Por ser local y anfitrión, BMW es posiblemente uno de los fabricantes que más compromiso tiene en la IAA Mobility 2021, que este martes abrió sus puertas enfrente justo de la sede central de BMW, como el primer Salón del Automóvil europeo de la era post COVID-19. Frankfurt ha dejado de ser sede de la feria motor alemana después de 70 años, y Múnich es quién aloja por primera vez este clásico evento del mundo del automóvil.
No fue una apuesta sencilla para los organizadores, ya que una de las razones de la mudanza han sido la cantidad de movimientos ambientalistas contra la industria del motor en Frankfurt y Múnich es una de las ciudades con mayor prestigio del mundo en calidad de vida, lo que implica de alguna manera, un choque de culturas enfrentando el medio ambiente y la industria. La apuesta del gobierno comunal es que el Salón del automóvil sea la feria de la movilidad por lo cual los vehículos sustentables tienen en este evento, un protagonismo mayor frente a los autos convencionales. Es como redoblar la apuesta, y en lugar de combatir, contribuir a la transformación.
Por eso, más allá de las novedades que todas las marcas presentarán durante una semana, BMW ha decidido mostrar su apuesta al futuro en un concepto verdaderamente atractivo: BMW i Vision Circular, o lo que han dado en llamar, el auto de 2040.
Exteriormente, el automóvil muestra la tradicional grilla frontal identificatoria de la marca pero con dimensiones tales que los faros quedan dentro, y ya no son circulares sino cuatro líneas diagonales LED. Esto cobra sentido al levantar la vista, y apreciar que el auto está conceptualmente creado con líneas rectas y oblicuas, con muy pocas redondeces. De hecho, hasta las mismas llantas, circulares por necesidad, tienen líneas rectas y diagonales en todo su diseño.
El parabrisas se funde con el techo de cristal, y como ocurre en los autos nacidos para ser eléctricos, los voladizos delanteros y trasero son mínimos, con las ruedas delanteras muy cerca de la trompa misma y las traseras apenas recubiertas por la defensa posterior. Esto permite un interior mucho más amplio para los pasajeros, donde se utiliza una mezcla de materiales únicos y emplea lo que BMW llama “nuevas técnicas de unión”.
El tablero está concebido por sistema de impresión 3D, lo que reduce el uso de pegamento y crea un diseño de una pieza única. Además, en lugar de una pantalla táctil tradicional en el centro del tablero, la información se encuentra sobre el panel de instrumentos en una pantalla de polímeros que tiene la misma forma del tablero, copiando sus curvas y ángulos, y con una superficie mucho mayor a la de una pantalla táctil convencional y plana.
Los cuatro asientos de la cabina también son especiales, no solo por su forma, que se asemeja más a mullidos sillones de un living, sino porque se han construido con plástico reciclado, y los cuatro se sostienen dentro de un marco de aluminio. El volante, que tampoco es redondo sino un rectángulo con curva en sus cuatro aristas, también está hecho con impresión 3D de un polvo de madera especial.
Como lo dice desde su propio nombre, el automóvil se ha desarrollado pensando en la economía circular, ya que BMW busca nuevas maneras de conseguir reducir la huella de CO2 de sus vehículos durante todo su ciclo de vida. Esto está presente en cuatro principios de la marca:
RE-PIENSA: Se examinan los procesos y las tecnologías de fabricación para rediseñarlos y permitir ciclos de materiales cerrados.
RE-DUCE: Una rigurosa reducción del número de componentes para rebajar el coste material de la producción del vehículo.
RE-USA: El objetivo es enriquecer el producto con actualizaciones para alargar la vida útil del mismo, tanto a nivel tecnológico como de diseño, pues algunas piezas se desmontan fácilmente y facilitan al usuario su sustitución.
RE-CICLA: Se usan materiales reciclados y uniones que puedan deshacerse fácilmente (cordones, botones de presión y cierres rápidos) para que así cueste menos reemplazarlos.
Probablemente, el BMW i Vision Circular nunca será un auto que circule por las calles, ni siquiera en 2040, pero tal como se está exhibiendo en Múnich, forma parte de una búsqueda, como la que hacen tantos otros, de amigar al automóvil con el medio ambiente y las generaciones que se preocupan más por el cambio climático que por el medio de transporte que les permita trasladarse de un sitio a otro.
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