Posiblemente a la mayoría le haya ocurrido alguna vez, que no han conseguido llegar a una estación de servicio a tiempo y el automóvil se ha quedado parado sin combustible. En ese momento, lo más común es sentirse algo torpe, porque el marcador de nivel y la famosa luz de reserva suelen alertar al conductor, y en autos más modernos, la computadora incluso advierte cuántos kilómetros de autonomía quedan para que se termine el combustible.
Sin embargo, lo peor que puede suceder es que haya que detener el auto lo más alejado de la calle o ruta que sea posible, cerrarlo y caminar hasta una estación de servicio, comprar un bidón de cinco litros, y regresar al auto a colocarlos en el tanque. Es una pérdida de tiempo, claro, pero sin mayores complicaciones que esa. Cuando apareció el GNC como combustible alternativo, ante una situación de ese tipo con el Gas, simplemente se pasaba el sistema de alimentación a nafta y el auto podía continuar la marcha.
Pero con la llegada de los autos eléctricos, han aparecido problemas que no sabemos bien cómo se solucionarán. ¿Qué pasa cuando un auto que sólo funciona con baterías enchufables, se queda sin energía eléctrica?
La primera consideración es que habrá que llamar a un remolque que venga por el auto y lo traslade hasta un punto de carga, cualquiera este sea, un punto de carga rápida o aunque sea un lugar donde alguien pueda permitir al conductor, enchufarse a la red domiciliaria. Esto ya insume una pérdida de tiempo adicional, que es la de esperar por ese auxilio mecánico, y una vez que haya llegado, el tiempo hasta trasladarse hasta un enchufe más el tiempo de carga, que no será poco, por lo menos 20 minutos si es un cargador rápido o un par horas si es de carga convencional.
Por esa razón, los conductores de autos eléctricos tienen que tener en cuenta como algo esencial, que no pueden arriesgarse a hacer un trayecto que el auto no tiene la suficiente carga para hacer. Hoy son entre 300 y 450 kilómetros, dependiendo del automóvil y la velocidad a la que se lo conduzca.
A favor, hay que decir que la mayoría de los autos eléctricos tienen una especie de reserva, que una vez que marcan que se ha llegado al 0% de energía acumulada en las baterías, todavía pueden recorrer hasta 30 kilómetros más. ¿Pero quién puede saber cuánto lograrán si el marcador está en cero?
Ese es un punto que la industria automotriz debe estudiar y desarrollar también. Una opción sería dotar a los autos con una batería más pequeña como reserva, sobre la cual no se mide la carga con la que el vehículo está funcionando, pero realmente no tiene tanto sentido, porque agregaría peso o en su defecto, restaría autonomía a la batería principal si se achica una para dar espacio a la otra.
Los auxilios mecánicos tendrán que tener un generador de electricidad como para enchufar un auto y darle la suficiente carga, pero aun si lo tuvieran, habría dos problemas más. Sería antieconómico porque tener parado un auxilio mecánico el tiempo que una batería tarde en cargar lo necesario para continuar, es tiempo ocioso del servicio, costaría muy caro para los usuarios o las compañías de seguro que lo tengan que pagar. Y sería peligroso porque en lugar de un auto, habría dos autos detenidos al costado de una ruta, sin ningún sentido.
Otro camino que se podría tomar es el de desarrollar baterías intercambiables, de modo que los autos que se hayan detenidos puedan ser auxiliados con una batería de recambio para reemplazar y que sin perder demasiado tiempo, puedan continuar su marcha. ¿Pero cómo cambiar una batería de 300 kg que está alojada en el piso del auto? Es una misión imposible, porque más allá de la complejidad de sacar y de transportar una batería tan grande en el auxilio, el problema del peso haría imposible que dos personas puedan moverlas y cambiar una por otra.
Entonces lo que habría que hacer es desarrollar un sistema de baterías modulares, que permita que sólo se reemplace una fracción de la batería y se pueda enchufar en paralelo con las que quedan en el auto. Algo razonable como una octava parte, es decir unos 40 Kg, que si bien es pesada, podría tener suficiente carga para permitir que el auto ruede, y que una persona la pueda reemplazar al costado del camino. Este tipo de baterías aún no existen en ningún modelo, aunque Renault está promocionando su sistema de autos para compartir Mobilize EZ-1, que podrían funcionar las 24 horas porque cuando su batería se agota, se reemplaza en pocos minutos por otra y el auto continúa operativo.
Pero después, hay otros problemas que resolver. Cuando un auto eléctrico se queda sin batería, según el modelo, se pone en sistema de parking, y se bloquean los motores eléctricos, lo que genera que no pueda ser empujado. El único modo es que una persona esté sentada en la butaca del conductor para que el sensor del asiento detecte que alguien tiene el control del volante, y entonces permite el desbloqueo para poner en Neutro. En ese caso, el auto necesita al menos dos ocupantes, uno que solo se sentará, y el otro que debe empujar un auto con una batería de 300 Kg. No debe ser muy sencillo de hacer.
Otras preguntas
¿Y qué podría pasar si un auto eléctrico sufre un accidente de grandes proporciones y su paquete de baterías queda dañado? ¿Podría generar una descarga eléctrica a quién se acerque a auxiliar a un eventual ocupante herido, o al propio pasajero que intenta descender por sus propios medios? Como ejemplo, solo vale indicar que los autos de Fórmula Uno, en caso de tener problemas técnicos, están dotados de un sistema de seguridad que desactiva el sistema eléctrico e indica que se pueden tocar, mediante una luz verde. Mientras la luz verde no está encendida, nadie puede tocar el auto, y los pilotos, han sido instruidos para bajar de un salto, es decir que no deben apoyar un pie en tierra si con una mano o cualquier parte de su cuerpo, están todavía en contacto con la carrocería.
Pero esa será otra nota, porque se han hecho muchos estudios y los fabricantes trabajan constantemente en eliminar problemas relacionados con la manipulación de la electricidad y el ser humano que viaja en estos autos. No se trata de asustar a nadie. Un auto de gasolina también puede explotar por contacto de combustible con una chispa, y las consecuencias pueden ser las peores. Simplemente se trata de entender que ante un cambio de la movilidad hacia la electricidad, hay un mundo de consideraciones para tener en cuenta y aprender.
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