Si bien es conocida la idea de dar por finalizado el ciclo de vida de los motores de combustión interna en el transcurso de las próximas dos décadas, la propuesta elevada por la Comisión Europea este miércoles, en el marco del plan “Fit For 55” (en forma para 55 en inglés), ha sido contundente. Según dijo su Presidenta, Ursula von der Leyen, “la era de los combustibles fósiles ha llegado a su fin”.
El llamado Pacto Verde Europeo (European Green Deal) busca reducir para 2030 las emisiones de dióxido de carbono un 55% respecto a la actualidad, mientras que para 2035, estas deberán ser 0%, es decir, sin emisiones de CO2 que no pueda ser absorbido por la naturaleza.
“El 20 % de nuestras emisiones sigue procediendo de nuestras carreteras”, dijo la comisaria europea de Transporte, Adina Valean, a la vez que puso especial énfasis en que el organismo no planea dejar de impulsar la industria del movimiento.
Esta medida anunciada en Bruselas, claramente afectará fuertemente a la industria automotriz, que viene en franco cambio hacia los autos que reduzcan las emisiones, pero ahora encuentra un endurecimiento mayor al que preveía. De hecho, las principales compañías europeas del sector se encuentran negociando una flexibilización de la norma Euro 7, que debe entrar en vigencia en 2027 pero será aprobada en 2025. Esta reglamentación ya ponía en serios problemas a muchas de esas compañías, especialmente para la fabricación de autos pequeños y medianos, debido a su alto costo para poder cumplir con la exigencia de la norma que los sacaría del mercado, según han manifestado los referentes de la industria.
El Pacto Verde anunciado, prohibirá la fabricación de todos los vehículos que generen combustión de dióxido de carbono desde 2035, incluyendo motores de gasolina o nafta y diésel, pero también los híbridos de todo tipo. Sólo quedarán en circulación desde ese momento, aquellos que fueron fabricados antes de esa fecha, los que deberían salir dejar de funcionar definitivamente para 2050. Para entonces Europa quiere anunciar que será el primer continente que ya no emitará gases de efecto invernadero.
Las medidas paliativas o complementarias de esta decisión incluyen subvenciones al costo de la energía eléctrica y aumento de los combustibles derivados de hidrocarburos. Como el plan está orientado a impulsar el uso de autos eléctricos y el uso del hidrógeno para medios de transporte terrestre pesado, naval y aéreo, el proyecto legislativo fija que a partir de 2035 se disponga de un puesto de recarga de electricidad cada 60 kilómetros en las principales vías y de hidrógeno cada 150 kilómetros.
Pero la Comisión Europea va más allá. Porque además de prohibir la fabricación, pretende que aquellos países que no tengan un fuerte compromiso ambiental, manifiesto y reglamentado contra las emisiones de efecto invernadero, no puedan ingresar a la comunidad europea con sus productos. Esto dejaría, al día de hoy, afuera de ese mercado de consumidores estimado en 450 millones de habitantes, a los vehículos fabricados en EEUU y a los provenientes del mercado asiático, que no sean eléctricos, lo que ya ha despertado las primeras reacciones. De hecho, la CE prevé antes de llegar al punto de la prohibición, arancelar fuertemente la importación de autos de los mercados que no tengan la misma política ambiental, de manera de hacer poco rentable el negocio para esos productores.
Lo que llama la atención, es que no hay mención alguna en los documentos, ni tampoco en la presentación que se ha hecho en Bruselas, a los combustible sintéticos, conocidos también como e-Fuel, excepto como una opción para el transporte aéreo. El combustible sintético es un tipo de combustible líquido, muy similar al que conocemos que se obtiene empleando materias primas disponibles como biomasa sostenible, residuos biológicos, CO2 capturado y agua, reduciendo el uso de combustibles de origen fósil.
Si bien la razón parece estar en el alto costo de desarrollo, un plan a tan largo plazo como son casi diez años para la primera etapa de reducción, y de 15 años para la prohibición total de los motores a combustión interna, podría incluir esta alternativa. De hecho, la Federación Internacional del automóvil (FIA) acaba de anunciar que entregará a los fabricantes de motores de Fórmula 1, una primera partida de e-Fuel para que comiencen sus ensayos con miras a su implementación en el nuevo reglamento de motores que reemplazará al actual, en el que conviven un motor a combustión interna de gasolina, con un motor eléctrico regenerativo.
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