A pesar del avance en las vacunas y del regreso a la actividad comercial e industrial en prácticamente todos los países de las naciones del hemisferio norte, el COVID-19 todavía sigue dejando rezagos indirectos en la industria automotriz. Hace algunas semanas se debió posponer el que sería el primer Salón del Automóvil con presencia de público en Barcelona, y una de las razones, es la falta de microchips, que todavía no han vuelto a los niveles de abastecimiento anteriores a la Pandemia para la industria de la movilidad.
Un automóvil puede tener hasta 100 microchips, y ante la baja demanda de nuevos autos en el primer semestre de 2020, y una increíble necesidad de adquirir teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles debido a las necesidades del teletrabajo generado por el COVID-19, los productores mundiales, no solo tuvieron mucha demanda de unos y muy poca de otros, sino que tuvieron que rediseñar sus líneas de producción de estos pequeños conductores de data para la demanda mundial.
Pero hubo otras industrias que se vieron en la necesidad de poner en pausa sus desarrollos, y una de esas fue la de los autos de concepto y los proyectos futuristas, que según el estado en que se encontraban, debieron o no correrse a un costado por un tiempo. Esta actividad ha vuelto a funcionar casi al 100% en el mundo del auto y nuevamente aparecen prototipos que nos desvelan.
Es el caso de este particular proyecto de Porsche llamado Vision Renndienst, creado en 2018 e incluido en la categoría “What’s next?” del libro Porsche Unseen. El prototipo parece rememorar el diseño de la Volkswagen Kombi, en una versión eléctrica, que podría acercarnos a lo que para Porsche sería entrar a un mundo aún no explorado para ellos, el de los monovolúmenes que parecían desplazados por los SUV, pero que de a poco, empiezan a aparecer con otra fisonomía.
En el Centro de Desarrollo Weissach, Porsche estudia los hábitos de las personas para dar respuesta a sus necesidades presentes y futuras, como parte del concepto de los autos. Así surgen ideas que a veces parecen ir en contramano con el estándar de los automóviles, pero que de algún modo son movilizadoras de cambios de paradigmas.
En el Vision Renndienst, las ventanas laterales están diseñadas de forma asimétrica de manera que mientras de un lado está cerrado, del otro se pueden disfrutar de las vistas en una gran superficie transparente. Hay una explicación, que no es tangible, sino un concepto con dos premisas: ”Qué podría ser un Porsche y qué no podría ser”, y “hacer un habitáculo tan alejado del interior clásico de un automóvil deportivo como sea posible”.
Pero si de algo no se pueden desentender los diseñadores del interior de un automóvil para el futuro, y lo hemos visto decenas de prototipos que lo corroboran, es que los vehículos de la próxima generación a la que estamos ingresando con los eléctricos, será la de los autónomos.
Y nuevamente la idea de hacer algo distinto, es la madre de los diseños que en Porsche quieren ofrecer. Para los proyectistas de Weissach, aun siendo autos que no necesiten conductor, el volante no debe ser eliminado. “Suponemos que nuestros clientes no querrán dejar de usar un volante ni en vehículos autónomos”, explica Michael Mauer, diseñador Jefe de Porsche.
Entonces fue así como surgió la posición centrada del conductor, que puede mirar hacia adelante como único pasajero del auto que debe observar el camino, dejando dos líneas de plazas traseras que no necesitan estar al frente. Sin embargo, si quién ocupa ese único asiento delantero, decide ser un pasajero más y poner el vehículo en modo de conducción automática, simplemente puede girar 180 grados su butaca e integrarse al resto de los ocupantes del auto.
En cuanto a su equipamiento, el volante de tres radios presenta controles hápticos que, según Porsche, suponen un punto intermedio equilibrado entre los controles táctiles y los botones analógicos, para evitar distracciones. Los controles hápticos básicamente generan vibración y dureza a la presión táctil, cambiando su función según cómo sean presionados. El tablero de instrumentos es digital y en ambos costados hay pantallas que van direccionadas a los pasajeros de la segunda fila, y en la que puede haber todo tipo de utilidad, ya sea para entretenimiento o para conectividad exterior.
“Los autos con un interior insatisfactorio no sobreviven por mucho tiempo, porque no se puede construir una conexión emocional con ellos”, declara Markus Auerbach, diseñador de interiores de Porsche.
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