objetivos propuestos. El auto es un auto 100% eléctrico y 100% de carrera. Le han puesto el nombre de Mission R Concept, que rápidamente se puede asociar a la misión que persigue, que es convertir este concepto en un auto para correr, por eso la R de Racing. Pero a la vez, de ser todo lo ecológico que sea posible y esa es la parte interesante.
El Porsche Mission R Concept está propulsado por dos motores eléctricos de nueva generación con una potencia máxima combinada de 1.073 CV bajo el llamado “modo de clasificación”, puesto que, como explica Porsche, el auto de carreras eléctrico puede producir una potencia constante de 680 CV en su “modo carrera”. La tecnología de 900 voltios garantiza que hasta el 75% de la batería enfriada por aceite se pueda recargar en solo 15 minutos.
El sistema de tracción total del Mission R permite que tarde nada más que 2.5 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h, y la velocidad máxima es de 300 km/h. Como idea conceptual, Porsche asegura que los parámetros del automóvil son similares a los del Porsche 911 GT3 Cup, y ese es un poco el plan de la casa de Stuttgart, que si bien no será con este modelo tal cual se ha mostrado, tiene intenciones de desarrollar uno similar como nuevo auto de carreras cliente.
La carrocería está construida en plástico reforzado con fibra natural (NFRP), y el mismo material que también se puede ver en gran medida en el interior, está hecho de fibras de lino obtenidas de la agricultura. La estructura de seguridad está hecha de material compuesto de fibra de carbono, y algo interesante e innovador, es que el asiento del conductor y toda la canina de conducción, está preparada para adaptarse a la virtualidad y usarse por ejemplo como un simulador para consolas o computadoras.
El Mission R también cuenta con un nuevo desarrollo de la aerodinámica activa de Porsche (PAA) con sistema de reducción de la resistencia aerodinámica (DRS). Incluye tres rejillas móviles en cada una de las dos tomas laterales de aire de la trompa, y el ala trasera es ajustable y tiene dos secciones.
Sin dudas la sensación que genera a la vista del Mission R logra parte del objetivo. Es un auténtico auto de carreras no solo por su aspecto sino por sus prestaciones. Ahora falta que, de a poco, y quizás ayudados porque en las calles se verán cada vez más, los aficionados a los autos de competición empiecen a aceptar que estos súperautos ya no harán tanto ruido. Es sólo cuestión de tiempo.
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